Cuando ni las paradas en boxes se practican: por qué Alonso y su Alpine no son competitivos

El GP de Baréin fue un verdadero tormento para Fernando Alonso, perceptible a simple vista en el comportamiento del A522 tanto desde fuera como desde la cámara de a bordo. Tan pronto se inició la carrera, el español cayó a plomo con sensación de impotencia durante toda la prueba. En el equipo parece que se lo esperaban.

Ni soñar, por ahora, entre los cuatro primeros. Desde Alpine se insinúa que los objetivos se cubrirían liderando la clase media. Pero el Gran Premio de Baréin confirmó no es el caso por el momento, y ya teme ser superados por alguno o varios de los equipos B. A día de hoy, Alpine es una gran incógnita que, de no ser despejada, sugiere tiempos duros a Fernando Alonso y su equipo en este inicio del campeonato.

Más dudas que certezas

"Esperábamos esta degradación por lo visto en pretemporada y en los segundos libres", apuntaba el español, que se mostraba satisfecho el sábado, aunque con reservas para el dia siguiente. La de Sakhir es la pista más dura en degradación del certamen, pero el factor es válido para todos. Por lo visto hasta el momento, Alpine lanza tantos mensajes contradictorios que resulta muy difícil concretar su potencial. Desde la pretemporada se arrojan más dudas que certezas. Esos optimistas globos del pasado año han empezado pinchados.

"Mucha degradación. Quizás tuvimos más que los demás". Alonso se mostró realista al terminar la carrera. "Creo que fueron fundamentalmente los neumáticos", explicaba para destacar que ninguno de los tres compuestos funcionaba en el A522. De hecho, la primera parada llegó anticipada por los neumáticos prematuramente deshechos. "Fue una carrera difícil, sin las retiradas, los puntos hubieran sido difíciles", admitía. "Estamos aprendiendo mucho sobre el coche, los neumáticos y la degradación, la estrategia…", explicaba el español, tocando otro punto que invita a cuestionar la capacidad de Alpine durante esta pretemporada: "Es la primera vez que hacemos paradas en boxes, hemos tenido problemas en invierno para practicarlas. Creo que el equipo hizo un gran trabajo con el tiempo limitado que ha habido". Efectivamente, el equipo respondió, pero era otra muestra de la preparación de Alpine en pretemporada.

También hizo de la necesidad virtud para capear la posición actual de Alpine. "Siempre tuve buenas o malas primeras carreras en el campeonato durante mis dieciocho años en Fórmula 1 y esto no significa que vaya a tener un mal campeonato. En 2012 leí que me había clasificado duodécimo, a 1.2 segundos de la pole, y lideramos el campeonato en la última carrera", apuntaba Alonso para relativizar este arranque de campeonato. "Es muy largo, hay que ver cuál es el desarrollo". Sin embargo, en aquel 2012 ningún piloto repitió victoria hasta la octava carrera, precisamente el propio Alonso. Ganó tres. Nada presume un panorama similar este año.

Alpine, un equipo aislado

En comparación con sus rivales, el A522 muestra un diseño aerodinámico menos elaborado, especialmente en los pontones. Como si fuera con retardo. La evolución introducida Sakhir tampoco dio resultados espectaculares. Aunque las prestaciones de velocidades punta de la nueva unidad de potencia ofrecían cifras esperanzadoras, tampoco existe otro equipo para contrastarlas. El resultado global en Sakhir justificaba que Alonso pidiera apretar el 'botón de las mejoras'. Las anunciadas para la primera carrera han dejado que desear, al menos en esta pista. Laurent Rossi se encomienda a las que las llegarán en Barcelona, o antes, si es posible.

Pero el primer Gran Premio habría confirmado otros temores de Alpine. Que el nuevo responsable del equipo, Otmar Szafnauer, sacara el tema el pasado fin de semana indica el temor de que otras escuadras desplacen a Alpine debido a su estrecha relación técnica con los grandes. En este caso, Alpha Tauri, o los dos vinculados con Ferrari. "He visto soluciones en un par de coches que te hacen preguntarte: '¿Cómo diablos dos equipos independientes han salido con esos conceptos técnicos?'", llamando la atención sobre la transferencia de información entre los A y los B, y las soluciones similares que detectaba en coches de equipos vinculados técnicamente. Entre sí. El quinto puesto de Haas debió escocer. En este terreno, Alpine también anda cojitranco.

¿Como en 2021?

El comienzo de Alpine se antoja similar al del pasado año, como recordaba recientemente Laurent Rossi. "Al comienzo de la pasada temporada, estábamos perdidos. Mónaco es un triste recuerdo, estábamos tan perdidos que no teníamos ni idea de qué hacer. No podíamos entender el coche. Después, supimos qué esperar". El propio Rossi reconocía que a Alpine le costó cuatro o cinco meses coger el pulso a su monoplaza y a la capacidad operativa del equipo, pero con un coche relativamente conocido (y congelado) cuyo rendimiento oscilaba según el tipo de trazado.

La conclusión provisional es que Alpine no parece haber cogido técnicamente por la mano al nuevo reglamento. Se escuchan voces sobre los efectos internos en la gestión de tantos cambios en su organigrama, con fuerte presencia de Luca di Meo, el presidente del grupo. No en vano, la continuidad en la Fórmula 1 del Grupo Renault es una fuerte apuesta personal.

En 2022, varios rivales parecen haberse adelantado, bien por superior acierto técnico, bien por esa colaboración (motor incluido) que rechina a Szafanauer. Además, la posición estratégica del equipo en la parrilla es débil para evolucionar al ritmo que podrían imprimir otros. "Estamos de alguna manera como el pasado año, pero es solo la primera carrera", intentaba amortiguar Fernando Alonso. "Necesitamos más circuitos, trazados diferentes, para confirmar". Mientras no sean cuatro o cinco meses...