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"¡Decidle que saque el coche de seguridad!". El campeón pillado con el carrito del helado
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SEGUNDO TÍTULO PARA VERGNE, Y CON SANCIÓN

"¡Decidle que saque el coche de seguridad!". El campeón pillado con el carrito del helado

Jean-Éric Vergne, campeón por segundo año consecutivo de la Fórmula E, pidió que su compañero de equipo provocara un coche de seguridad en la primera carrera en Nueva York

Foto: Jean Eric Vergne se proclamó en Nueva York campeón de la Fórmula E por segunda vez, aunque con una sanción por su conducta en carrera. (USA TODAY Sports)
Jean Eric Vergne se proclamó en Nueva York campeón de la Fórmula E por segunda vez, aunque con una sanción por su conducta en carrera. (USA TODAY Sports)

La última carrera de la Fórmula E había terminado momentos antes. Varios de sus pilotos se pasaban en el corralito de prensa un vídeo del ya campeón, el francés Jean-Éric Vergne, expiloto de Red Bull que había logrado su segundo título momentos antes. Un vídeo en el que se recogía una conversación por radio que a todos le recordaba al famoso ‘crashgate’ de Renault en 2008, con Nelson Piquet y Fernando Alonso. Pero ¿dónde estaba el campeón? Respondiendo ante los comisarios por el contenido de esa conversación que le podía costar un disgusto.

"¡Decidle a André (Lotterer, su compañero de equipo) que se pare… decidle que provoque la salida del coche de seguridad!", dijo Vergne a su equipo. Los ingenieros de DS Techeetah, callados como mudos. Lotterer rodaba en pista con su coche dañado por una colisión múltiple en la que se había visto involucrado. "¡¿Lo habies oído?!". Vergne llegó a repetir hasta tres veces su petición, ante el silencio de sus ingenieros. Equipo y piloto se jugaban los dos títulos de la Fórmula E. ¿Qué pasó después?

El peor de los escenarios

Antes, rebobinemos. Vergne llegaba a la última cita de Nueva York con 32 puntos de ventaja. Su equipo, DS Techeetah (del que Pedro Martínez de la Rosa es director deportivo) también podía batir a Audi en la clasificación final. Dos carreras completaban el fin de semana. Pero a los pocos minutos de la primera llegó el peor de los supuestos para sus pilotos: una carambola múltiple afectó a Vergne y Lotterer y dañó sus monoplazas, dejándoles fuera de juego a las primeras de cambio.

Vergne pudo llegar a boxes y cambiar su alerón y el neumático pinchado, pero quedó muy descolgado del pelotón. Su compañero seguía en pista, pero con daños que le provocaron otro incidente tras la primera carambola. Aparentemente, Vergne vio la oportunidad y pidió por radio al equipo que su propio compañero provocara la salida del coche de seguridad, lo que le permitiría reintegrarse al pelotón e intentar una posterior remontada para arañar algún punto. Pero sus mensajes no quedaron solo entre equipo y piloto porque fueron lanzados por un canal abierto y aireados por la aplicación oficial de la Fórmula E.

El coche de seguridad salió a la pista, pero vueltas más tarde y por un incidente diferente. La carrera era totalmente caótica, repleta de golpes e incidentes, con varios pilotos aspirando al título (Di Grassi, Evans, Buemi). A falta de una vuelta, Vergne logró remontar hasta la novena posición, con Massa octavo. Si le adelantaba, se proclamaría campeón antes de la cita final del día siguiente. El francés se tiró a degüello, se tocaron y ni siquiera pudieron terminar. Fueron llamados a declarar ante los comisarios. "No pude ni abrir la boca para declarar cuando me preguntaron porque Felipe gritaba como un loco pidiendo una disculpa", relató después el francés, que se jugaría todo a una carta al día siguiente. Arrancando desde la mitad del pelotón.

Foto: Nico Hulkenberg está viviendo un año difícil en Renault y su equipo no ayuda. (EFE)

Preocupado por la seguridad

El domingo, en una carrera estresante, Vergne intentó evitar todo problema. Finalmente logró rematar el título y según pasaba por línea de meta comenzó a gritar como loco mientras desahogaba la tensión. Llegó el momento de las entrevistas televisivas, pero el campeón no aparecía por ninguna parte… Los comisarios le pidieron explicaciones por sus comentarios del día anterior bajo la amenaza de posible conducta antideportiva.

Los comisarios escucharon los mensajes con Vergne delante, quien les dio su versión. "El piloto reconoció que le había pedido a su ingeniero que su compañero parara para que saliera el coche de seguridad. Estaba preocupado por su seguridad y la de otros pilotos debido a los restos en la pista y pidió a su ingeniero que el coche 36 (el de Lotterer) parara por esta única razón". Cuando iba a más de 50 segundos del líder y último en la segunda vuelta.

placeholder Jean-Éric Vergne ganó su segund título de la Fórmula E. (USA TODAY Sports)
Jean-Éric Vergne ganó su segund título de la Fórmula E. (USA TODAY Sports)

"No era como en el pasado"

"Con el beneficio de la perspectiva, el piloto reconoció que los mensajes no eran adecuados, particularmente cuando se realizaron a través de un canal abierto y disponible públicamente a través de una aplicación, y monitorizado por los oficiales de carrera", rezaba el comunicado de los comisarios, quienes aceptaron la explicación de Vergne. "Pero es obligación de un deportista a este nivel actuar de forma correcta y limpia como corresponde a un modelo para otros pilotos a todos los niveles del deporte". Es decir, entendieron perfectamente sus intenciones, pero no podían sancionar más duramente porque el equipo estuvo hábil en no contestar ni actuar. ¿Sanción? Un día de trabajo comunitario, como en su día Max Verstappen.

"Lo que pedía lo habría hecho cualquier otro piloto en la Fórmula 1 y la Fórmula E, ves a tu compañero con una vuelta perdida, el coche roto, el alerón delantero debajo de la rueda, es normal, todo el mundo habría hecho lo mismo”, explicó después Vergne. "No era como si lucharas por la posición con el coche en buen estado o si le hubiera pedido (a Lotterer) que estampara el coche contra el muro como algo que ya ha ocurrido en el pasado", dijo en referencia y sin citar al 'crashgate' de Singapur 2009. Ya, pero el único beneficiado de haberse llevado a cabo la maniobra era el mismo Vergne, que precisamente iba camino del título. Consciente de la que se había librado, el campeón bajó la cabeza: "Estoy contento con cualquier castigo que me impongan como ejemplo para otros pilotos, yo incluido. Tenemos que parar de quejarnos en la radio para intentar que ocurran cosas en tu propio beneficio. En Fórmula 1 todo el mundo lo hace, en la Fórmula E también".

La última carrera de la Fórmula E había terminado momentos antes. Varios de sus pilotos se pasaban en el corralito de prensa un vídeo del ya campeón, el francés Jean-Éric Vergne, expiloto de Red Bull que había logrado su segundo título momentos antes. Un vídeo en el que se recogía una conversación por radio que a todos le recordaba al famoso ‘crashgate’ de Renault en 2008, con Nelson Piquet y Fernando Alonso. Pero ¿dónde estaba el campeón? Respondiendo ante los comisarios por el contenido de esa conversación que le podía costar un disgusto.

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