El grafitero extremeño que diseña y pinta los cascos de Carlos Sainz y Marc Márquez

Con motivo del Gran Premio de Italia, Ferrari introducia una decoración especial en sus monoplazas para conmemorar el 75 aniversario de la marca de coches. Carlos Sainz también estrenaba un casco especial para la ocasión, el diseño más singular de su carrera deportiva. Una decoración que llegaba desde Badajoz. En su juventud firmaba con el psudónimo 'Dave' sus grafitti en los muros de su ciudad natal. Años después, David Mata es el alma de Dave Designs, la empresa que diseña y pinta los cascos de Carlos Sainz y Marc Márquez y otros muchos pilotos de moto. Por el camino ha vivido una singular peripecia personal, profesional y empresarial desde la misma ciudad en la que nació, Badajoz.

¿Qué hay detrás del diseño de un casco? ¿Cómo influyen los patrocinadores y qué margen tiene el piloto? ¿Cómo y cuánto se tarda en pintarlo? ¿Qué buscan Sainz y Márquez en el diseño de los suyos? El Confidencial charla con David Mata sobre una especialidad artísitica singular y compleja, y que tanto refleja y expresa la personalidad de un piloto.

P. ¿Cómo se llega a pintar cascos de pilotos profesionales, estrellas de la Fórmula 1 y la moto, desde los grafitti en Badajoz?

R. Casi por casualidad. Empecé a pintar hace más de veinte años, en las paredes de mi ciudad. Estaba muy metido en el mundo del grafitti cuando empezó mi inquietud por crear a nivel gráfico. A partir de aquí, todo fue creciendo. Entré en Empresariales, pero al segundo año lo dejé y decidí estudiar diseño gráfico e ilustración para canalizar esa inquietud y darle salida. Mi idea era ser diseñador grafico. De repente, eso fue mutando usando una técnica más, aerografiar, que es como se pintan la mayor parte de los cascos. Luego, en Badajoz, empecé a pintar muchísimas motos en plan ‘custom’. Los cascos que pintaba era anecdótico. Pero luego te dan la oportunidad, y te das cuenta de que se puede convertir en una profesión.

P. Pero llegar al mundo de las grandes estrellas...

R. Estaba muy metido en el mundo del MBX, muy popular en Badajoz, Y al final por una conexión entre amigos me surgió la oportunidad de trabajar con una deportista profesional de Red Bull, Andreu Lancondeguy. Y aquí llamas la atención en Red Bull, surge tu primera oportunidad, ven que pueden contar contigo en su ámbito de sus deportistas. Eso, hace doce años, y a partir de ahí ha sido no parar. La conexión de un piloto a otro, el boca a oreja que se dice.

El casco que cambió mi vida y lo que es Dave Designs como marca es el casco que hice para Marc Márquez en Montmeló en 2015. Otro golpe de suerte. Me presenté a un certamen que convocó Marc para Montmeló, y lo gané. Me invitaron para el gran premio, y cuando salí de allí era el diseñador oficial de Marc Marquez. Me quedé alucinado, cambio mi día a día, el de mi empresa, y el volumen de trabajo al que estamos expuestos. Al final cada casco es un hijo que se va, al final te quedan las fotografías que le hacemos para nosotros y viene alguno que te regalan.

P. ¿Cómo se diseñan los cascos que llevan Márquez y Sainz? ¿Discute con el piloto sus ideas?

R. Normalmente, llevas ya un tiempo con el piloto y sabes cuáles son sus gustos. Si es un cliente nuevo, tenemos una entrevista para saber qué tiene en su cabeza. Son pilotos, no diseñadores, y a veces hay que sacarles las ideas y convertirlo en algo palpable, porque si no, no hay base de trabajo. Me cuenta qué le gusta, qué le apetece, sus preferencias, sus influencias de otros pilotos… Y se va creando una personalidad gráfica que acaba en el casco. Este es el comienzo. A partir de aquí, se convierte en un partido de tenis, pelota para aquí, pelota para allá y vas llegando al resultado final.

P. Por ejemplo, ¿el reciente casco de Sainz en Monza?

R. El casco de Monza nació de una propuesta original nuestra, que se le presenta a Carlos, a Ferrari. Dimos en el clavo a la primera, no hubo ni un cambio. Fue como esperábamos todos. Pero eso ocurre porque llevo con Carlos seis años, lo mismo ocurre con sus cascos de temporada. Sabemos leer lo que está en su cabeza. Esto es muy importante, porque el casco se convierte en el 360 de su imagen dentro de lo que puede permitir los espacios que te dejan libre equipos como Ferrari o Repsol Honda. Hay que hacer malabares para que la personalidad del piloto se refleje e identifique con el casco.

Ferrari contactó directamente con nosotros a través de su departamento de diseño. Nos cuentan todo el proyecto y nos mandan un dossier nueve meses antes. Nos piden propuestas, y es lo que hacemos. En este caso, te basas en el icono de los 75 años de Ferrari como compañía. Y nos basamos en el SP2 de Ferrari. Por eso los colores planteados, el amarillo. Hicimos un concepto en esta línea. En Ferrari controlan absolutamente cada centímetro a un nivel increíble, exquisito. Pero ya es el segundo año con ellos, ya conoces la marca, y la propuesta que se presenta es la aceptada. Luego, está el proceso que viene detrás.

Para Monza se hicieron dos unidades. Normalmente son tres si se prevee que la carrera pueda ser accidentada, o lluvia, o mucha virutas de goma tres, ya es raro. Durante la temporada suelen consumir diez o doce cascos de diseño normal, más alguno diferente, que suelen ser tres unidades. ¿Quién paga los cascos? la marca Bell, pero el servicio de diseño se hace cargo el propio piloto, Carlos en este caso.

P. Cuando se ve el casco de un piloto da la sensación de que detrás hay un complejo proceso técnico, tanto de diseño como de pintado, a diferencia de los cascos del pasado, de los años setenta, ochenta o noventa.

R. Nosotros creemos que dentro del colapso de marcas, colores y líneas actual, estamos viendo un proceso de minimalismo. En el último casco de Carlos estamos viendo eso. Vamos hacia los cascos de hace cuarenta años, de diseños más simples.

La carcasa del casco esta hecha de carbono, mano a mano con controles de calidad impresionantes. El primer hándicap que tenemos el propio peso. Tenemos un margen entre 65 y 95 gramos para poder pintar un casco. Lo del peso nos lo insisten recurrentemente las marcas de cascos. A cada capa de pintura se añade el paso de pesarla. Una simple capa de barniz, que debes ponerla en dos ocasiones en cada casco, son 25 gramos. Y somos capaces de hacerlo lijándolos a mano, un proceso pesado, que te puede costar dos horas quintarle diez gramos a mano con lija. Luego, el acabado es lo más importante. En Dave Designs la pintura supone el cincuenta por ciento de nuestra oferta de servicios. Nos gusta controlarla, pero también lo que estamos haciendo es marcar unas nuevas líneas sobre hacia dónde va el diseño. Tenemos la percepción de que las cosas que van cambiando más allá de la terminación del casco.

El proceso mínimo pueden suponer fácilmente de quince, horas. El tope son sesenta horas, pero no estamos con un reloj para medir. Hay un baremo, y a partir de ahí se controla. Sesenta horas es un casco muy elaborado, el que Marc utiliza ahora son algo más, porque una vez acabado hay que hacerle mate y brillo, unas diez horas más.

P. La tecnología de diseño y pintura ha derivado hacia un gran barroquismo, hasta el punto de que cuesta identificar a veces el casco de un piloto ¿Cómo influyen los patrocinadores en este apartado?

R. Hay una gran influencia de los patrocinadores, son los que pagan la fiesta y necesitan los espacios. A veces no se logra llegar a lograr la mejor versión de los diseños. Nosotros somos trece personas, con muchas ideas, gente específica, con ideas que están en un cajón guardadas para ser desarrolladas, y eso me da un cierto bagaje, ventaja para poder desarrollar proyectos con la calidad que queremos. Ceo que es necesario en el mundo del motorsport, que es tan visual, tiene que tener un impacto al primer golpe y es lo que estamos buscando.

P: ¿Cuantos cascos se pintan al año en Dave Designs?

R: Pintamos unos 400 cascos al año, pero estamos en más proyectos. Dave Designs no solo pinta cascos, colaboramos con muchas marcas, y también con equipos de competición a los que aportamos una visión de su imagen más desarrollada posible. En Fórmula 1 solo tenemos un piloto, pero me apetece seguir así, porque nos centramos en una sola imagen. En Moto GP tenemos trece pilotos de manera directa, más las colaboraciones con marcas. Todo comenzó con dos manos, las mías, y ahora somos trece personas. Queremos crecer un poco más, pero no es fácil. Se necesita personal especializado, y no es fácil.

P: ¿Quién es el piloto más maniático, si puede decirse así, de entre tus clientes, el que más te complica la vida?

R: Todos tienen una parte complicada pero todos, cuando sienten que lo que se está haciendo es correcto y reciben el feedback de su entorno, se suelen relajar y lo dejan un poco en tus manos. Hay gente enamorada del mundo del diseño, como Marc, que se involucra al cien por cien en el proyecto, con cierta flexibilidad. Y luego tengo a gente que, aunque le gusta el diseño, como es el caso de Carlos, siempre ha sido una personalidad relajada. Tiene una manía, que quiere que perdure: que en el casco aparezca la bandera de España. El de Monza es el casco más diferente que ha hecho nunca de los suyos. Creo que ha sabido coger muy bien el testigo de Fernando Alonso, pero sin confundir sus cascos. Fernando siempre la ha llevado, pero nadie los relaciona. Y eso es lo que buscamos. La bandera siempre ha sido el epicentro del diseño del producto en el caso de Carlos.

R: ¿Cómo se siente el grafitero de aquellos años pintando hoy los cascos de las estrellas españolas de la Fórmula 1? ¿Imaginaba algún día este éxito?

Estoy además en Badajoz, que tiene muchas ventajas, pero también es un hándicap para conseguir personal. Aunque estamos siendo un imán para muchos perfiles, y me llegan curriculums de todas partes del mundo. Por ejemplo, en Asia es alucinante el fanatismo que hay con el mundo del casco y el diseño. Es muy difícil abrir las puertas y experimentar con la gente. El diseño es complicado, nos la jugamos en cada partido, en cada casco. Cuesta mucho tiempo formar a alguien. La persona que entra en diseño o pintura necesita muchos meses.

Por mi parte, sinceramente, sigue vivo el ADN de aquella época de grafitero. Dave, como firmaba entonces ya no lo veo como el nombre en una marca personal, pero sí es cierto que es fuerte que algo tan mundano pueda llegar a convertirse en algo tan especializado. Cuando miro para atrás me da un poco de vértigo, me siento orgulloso peero, sobre todo, de hacer partícipe de ello al equipo de Dave Desings. Se ha convertido en la forma de vivir de doce personas más, y sobre todo, en una ciudad desconectada del mundo del motor como es Badajoz. Sin embargo, para mí es una oportunidad absoluta. En otra ciudad hubiera sido más complicado por distintas razones. Me siento muy bien, es algo muy bonito.