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Fernando Alonso empieza a perder la paciencia con Alpine (aunque lo disimule)
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MUY POBRE FIABILIDAD MECANICA

Fernando Alonso empieza a perder la paciencia con Alpine (aunque lo disimule)

La fiabilidad de los Alpine en general y el coche de Fernando en particular es inaceptable a estas alturas del proyecto. Tarde o temprano el descontento acabará por hacerse notorio

Foto: Fernando Alonso no pudo evitar que se notara su frustración en el GP de Canadá (EFE/EPA/SIMON BAKER)
Fernando Alonso no pudo evitar que se notara su frustración en el GP de Canadá (EFE/EPA/SIMON BAKER)

Perder buenos resultados por fallos mecánicos a todos los equipos y pilotos les puede pasar. El problema surge cuando esta situación se convierte en norma y, lo que es peor, afecta en una proporción muy superior a uno de los dos coches del equipo. Es el caso de Fernando Alonso respecto al de Esteban Ocon. No tiene sentido que una organización sabotee voluntariamente a una de sus principales bazas para lograr el éxito, pero precisamente por esta razón dice muy poco del bajísimo nivel de excelencia actual de Alpine.

“La fiabilidad en el coche 14 debería ser un poco mejor” exclamó con amargura Fernando al bajarse de su coche el pasado domingo. Cuatro motores cambiados desde el principio de temporada y uno inservible. Un rosario de averías interminable y muchos puntos por detrás del compañero de equipo (39 de Ocón-18 de Alonso) fruto de esa descompensación por problemas mecánicos y cuestionables decisiones estratégicas. Al final, tanto va el cántaro a la fuente que terminará por romperse. Esos golpes al volante de pura frustración al final de la carrera, sugieren estar cerca de ese momento si no cambia la tendencia.

Una falta de fiabilidad imperdonable

Porque, además, hoy la falta de fiabilidad de los coches hay que juzgarla con mucha más severidad que en el pasado. Gracias a la maquinaria de última tecnología y los controles de calidad existentes es más imperdonable un abandono en carrera por fallo mecánico. No olvidemos que cuando se decidió aumentar el número de coches que puntuaban del sexto al décimo puesto se debía fundamentalmente a que acababan las carreras cada vez más coches y demasiados pilotos se iban a casa sin puntos después de buenas peleas en pista.

Aunque todos los equipos sufren problemas con la nueva reglamentación, unos están sufriendo más que otros. Cuando en un equipo concreto se acumulan más fallos de lo razonable en el apartado mecánico o en el estratégico, es que su dinámica interna de procesos falla. Bruno Famin, director ejecutivo de la división de motores de Renault, reconoció en su momento que «la nueva generación de coches, con el nuevo chasis y la nueva aerodinámica, está generando un nivel diferente de presión. Los monoplazas son muy rígidos, son muy bajos y sufren impactos bastante grandes».

Es cierto que el efecto rebote ha pillado a todos por sorpresa, pero a Alpine de forma especial en lo tocante a fiabilidad. No está aprovechando ser de los pocos que integran en la misma empresa la producción de chasis y motores. En pretemporada, el propio Fernando Alonso reconocía que no había razones para que el equipo francés no aspirara a victorias y campeonatos: “Tenemos las personas adecuadas y los recursos necesarios, ahora depende de nosotros sacar algo de todo esto. Se acabó el tiempo de las excusas” destacaba el asturiano. A la vista está, que muchos deberes se han quedado sin hacer.

Szafanauer no se moja

Ottmar Szafnauer, el jefe de Alpine, trata siempre de minimizar el problema, pero su discurso tampoco inspira mucha confianza. Con frecuencia recurre a tópicos y vaguedades: “Sin los coches de seguridad, creo que podríamos haber obtenido más puntos, el ritmo era bueno, casi tan rápido como los Mercedes pero luego por alguna circunstancia nos atraparon” Cuando se le preguntó a Szafnauer sobre el problema de la unidad de potencia con Alonso y que por qué ocurre con más frecuencia, el ingeniero rumano siguió en su línea: "Tuvimos un pequeño problema en el auto de Fernando, parece que fue una fuga de aire en alguna parte, pero aún no sé de donde. No estoy seguro de que siempre le sucedan los problemas a él (Alonso), seguramente se sentirá así. Pero no estoy seguro de que eso sea correcto".

Szafnauer reconoció que el equipo no tenía una explicación firme de por qué Alonso fue tan rápido en la calificación en mojado. "Incluso con todas las computadoras que tenemos, todavía estamos buscando entender las diferencias", dijo el jefe de Alpine. "Pero parte de la razón es que fue genial en mojado y logró un buen tiempo de vuelta. También fue rápido el viernes, también tuvimos un buen ritmo de carrera larga. Mucho de eello son circunstancias, cuando estás ahí afuera se está secando la pista, ¿están los demás al mismo tiempo? Así que hay muchas variables para poder mirar y entender". Resumiendo: Rodeos y más rodeos para evitar reconocer lo evidente: Fernando está pilotando a un nivel muy superior a la máquina que le proporciona su equipo.

placeholder Canadá fue una gran oportunidad perdida para Alpine y Alonso (EFE/EPA/ANDRE PICHETTE)
Canadá fue una gran oportunidad perdida para Alpine y Alonso (EFE/EPA/ANDRE PICHETTE)

Un problema de gestión y liderazgo

Alpine, o lo que antes era conocido como Renault F1, tiene un problema de 'management´ desde hace muchos años. La principal razón, quizás, de que el equipo lleve tanto tiempo instalado en la mitad de parrilla y no donde le corresponde a un equipo grande por historia, recursos y potencial tecnológico. Ni Cyril Abiteboul, ni Marcin Budkowski ni ahora Ottmar Szafnauer parecen responder a ese perfil de gestor con un gran peso específico a nivel de liderazgo empresarial y político, capaz de dar el decisivo paso final para asaltar la cumbre.

El problema para Fernando es que, salvo que Mercedes prescinda de Lewis Hamilton o viceversa a final de esta temporada, tampoco existen opciones mejores si de verdad lo que se aspira es a ‘pensar en cosas chingonas’, como rezaba la frase viral del futbolista Chicharito. Ójala todo este viacrucis de fallos a todos los niveles sirva para consolidar las bases de un proyecto realmente ganador. Sería el colmo que, llegado ese momento, no estuviera el asturiano para disfrutarlo.

Perder buenos resultados por fallos mecánicos a todos los equipos y pilotos les puede pasar. El problema surge cuando esta situación se convierte en norma y, lo que es peor, afecta en una proporción muy superior a uno de los dos coches del equipo. Es el caso de Fernando Alonso respecto al de Esteban Ocon. No tiene sentido que una organización sabotee voluntariamente a una de sus principales bazas para lograr el éxito, pero precisamente por esta razón dice muy poco del bajísimo nivel de excelencia actual de Alpine.

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