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Para el viaje con este Alpine a Alonso no le hacía falta tanta alforja
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Trabajado séptimo puesto

Para el viaje con este Alpine a Alonso no le hacía falta tanta alforja

Llega un momento en que por duro que resulte hay que hacer frente a la realidad. El Alpine es un coche pésimo y sus resultados solo salen del oficio de sus pilotos y estrategas del equipo

Foto: Fernando Alonso, en el circuito de Bakú, camino de la séptima posición. (EFE)
Fernando Alonso, en el circuito de Bakú, camino de la séptima posición. (EFE)
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Es normal que con Fernando Alonso se trate siempre de ver el vaso medio lleno esperando una luz al final del túnel. Sin embargo, llega un momento para admitir la realidad por dura que sea: con su actual monoplaza, es complicado que el asturiano suba a lo más alto del podio.

"Fue una carrera difícil de ejecutar hoy, pero lo hicimos bien", explicó al acabar la carrera. "Estoy contento con el séptimo. Obviamente, nos beneficiamos de algunos abandonos, pero estas cosas suceden y estábamos allí para capitalizarlas y maximizar nuestras fortalezas", resumió la carrera de Bakú en una suerte de más de lo mismo. "Adelanté algunos coches con los neumáticos nuevos y fuimos muy rápidos en las rectas, así que fue útil". Aunque piloto y equipo ejecutaron bien toda la carrera, el séptimo puesto del asturiano se debe fundamentalmente al abandono de los Ferrari y a los problemas con el alerón del Alpha Tauri de Yuki Tsunoda.

Un coche que no da más de sí

El Alpine quizá sea el peor coche de la parrilla a excepción del Williams o, puntualmente, algún otro coche. En Bakú, los McLaren o incluso los Aston Martin estuvieron ya por delante de los coches franceses a pesar de su comienzo desastroso de temporada. Si no están más atrás, es porque en Alpine tienen una pareja de pilotos muy competentes. Y porque su muro de boxes cuenta con gente muy bregada que suple con su saber hacer en carrera las enormes carencias de su coche.

Al principio de la temporada parecía que Alpine contaba con un coche rápido en clasificación, aunque incapaz de mantener buen ritmo en carrera. La fiabilidad tampoco era buena. Por tanto, se trabajó en la dirección de sacrificar la velocidad a una vuelta en favor de un coche competitivo en carrera. Se prometen evoluciones, se anuncian mejoras, pero al final no hay más cera que la que arde. Alonso fue el último entre los que pasaron a la fase final de la clasificación y terminó la carrera a 88 segundos del ganador, Max Verstappen.

Dicho de otro modo: hacer una gran carrera para no verse superado por los pilotos perseguidores, a pesar del pundonor y el espíritu competitivo, no da para mucho cuando el objetivo inicial de este proyecto era aspirar a la victoria. Quizás el asalto al título mundial resultara muy prematuro para Alpine, pero no es aceptable para un constructor como Renault. Tampoco para un piloto como Fernando Alonso es válido celebrar no quedar el último de la clase media de la parrilla como algo relevante.

placeholder El buen hacer de Fernando Alonso y Esteban Ocon está salvando la cara de Alpine. (Reuters/Hamad I Mohammed)
El buen hacer de Fernando Alonso y Esteban Ocon está salvando la cara de Alpine. (Reuters/Hamad I Mohammed)

Una buena carrera

Decir que Fernando hizo un carrerón no es exagerar. Gestionar los neumáticos para hacer la carrera con una sola parada no era nada fácil. Tampoco mantener la distancia frente a quienes tenían al final de las carreras ruedas más frescas que las suyas. "Íbamos muy rápido en las rectas y eso nos favoreció el mantener la posición. Al mismo tiempo, desgastábamos también mucho las ruedas. Para mí, el reto fue conservar las ruedas traseras con vida", afirmó el piloto de Oviedo.

La naturaleza de Bakú permitía comprobar si el Alpine podía materializar los 'flashes' ocasionales de competitividad que en algunos momentos ha mostrado. Pero después de una decepcionante sesión clasificatoria del sábado, y un no menos decepcionante ritmo de carrera el domingo, queda claro que, salvo la unidad de potencia, el coche es muy mediocre. O dicho de otro modo, en Viry-Chatillon (motores) se ha trabajado bien y en Enstone (chasis) se ha trabajado mal.

"Sabíamos que teníamos este extra de velocidad", explicó Fernando al halagar las virtudes de su propulsor. "Era consciente de que esperaban un fallo [en McLaren], así que intenté hacer las últimas curvas siempre bien, con calma, y confiaba en poder mantener la posición. Hicimos una buena salida, estrategia y parada en boxes. Cuando haces eso en Bakú, normalmente siempre ganas una plaza debido al caos que se genera delante de ti".

Un hombre de equipo

De boca de Alonso no salen palabras de reproche para su equipo, sino todo lo contrario. E intenta siempre poner un punto de optimismo. Acaba de batir el récord de longevidad en la Fórmula 1 y es la tercera carrera consecutiva en que pone su coche en los puntos. Quizás en alguna carrera loca con lluvia y coches de seguridad proporcione la carambola de una victoria en Fórmula 1, como en Hungría con Esteban Ocon. Pero se impone el realismo: es poco menos que imposible, por muchas situaciones inesperadas que se presenten.

El proyecto de Alpine no da señales de progresar desde hace muchos años. Por los mensajes recibidos en el pasado, 2022 iba a ser el año para que la marca del rombo se posicionase en la Fórmula 1 en los lugares que le corresponden por su historia. Pero hoy vemos más involución que evolución. Ahora que tanto se especula con el futuro de Fernando Alonso con el equipo, si finalmente Alpine no decidiera continuar la relación, más que un desprecio, sería la confirmación de la impotencia para producir un coche a la altura del piloto que lo conduce.

Es normal que con Fernando Alonso se trate siempre de ver el vaso medio lleno esperando una luz al final del túnel. Sin embargo, llega un momento para admitir la realidad por dura que sea: con su actual monoplaza, es complicado que el asturiano suba a lo más alto del podio.

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