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"Solo quedan dos carreras": Fernando Alonso vislumbra el final de su tortura con Alpine
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UN FRACASO SIN PALIATIVOS

"Solo quedan dos carreras": Fernando Alonso vislumbra el final de su tortura con Alpine

En una carrera donde el piloto español de nuevo se estaba mostrando a un extraordinario nivel, la pésima fiabilidad de su coche provocó el quinto abandono de la temporada

Foto: En México, Fernando Alonso sumó una nueva decepción. (EFE/Mario Guzmán)
En México, Fernando Alonso sumó una nueva decepción. (EFE/Mario Guzmán)
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'¿Hasta cuándo agotará Alpine nuestra paciencia?'. Parafraseando a Cicerón, lo del equipo francés en 2022 está alcanzando ya un nivel insólito de crueldad hacia su piloto Fernando Alonso y hacia su legión de seguidores. En días como este domingo, cuando Max Verstappen y Red Bull batían récords de victorias en una misma temporada, el piloto español y el equipo francés es posible que se encaminen a batir un registro de dudoso mérito, que consiste en el mayor número de puntos perdidos en una temporada por fallos de fiabilidad en el coche. Fernando ha tenido coches menos fiables incluso que el Alpine, tales como aquellos McLaren-Honda de infausto recuerdo, pero como además de frágiles eran coches muy lentos, no había razones para ilusionarse. Alpine en la actualidad te lanza a un espejismo haciéndote creer que hay agua, pero que cuando te tiras en plancha sediento al oasis, te das de bruces con el duro suelo. Esa es la dura tónica a la que nos ha acostumbrado el equipo francés este año.

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No se puede decir que los Alpine sean una maravilla, pero al menos nos permiten ver el talento de un guerrero, que a pesar de llevar más de dos décadas en la brecha, sigue maravillando con sus actuaciones. Es un desperdicio, y hasta un insulto, ver de forma permanente a un piloto prodigioso sufrir en la mitad del pelotón en lugar de pelear en el sitio que le corresponde por victorias y podios. Pero el coraje de Fernando demuestra que no necesita laureles para dar absolutamente todo lo que lleva dentro. Recientemente, Pedro de la Rosa explicaba que, por unas razones o por otras, el desgaste de la edad en un piloto es más mental que físico y que lo asombroso del bicampeón mundial es ver cómo a sus 41 años sigue manteniendo su motivación. Doble o triplemente asombroso habría que decir, ante un coche y un equipo que mina la moral de cualquiera, por muy aguerrido que uno sea.

"A mitad de carrera, iba cómodo", explicaba un decepcionadísimo Fernando. "La verdad es que tanto en Austin como aquí creo que estábamos haciendo las mejores carreras del año. Iba como 30 segundos por delante de mi compañero y de los McLaren, y al final perdí un cilindro. Fui con cinco cilindros durante 20 vueltas, haciendo medio el ridículo y al final se rompió, que creo que era lo mejor". Por duro que suene, es cierto que quizá fuera lo mejor, porque es demasiado difícil ver cómo se diluye el esfuerzo titánico de una hora de lucha en pista. ¿A quién no destruiría ver cómo te pasan a toda velocidad pilotos a los que has distanciado con un esfuerzo titánico gracias a tu pilotaje y no a tu coche?

Alpine busca milagros

La verdad es que viendo la situación desde fuera, no se entendía que Alpine no llamara a Fernando para que tomara el camino de boxes a la vista de la brutal bajada de rendimiento del coche, pero el piloto de Oviedo explicó el porqué: "Yo quería parar, pero el equipo quería seguir por si había un safety car y algún milagro para meternos en los puntos. Pero nada, otra vez la avería al coche 14 (el suyo y no el de Esteban Ocon), como pasa siempre, y una gran decepción". En esta ocasión, el asturiano no pudo ya contenerse. Otras veces, dejó caer sutilmente que los problemas mecánicos y fallos estratégicos del equipo caían de forma recurrente siempre en su lado del box, pero lo de México fue la gota que colmó el vaso. Esa salida de tono, que en otra ocasión podría ser reprochable, en estos momentos es más que comprensible y habría que decir que hasta necesaria. Es simplemente inaceptable en un equipo serio: cinco abandonos por avería en una misma temporada.

Fernando arrancó muy bien, escalando desde la novena hasta la séptima plaza, colocándose por delante del sorprendente Valtteri Bottas. Con el objetivo de alargar lo máximo posible la primera parada, el ovetense rodó las primeras vueltas con mucha cautela para que el coche, a tope de carga de gasolina, no destrozara sus neumáticos de compuesto medio. Al comprobar tanto Alpine como el resto de equipos que el nivel de degradación de las ruedas era muy inferior al esperado, el piloto español empezó a tirar cada vez con más fuerza, alejándose tanto de Bottas como de Esteban Ocon. Después la parada, ahora con ruedas duras, Fernando siguió rodando a muy buen ritmo hasta que alrededor de la vuelta cincuenta, comenzaron los problemas en el motor que acabarían costando el abandono.

Sin espacio para la motivación

Alonso estaba ante la antepenúltima oportunidad de restar puntos a su compañero de equipo, Esteban Ocon, que va por delante de él en la clasificación del campeonato del mundo de pilotos. Al ser preguntado el sábado por esta circunstancia, Fernando elegantemente dijo que su intención era simplemente sumar el mayor número de puntos posibles para ayudar a su equipo. Pero es evidente que no. En el fondo es lógico para él, y para cualquier piloto, querer acabar por delante de tu compañero, porque a fin de cuentas ya se sabe que es tu primer rival. La cuenta de posibles puntos perdidos de Fernando a causa de los abandonos debe superar ya los sesenta y eso, en una temporada normal supondría que el asturiano iría confortablemente por delante de Ocon. Pero ahora, con solo dos carreras restantes, un nuevo cero en el casillero y tres puntos más para el francés, la cosa se pone francamente difícil, rozando lo imposible.

Es verdad, que en los libros al final solo aparecen los fríos números y no la intrahistoria, pero quizá este caso vaya a ser un tanto especial, porque es bastante unánime el reconocimiento al extraordinario nivel que Fernando está mostrando esta temporada. "La verdad es que todo fue muy bien hasta que el motor se paró. Estoy contento por la actuación a nivel personal, por cómo fue la carrera, con buen ritmo, pero todo para que al final el coche se pare otra vez. Bueno… solo quedan dos carreras". Efectivamente, llegado a este punto, perdido el último asidero de motivación a una temporada absolutamente desastrosa de Alpine, lo mejor es que la tortura finalice lo antes posible.

Alpine, lleva desde hace ya muchos, quizá demasiados, años moviéndose entre la cuarta y la sexta plaza del Mundial de Constructores. Cuando el equipo era dirigido por Federico Gastaldi, hace aproximadamente una década y justo antes de que Renault desembarcara de nuevo de forma oficial, iban tan justos de presupuesto que a veces no tenían dinero ni para pagar los hoteles. Pero, sin embargo, luchaban por ganar carreras. ¿Qué ha sucedido entonces en la organización radicada en Enstone?

Recuperada la oficialidad del equipo con la marca del rombo, llegó Cyril Abiteboul sin mayores méritos que tener un poderoso padrino a nivel interno en Renault. Luego, al parisino le sucedió Marcin Budkowski, más preocupado por tener un cargo rimbombante en su tarjeta de visita que del rendimiento de sus coches. Y la guinda la completó este año Ottmar Szafnauer, del cual sospechamos que en Aston Martin, su anterior empresa, no le echan en absoluto de menos. ¿A ver si va a resultar, que el problema a toda esta sucesión de calamidades no estaba en pensar que uno de sus empleados más competentes se estaba haciendo mayor? Como bien dice Fernando, menos mal que solo quedan dos carreras.

'¿Hasta cuándo agotará Alpine nuestra paciencia?'. Parafraseando a Cicerón, lo del equipo francés en 2022 está alcanzando ya un nivel insólito de crueldad hacia su piloto Fernando Alonso y hacia su legión de seguidores. En días como este domingo, cuando Max Verstappen y Red Bull batían récords de victorias en una misma temporada, el piloto español y el equipo francés es posible que se encaminen a batir un registro de dudoso mérito, que consiste en el mayor número de puntos perdidos en una temporada por fallos de fiabilidad en el coche. Fernando ha tenido coches menos fiables incluso que el Alpine, tales como aquellos McLaren-Honda de infausto recuerdo, pero como además de frágiles eran coches muy lentos, no había razones para ilusionarse. Alpine en la actualidad te lanza a un espejismo haciéndote creer que hay agua, pero que cuando te tiras en plancha sediento al oasis, te das de bruces con el duro suelo. Esa es la dura tónica a la que nos ha acostumbrado el equipo francés este año.

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