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De rascarse la cabeza, a preguntarse por qué Ferrari ya no anda ni en seco ni en mojado
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DIFICIL CARRERA PARA FERRARI

De rascarse la cabeza, a preguntarse por qué Ferrari ya no anda ni en seco ni en mojado

Hasta los clasificatorios Ferrari está protagonizando el peor fin de semana del año, como lo resume el desconcierto de sus pilotos y responsables para explicar tan pobre ritmo

Foto: Sainz se encontró con un SF21 que tampoco andaba en mojado. (EFE)
Sainz se encontró con un SF21 que tampoco andaba en mojado. (EFE)

Carlos Sainz intentaba meter el SF21 en la última chicane de Spa, la que ahora hace las veces de la famosa “Parada del Autobús”. Y efectivamente, en ese punto parecía que un autobús era conducido por el piloto español. En una de las veces tenía que corregir violentamente su primer giro con un contravolante porque el coche no quería entrar. Era la última curva del circuito y el neumático llegaba agotado de temperatura y agarre. La tónica general en la sesión clasificatoria del GP de Bélgica.

Ni en seco el viernes, ni tampoco en mojado el sábado. Si flotaba la esperanza de que Ferrari rindiera mejor bajo la lluvia, se evaporó al poco tiempo. Cualquiera que hubiera sido la decisión técnica en torno a la puesta a punto del SF21 tras el viernes– apostar por la lluvia o mantener los reglajes de seco en un monoplaza sin equilibrio- resultó un desastre para el equipo italiano. “Sinceramente el feeling con el coche no era bueno, y no te creas que entendemos el por qué, si lo entendiéramos y tuviésemos solución para mañana lo intentaríamos, pero sinceramente, no vamos muy bien”. Spa se ha atragantado a Ferrari en condiciones en distintas condiciones, un resultado inesperado este fin de semana. Ahora, cualquier fruto recogido dependerá de los avatares de una carrera que se anticipa revuelta, y no tanto del ritmo del monoplaza italiano.

"No entendemos el por qué"

“Son unas condiciones que a mí me encantan, que me divierten muchísimo y en las que suelo ir muy rápido, pero hoy por no calentar el neumático delantero nos está costando muchísimo, ahora mismo, no vamos en lluvia”. El asfalto mojado -aunque cambiante- abría otra ventana para Ferrari que los resultados y los pilotos cerraron abruptamente. Nada que ver con carreras anteriores. “No estoy contento porque siempre disfruto conduciendo sobre mojado”, insistía el madrileño en un circuito donde ha logrado victorias en categorías pasadas. “Sin embargo, el equilibrio y el agarre no estaban ahí hoy. Luchamos para subir la temperatura delantera y no teníamos ‘feeling’ al frenar. Necesitamos investigarlo”, y ponía como contrapunto la carrera de Imola, donde en agua el SF21 mostraba otro ritmo, y en la que Sainz se mostró muy incisivo hasta que se secó la pista. “Además, hoy se trató de salir a la pista en el momento adecuado con el neumático adecuado. Con la lluvia yendo y viniendo tan rápido, fue muy difícil hacerlo bien y podríamos haber perdido un poco de tiempo de vuelta allí también, pero siempre es más fácil decirlo en retrospectiva”.

Sainz, como Leclerc, consideraba que quizás se erró en el momento de salir a la pista en el Q2 con los intermedios nuevos. "Vimos venir algo de lluvia, así que decidimos anticipar con el neumático cuatro o cinco minutos antes, porque pensamos que la lluvia llegaría rápido. Luego, la lluvia se retrasó dos o tres minutos, y quienes entraron para hacer el tiempo con el intermedio dos vueltas más tarde obtuvieron las mejores condiciones de la pista". En todo caso, se trataba de un problema menor en el conjunto del rendimiento del SF21. El desconcierto también era compartido por Leclerc.

Que la suerte acompañe

“Creo que nos hemos equivocado, tenemos que hablar”. El monegasco también pensaba que el equipo había montado erróneamente intermedios nuevos al principio del Q2, dejando indefensos a sus pilotos en los compases finales. Luego vería la foto completa. El muro de boxes italiano quería anticiparse a un chaparrón inminente, y el monegasco tuvo que recoger velas. “Al final de la sesión tenía demasiada adrenalina en el cuerpo y exageré con las palabras”, explicaría tras haber recibido la foto completa del equipo al terminar la sesión. “Pensaba que podíamos haber pasado a la Q3, sobre todo después del trabajo que ha hecho el equipo en los libres 3. Nos había costado muchísimo, pero éramos más competitivos. No hemos hecho ningún milagro, pero creo que podíamos haberlo conseguido. Pero nos faltaba ritmo, y no sabemos todavía las razones”.

Ferrari depende ahora de que una prueba enrevesada juegue a su favor si, como se espera, el asfalto seco y mojado se alternarán durante la carrera y si, como apuntaba Leclerc, el trabajo de en los libres 3 permite ganar algo de ritmo. Aunque Sainz no parecía tenerlo muy claro, En definitiva, desconcierto en Ferrari y falta de rendimiento en muy diferentes condiciones. Spa puede convertirse en un avispero para el equipo italiano si la ruleta rusa de este gran premio no juega a su favor. "Nuestro rendimiento en la clasificación estuvo muy por debajo de nuestro nivel habitual y hasta ahora todo este fin de semana ha sido muy difícil para nosotros”, explicaba Laurent Mekies, el director deportivo del equipo italiano.

Foto: El piloto británico firma una segunda plaza histórica. (Reuters)

“Todavía no hemos conseguido sacar el máximo partido a nuestro coche ni en seco ni en mojado, aunque la situación ha mejorado ligeramente. Cuando las condiciones cambian muy rápidamente, como lo hicieron hoy, nunca es fácil encontrar el momento adecuado para salir, aunque siempre es fácil juzgar en retrospectiva. Dicho esto, lo que pase mañana por la tarde es lo que cuenta, tras caer la bandera a cuadros. Podemos esperar una carrera muy dura, presumiblemente en condiciones similares a las de hoy. Por ello la prioridad será mantener la calma y aprovechar las oportunidades que se nos presenten”. Paul Ricard sigue figurando como la peor carrera del año hasta el momento para Ferrari. El GP de Bélgica, de momento, ha comprado boletos de sobra sustituirla.

Carlos Sainz intentaba meter el SF21 en la última chicane de Spa, la que ahora hace las veces de la famosa “Parada del Autobús”. Y efectivamente, en ese punto parecía que un autobús era conducido por el piloto español. En una de las veces tenía que corregir violentamente su primer giro con un contravolante porque el coche no quería entrar. Era la última curva del circuito y el neumático llegaba agotado de temperatura y agarre. La tónica general en la sesión clasificatoria del GP de Bélgica.

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