Cuando Carlos Sainz ejerció de Charles Leclerc en el peor día del año para Ferrari

Como ese alpinista que en la cordada camino de la cima sufre más que sus compañeros. Eso es lo que le ocurrió a Ferrari en el Gran Premio de México. La altura del Hermanos Rodríguez puso una brida al cuello -al turbo- del monoplaza italiano, que dejó a sus dos pilotos totalmente impotentes este fin de semana. Carlos Sainz y Charles Leclerc incluso volvían un año atrás en el tiempo, cuando Ferrari se movía en tierra de nadie, mirando con prismáticos a Mercedes y Red Bull.

Sin embargo, en la peor actuación de la Scuderia esta temporada, a Carlos Sainz le quedó el consuelo de ejercer como el Charles Leclerc de principios de temporada. Esto es, batió consistentemente a su compañero de equipo, que incluso sufría un accidente el viernes, como aquellos de Sainz cuando intentaba coger el punto al nuevo F1-75. Al menos, la carrera mexicana reivindicó al español en la jerarquía interna del equipo.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

"Una pena, porque para un fin de semana que voy cómodo con el coche, voy atacando y domino bien el monoplaza, desgraciadamente no había mucho ritmo. Al menos, he podido acabar la carrera y aprender, llevaba dos Grandes Premios que no pude correr, y por lo menos hemos podido aprender", se felicitaba Sainz al terminar una carrera anodina y anónima para los dos pilotos de Ferrari.

"El peor con diferencia"

Tanto Mattia Binotto como Charles Leclerc usaban el pasado Gran Premio de Bélgica como referencia negativa. Allí, Ferrari era humillado por Red Bull. En el Hermanos Rodríguez, el equipo italiano era incontestablemente superado también por Mercedes. "Ha sido nuestro peor fin de semana, con diferencia", sentenciaba Sainz, satisfecho a medias, reconfortado en lo personal, aunque noqueado en lo colectivo. Algunas referencias de la debacle: en la vuelta 10, Sainz rodaba ya a diez segundos de Verstappen. En la vuelta 50, el madrileño rodaba 24 segundos por detrás de Russell y, por detrás del español, Leclerc tenía a Alonso 24 segundos por detrás. En la meta, Sainz llegó a más de un minuto, evitando afortunadamente ser doblado por Verstappen. Un escenario insólito para un monoplaza que aspiraba a luchar por el título en la primera parte del campeonato.

Sin embargo, en el terreno personal, el madrileño jugó este fin de semana ese papel de líder que Leclerc mostró al principio de la temporada. El F1-75 sorprendió el viernes al monegasco, que acabó contra los raíles, como le ocurriera en su día a Sainz en Imola o en Miami, por ejemplo. Un error propio por la falta de la misma confianza que Sainz no tenía en el pasado. Con el monoplaza tocado, tampoco no pudo con el español en la Q2 ni en la Q3. Sainz paró los pies al monegasco durante las primeras curvas de la vuelta inicial y nunca más fue amenaza para el español en toda la carrera. Leclerc no se mostraba cómodo en esta pista y fue netamente superado por su compañero de equipo.

"Ha sido una lástima, porque me sentía bien con el coche y creo que he disputado una buena carrera, pero cuando eres así de lento, no se puede hacer más", se lamentaba Sainz. "No había grandes problemas con el coche, simplemente, éramos lentos". El español repetía que el comportamiento del F1-75 en carrera no era malo pero, a pesar de haber optado por la estrategia de neumáticos correcta, el equipo italiano sellaba la peor carrera de la temporada.

Falta de potencia... y algo más

¿Por qué el F1-75 se atragantó con semejante estrépito en el Hermanos Rodríguez? "No teníamos la posibilidad de usar la máxima potencia aquí", explicaba Mattia Binotto al terminar. El equipo italiano se vio obligado a limitar el uso de su turbocompresor para los 2.200 metros de altura de Ciudad de México. A mayor altitud, mayor exigencia de trabajo al turbo, que además necesita mayor refrigeración. El particular silbido de la unidad de potencia italiana este fin de semana delataba el límite de compresión. En Ferrari, tuvieron que sacar la tijera. "No imaginábamos que iba a ser tan duro, tampoco en los libres uno. Fue más adelante cuando nos dimos cuenta", explicaba Binotto tras la carrera. "Los libres dos no ayudaron (sesión dedicada a probar los Pirelli de 2023), no lo esperábamos. Pensábamos que íbamos a ser más competitivos aquí, pero ha sido muy similar a Spa, donde fuimos muy lentos", explicaba.

Binotto reconocía que, inicialmente, se descargó al F1-75 para compensar esa falta de potencia. La altura de Ciudad de México y la menor densidad del aire obligaba a buscar la máxima carga posible -como la de Mónaco o similar-, que luego recuperaría el monoplaza italiano durante el resto del fin de semana. Con ese motor capado, era como llevar un paracaídas detrás del alerón. Sin embargo, en Ferrari no explicaban unos problemas que se extendían más allá de la seria limitación de caballería en el F1-75.

Escuchando a Binotto, por un lado, y a sus pilotos, por otro, parecía existir algunas divergencias. "En la carrera no estábamos cómodos, nuestro rendimiento global no ha sido bueno, sin duda, no teníamos ritmo", resumía el responsable de Ferrari. Algo evidente a simple vista, desde luego. "Pero el compromiso que hemos tenido que hacer este fin de semana no lo explica todo, es parte de la ecuación, aunque hay más que eso, es algo que tenemos que mirar y para lo que no tenemos respuesta ahora. El equilibrio no era bueno, los pilotos me decían que el coche no giraba, pero la razón debe de ser analizada, no tenemos esa explicación ahora". O sí se tiene, pero no se quiere desvelar. No sería la primera vez en 2022.

Tras México, el madrileño hará bien en aprovechar esta inercia actual para cerrar la temporada, invirtiendo el difícil comienzo del campeonato. Las últimas carreras siempre dejan sabor de boca invernal. El Carlos Sainz de este final ya poco tiene que envidiar al Charles Leclerc de principios de año.