"¡Qué mierda de neumáticos!": los 'latigazos' de los Ferrari, asfixiados por la altura

El Hermanos Rodríguez es un circuito único en el calendario. Y al equipo más rápido los sábados se le ha atragantado. Ferrari quedaba fuera de juego en los entrenamientos oficiales del Gran Premio de México, entre las imágenes palmarias de sus pilotos haciendo malabarismos y sufriendo latigazos en la pista como se tuvieran que domar un potro encabritado.

Incluso el Alfa Romeo de Valtteri Bottas superó a Charles Leclerc, todo un hito en la presente temporada. Para el monegasco y Carlos Sainz resultó imposible cuajar una vuelta limpia. "¡Qué mierda estos neumáticos!", se le llegó a escapar al madrileño por la radio, que protagonizaba alguna que otra escena propia del 'drifting'. Sainz terminó quinto y Leclerc séptimo. "Creo que hemos perdido bastante rendimiento en altura. Tenemos que ver, porque creo que es solo algo temporal, parece que es una pista que no nos sienta muy bien" reconocía el madrileño, que logró su mejor clasificación en México desde que llegó a la Fórmula 1 y superó por segunda vez consecutiva a Leclerc.

La altura se ceba con el Ferrari

A casi 2.220 metros de altura, el Hermanos Rodríguez arroja numerosos desafíos a los monoplazas. A algunos les compensa sus debilidades, como era el caso de Mercedes -ambos monoplazas superaron a Ferrari por primera vez este año- pero a otros debilita sus fortalezas. Con la altura, la presión de aire es menor, lo que afecta a varias áreas de un monoplaza. La potencia del motor y el funcionamiento del turbo: Sainz y Leclerc se quejaron varias veces de su maniobrabilidad. La carga aerodinámica se reduce y hay que ir con todo en los alerones.

Binotto reconocía tras la sesión que el F1-75 sufría con una notable falta de adherencia. Y también afecta a la refrigeración. Factores se cebaron particularmente con el coche italiano: la menor potencia del motor para cuidar el turbo forzó la necesidad de descargar en lo posible el monoplaza para compensar aquella. "Creo que en altitud de este motor no va exactamente como queríamos", apuntaba el madrileño, lo que el monegasco no ocultó por la radio en varios momentos de los entrenamientos clasificatorios. "Sabíamos antes de venir aquí que íbamos a tener que hacer algunos compromisos. Y el coche sobre los pianos y baches era difícil de manejar".

El accidente de Leclerc el viernes ya dio un aviso de la querencia del F1-75 para traicionar a sus pilotos, perdiendo la zaga o el morro caprichosamente según el momento y la curva. No había manera de juntar toda una vuelta sin errores. Sainz se marcó una fenomenal cruzada en su primer intento en la Q3 en el segundo sector, y salió botando tras la tercera curva en su segundo intento. Dos errores que le impidieron salir en primera línea, explicaría después Mattia Binotto. Leclerc, a su vez, iba desquiciado por la radio. El monegasco sufría con la manejabilidad del motor y perdía el DRS en la parte final de su última vuelta.

"He tenido muchos latigazos, poner una vuelta junta ha sido prácticamente imposible, porque el coche era realmente difícil, creo que se vea con Charles y conmigo, éramos los que íbamos haciendo más errores, porque era difícil de llevar". El madrileño reconocía que podría haber superado a los Mercedes de haber juntado todos sus sectores. Lo imposible era lograrlo."“Si hubiese puesto la vuelta junta, el 18.0 hubiese salido hoy, y podríamos haber estado con los Mercedes, pero cuando el coche es tan impredecible es imposible hacer una vuelta perfecta en este circuito, es imposible. Pero sabemos por qué". Es decir, el peaje del Hermanos Rodríguez, una circunstancia puntual.

En carrera, no tan claro

"Hemos tenido que comprometer el coche para ir rápido, sobre todo ligeros de gasolina, no es el mismo coche, no se comporta tan bien con esta carga de gasolina y en este circuito, pero sabemos por qué estamos atrás. Es un circuito muy especial, una altitud muy particular, y sabemos qué es lo que hay", resumía Sainz, admitiendo que esta pista cercenaba algunas de las mejores virtudes del F1-75. Si el monoplaza perdía potencia y se compensaba con menor carga aerodinámica para no perder velocidad punta, sus pilotos lo pagaban caro. Al menos, para el madrileño quedaba la satisfacción de su consistencia frente a Leclerc, a quien superaba casi todo el fin de semana, incluidos los dos intentos de la Q2 y Q3, aún con los problemas del monegasco. Que quizás fueron fruto de su accidente del sábado.

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El monegasco se quejó durante el sábado del comportamiento y problemas de su monoplaza. "Pero para mí en los libres tres y la calificación había algo más específico, aunque aún no sé cuál era el problema. Si era por el accidente, no estoy seguro, pero en esta calificación hubo algo extraño o que andaba mal con el motor. Perdía bastante tiempo en las rectas desde la FP3 hasta la Q3". Según Leclerc, en Ferrari ya se anticipaban sus problemas con la pista desde los primeros libres del viernes, “pero había algo extraño, también con el acelerador en las zonas de alta velocidad. Espero que podamos solucionar esos problemas, de lo contrario, será una carrera extremadamente difícil para ser consistente, puede ser una pesadilla".

Según Mattia Binotto, la pista mexicana podría ser más benigna en la carrera para el F1-75. La degradación será un factor crucial en un trazado ya de por sí con poca adherencia, más si Ferrari ha tenido que descargar su monoplaza. "Creo que la carrera será menos complicada. Corres con más combustible, vas más lento en las curvas, hay dinámicas realmente diferentes” anticipaba el responsable de Ferrari. "Hoy estuvimos al filo de la navaja. Creo que la carrera de mañana podría ser muy bonita. Va a ser muy apretada. Las velocidades de Mercedes son idénticas a las nuestras, creo que elegimos la filosofía correcta". Se verá finalmente si no se convierte en una pesadilla, y no solo para Charles Leclerc. Porque Max Verstappen corre una carrera aparte.