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El fracaso de McLaren en Baréin o por qué solo llegan a la cima los realmente grandes
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DECEPCIONANTE COMIENZO

El fracaso de McLaren en Baréin o por qué solo llegan a la cima los realmente grandes

"Por supuesto, en las últimas temporadas había muchas expectativas respecto a nuestro potencial, pero simplemente no hemos acertado en este momento", afirmaba Andreas Seidl

Foto: McLaren tuvo un muy difícil comienzo de temporada. (EFE/EPA/Ali Haider)
McLaren tuvo un muy difícil comienzo de temporada. (EFE/EPA/Ali Haider)

La caída a los infiernos de McLaren después de ser uno de los mejores equipos en 2022 confirma que en la Fórmula 1 no puedes dar nada por descontado. ¿Cómo es posible que un equipo que ganó un Gran Premio hace apenas unos meses ahora sea casi el farolillo rojo de la competición? Quizá sea esta la historia de quien se vio tan cerca de la cumbre que infravaloró que el tramo final siempre es el más duro. "Espero dolor, y creo que todo el mundo debe saber que va a haber dolor", sentenciaba Lando Norris tras la primera carrera del campeonato, insinuando el largo camino que le espera al equipo británico. "Es donde estamos, y tenemos que acostumbrarnos a donde estamos".

"Por supuesto, en las últimas temporadas había muchas expectativas respecto a nuestro potencial, pero simplemente no hemos acertado en este momento", explicaba con decepción el director general de McLaren, Andreas Seidl. "Estamos muy, muy lejos. Esta pista ha delatado todas nuestras debilidades y ahora tenemos que centrarnos en volver a ser competitivos, pero sabemos que tenemos un problema de rendimiento". El accionista principal de McLaren es el fondo soberano de la familia real de Baréin, por lo que no podía haber peor sitio para caer al fondo de la parrilla.

Tanto Lando Norris como Daniel Ricciardo admiten que no ven nada que esté fundamentalmente mal del coche. Simplemente está muy lejos de los niveles de adherencia que necesitan para ser competitivos. Algo solucionable según avance la temporada, pero la distancia respecto a la cabeza es tal que parece francamente difícil esperar resultados brillantes de McLaren en 2022. "Obviamente es una situación que supone un gran desafío para todo el equipo, el empezar esta nueva era con este coche completamente nuevo con el pie totalmente cambiado", admitía con dura sinceridad Andreas Seidl.

Foto: Alonso vivió una de las peores carreras en Alpine. (Alpine)

El peligro de la complacencia

La causa nunca suele ser única, más bien la conjunción de varios factores simulatáneos. Sin embargo, entre las posibles razones que explican el fiasco actual, una destaca entre las demás: haber caído en la autocomplacencia al subestimar la dificultad de ascender el último peldaño. Cuando estás rozando la cumbre, el peligro es creer que ya has llegado y, sin embargo, queda lo más difícil.

Quizá el problema de origen se encuentre en una mala elección por parte del CEO, Zak Brown, de los hitos que marcó en su plan estratégico para resucitar al equipo. A la vista de los hechos, parece que existía un plan adecuado para hacer competitivo a McLaren bajo la reglamentación vigente hasta el año pasado, pero que descuidó el verdadero objetivo: la nueva era que comenzaba este año. Un caso radicalmente diferente al de equipos como Ferrari o Alpine.

Estos equipos asumieron que sus opciones para volver a optar por el campeonato del mundo pasaban por aprovechar el cambio reglamentario que obligaba a todos partir de un folio en blanco. Ferrari, con su 'pole' y doblete en Baréin, demostró haber entendido mejor que nadie los desafíos con el límite presupuestario al forzar al máximo la colaboración con los equipos satélites de Haas y Alfa Romeo, mientras que Alpine y McLaren han tenido que afrontar este reto en solitario.

placeholder FOTO: EFE/EPA/Giuseppe Cacace.
FOTO: EFE/EPA/Giuseppe Cacace.

Alpine, al menos, tiene una ventaja sobre McLaren, ya que a la hora de diseñar su coche puede darle un enfoque más holístico a su concepción al fabricar su propio motor. En el caso del segundo, esta mucho más limitada la innovación propia y exclusiva, y deben adaptarse a los motores que proporciona Mercedes. Esta era la razón que siempre esgrimía Ron Dennis, el histórico jefe de McLaren, sobre la diferencia entre ser competitivo o ser aspirante a ganar un título mundial, sin estar asociado a un gran constructor los títulos mundiales nunca estarán al alcance.

Justo lo que ocurrió con Red Bull al capitalizar el esfuerzo tecnológico de la asociación con un gigante automovilístico como Honda. Aquí jugó a favor el fundamental detalle del 'timing', que falló en McLaren y Honda en 2015, donde ninguna de las dos partes estaban listas para afrontar el desafío. Y de aquellos polvos, estos lodos.

Muchos errores de cálculo

Cuando Mercedes decidió volar solo con su propio equipo desvinculándose de McLaren, el ego de Ron Dennis le llevó a cometer un terrible error de cálculo. Resultaba incomprensible que el legendario e inteligente manager británico no comprendiera las consecuencias de rechazar de malos modos al mejor motor de la parrilla. Un par de temporadas de cliente con el motor Mercedes habría dado temporalmente no pocos éxitos a su equipo y permitido a Honda resolver los grandes problemas que subestimó en su regreso a la Fórmula 1.

Red Bull recogió los beneficios del descarte de Honda por parte de McLaren, Nada más tomar las riendas del equipo, Zak Brown pasó a contar con Renault como proveedor , pero en calidad de cliente. Aquí pudo llegar el siguiente error de cálculo: en vez de unir fuerzas con el constructor francés, lo que hubiera dado quizá más rédito en el largo plazo, se optó al año siguiente a ser uno más en la larga lista de clientes de Mercedes.

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FOTO: EFE/EPA/Ali Haider.

Tanto Zak Brown como Andreas Seidl probablemente subestimaron el factor crucial de la nueva reglamentación, de los límites presupuestarios y, sobre todo, de la inminente congelación de la evolución de los motores hasta 2025. Hoy ya es tarde para protestar ante la FIA que los Alpha Tauri son una prolongación de Red Bull, o que Haas y Alfa Romeo trabajan con poco disimulo a favor de Ferrari. McLaren tiene motivos para sentirse perjudicado y la permisividad con los equipos satélite es verdad que ha ido demasiado lejos, pero resulta de una terrible ingenuidad indignarse a estas alturas.

Red Bull coleccionó títulos mundiales como cliente de Renault, batiendo en pista a menudo al equipo oficial. De haber fortalecido la unión con Renault, nunca sabremos si McLaren estaría hoy mejor que con Mercedes, pero al menos queda la duda de una posibilidad que con Mercedes desde luego era implanteable. Alpine sufre sin un compañero de viaje, pero más lo hacen los 'clientes independientes' de Mercedes como McLaren o Aston Martin. Como decía el gran Juan Manuel Fangio, hay que tratar de ser el mejor, nunca creerse que ya lo eres.

La caída a los infiernos de McLaren después de ser uno de los mejores equipos en 2022 confirma que en la Fórmula 1 no puedes dar nada por descontado. ¿Cómo es posible que un equipo que ganó un Gran Premio hace apenas unos meses ahora sea casi el farolillo rojo de la competición? Quizá sea esta la historia de quien se vio tan cerca de la cumbre que infravaloró que el tramo final siempre es el más duro. "Espero dolor, y creo que todo el mundo debe saber que va a haber dolor", sentenciaba Lando Norris tras la primera carrera del campeonato, insinuando el largo camino que le espera al equipo británico. "Es donde estamos, y tenemos que acostumbrarnos a donde estamos".

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