Alonso mató dos pájaros de un tiro en Indianápolis: la alta velocidad y la pista
Superó magníficamente el 'Rookie Orientation Program" preceptivo para conocer la pista y sus altas velocidades. Pero solo es el comienzo. Por el camino, atropelló dos pájaros
"Se pegó un vacile al llevarse por delante dos pájaros...En todos estos años nunca hemos 'cazado' más de uno, pero el 'cazó dos pájaros simultáneamente. Hemos atropellado muchos pájaros en el pasado, pero nunca dos a la vez", explicaba Rob Edwards, uno de los responsables del equipo Andretti Autosport. Parece que Fernando Alonso tuvo un especial debut en su camino hacia las 500 Millas de Indianápolis.
“Es totalmente increíble, estoy muy contento de ser testigo de esto”. A medida que Alonso avanzaba en las tres fases del test denominado ROP (Rookie Orientation Program) para participar en las 500 Millas de Indianápolis, Mario Andretti se iba deshaciendo cada vez más en los elogios ante la evolución del piloto español. Alonso estaba a punto de lograr “el primer diploma” para la carrera, como lo denominaba el propio Andretti.
Al terminar las primeras 51 vueltas, y casi clavando las 220 millas por hora de límite para el debutante, la leyenda americana del automovilismo no pudo ser más expresivo: “Buen trabajo Fernando, buen trabajo, estamos muy orgullosos de ti. Ha hecho exactamente lo que sabíamos que él podía hacer y lo ha hecho con clase”. Era solo el comienzo. Como el propio piloto reconocía después, “ahora llega la hora de la verdad”. Ha comenzado el desafío de las 500 Millas y el primer diploma se ha conseguido con nota.
"Confía en tu trasero"
Campeón del Mundo de Fórmula 1 en 1978, con una victoria en Indianápolis en su haber, Andretti fue un anfitrión de lujo en la cabina de comentaristas para analizar la progresión y los retos que debe afrontar Alonso este próximo mes. ¿El consejo que le iba dando desde el exterior? El mismo que posiblemente le dio en privado. “Confía en tus sentidos. Confía en tu trasero, si no te sientes bien en el coche, es que las cosas no están bien”, en referencia a la absoluta confianza que un piloto ha de tener en el comportamiento del monoplaza para rodar a las altas velocidades de un óvalo. Un monoplaza que Alonso aún no tiene cogido con la mano para la carrera.
El objetivo inicial del ROP era cubrir una primera tanda de diez vueltas en torno a las 205-210 millas por hora. Otras quince a 210-215. Las últimas quince entre 215 y 220 millas. De las tres últimas vueltas de la segunda fase, dos se clavaron exactamente a 212.926, la siguiente a 212.929… En el último bloque rodó rodó a 219,184 millas/hora de media (352,887 km/h). “El programa me ayudó a ir ganando velocidad”, explicaba posteriormente Alonso. Era solo el comienzo. “Hoy era cuestión de rodar solo, sentir el coche, hacerse con el circuito, con todas las cosas que están relacionadas con la técnica de los óvalos”.
Del gesto tenso antes de subirse al coche, Alonso se mostró algo más relajado tras lograr el ‘diploma’. Comenzó entonces un trabajo más amplio “para familiarizarme con los cambios de puesta a punto que hacen aquí, algunos procedimientos como el coche de seguridad”: cambios y diferentes niveles de carga aerodimámica, reglajes mecánicos de suspensión, modos de ahorro de consumo, paradas en boxes, banderas amarillas...“Ha sido un día muy útil para conocer estas diferentes técnicas de velocidad. Me queda mucho, pero estoy contento con este primer paso”. Al final, Alonso completó un total de 110 laps, con su vuelta más rápida en 222.548 mph (356,076 km/h).
"Mi pie por un lado, el cerebro por otro"
Pero la experiencia no resultaba fácil para el piloto. “Para nada, el circuito parece muy estrecho cuando vas a alta velocidad. Cuando lo ves en la televisión y el simulador todo parece más fácil y más grande”, comentaba después Alonso, “pero cuando estás en el coche todo es muy, muy estrecho”, reconociendo la dificultad que debe suponer moverse en semejante espacio y a altas velocidades con varios monoplazas a los lados en la carrera.
Ganar velocidad tampoco fue coser y cantar. "Gracias al programa 'rookie' de las primeras vueltas levantabas el pie, ibas sintiendo el grip, el coche, seguías el objetivo de velocidad en cada vuelta. Pero en un momento dado me dijeron que no habría más limitaciones, que podía rodar libre”. Llegó el momento de superar los propios límites, tanto de experiencia, como mentales. “Sabía que Marco (Andretti, que dio las primeras vueltas) iba a fondo en la primera curva y me decía, “ire a fondo porque sé que el coche puede hacerlo”. Pero la pista y la velocidad eran una experiencia nueva para Alonso.
Adios pajaritos 🙄 #Indy500 @alo_oficial pic.twitter.com/W9OvGuLBsd
— Victor F1 (@g3of1) 3 de mayo de 2017
“Estaba convencido de iba a fondo, pero el pie no iba a fondo, tenía su propia vida. Mi cerebro no estaba conectado al pie. A la tercera vuelta ya pude hacerlo, pero en la primera fue una magnífica sensación, la de sentir el respeto del lugar, del coche, de la velocidad, para un piloto de carreras eso es pura adrenalina". Incluso tuvo un varios incidentes con varias aves que sobrevolaron la pista, atropellando a dos pájaros. “Ví uno en la curva tres en la penúltima tanda, levanté el pie y le evité y, aunque posiblemente no haría eso en la carrera, salvé una vida. Pero no logré salvar a los otros dos, no los vi”.
"Aún no estoy listo, quedan muchas cosas"
Pero su primer contacto con el óvalo de Indianápolis también ha servido para que Alonso comprenda la magnitud del trabajo que tiene por delante. La emoción del lugar y del proyecto pasa a un segundo lugar. “Lo que es diferente ahora son las emociones de la carrera. Estoy emocionado (por la magnitud de las 500 Millas), pero ahora que he probado el coche estoy más concentrado en el trabajo que hacer por delante que todo lo que rodea la carrera. Lo único que quiero ahora mismo es hablar con los ingenieros”, explicaba Alonso, “despues de probar el coche cambia todo, porque hay muchas cosas por delante que tratar en el aspecto técnico. El aspecto emocional está en segundo plano ahora”.
Alonso es hoy una esponja para absorber ingentes cantidades de información a asimilar, pero que solo puede contrastar en su contacto directo con el monoplaza y el asfalto. Como reconocía, quedan muchas facetas que aprender. “Hay cosas en las que aún no estoy listo y el mayor desafío es el tráfico. En segundo lugar, me falta la puesta a punto del coche, se hacen pequeños cambios durante la semana para ajustar el coche perfectamente para los entrenamientos y luego lo mismo en la carrera, en las paradas en boxes para estar listo en la parte final de la carrera. En este aspecto aún no estoy listo, no siento los pequeños cambios que se hacen en el coche. Porque no piloto el coche, el coche me pilota a mí”.
"Está claro que es un hombre muy intenso"
Su ‘coach’, el expiloto Gil de Ferran, lleva varias semanas junto a Alonso y este miércoles también estaba pegado en todo momento al español. “Su éxito en el mundo de las carreras no viene solo por el talento”, explicaba el brasileño, “tiene también una aplicación tremenda, presta muchísimo atención a todo, hace muchas preguntas y es muy intenso en todo. Su ética de trabajo es impresionante y tiene la inteligencia para llevar todo a cabo. Para mí está claro que es un hombre muy intenso que se está tomando este proyecto muy seriamente y quiere hacerlo bien”.
Mario Andretti puso el broche para confirmar hasta qué punto el piloto español había terminado con nota en su debut en las 500 Millas: “Esta noche, Fernado va a dormir tranquilo como un bebé”.
"Se pegó un vacile al llevarse por delante dos pájaros...En todos estos años nunca hemos 'cazado' más de uno, pero el 'cazó dos pájaros simultáneamente. Hemos atropellado muchos pájaros en el pasado, pero nunca dos a la vez", explicaba Rob Edwards, uno de los responsables del equipo Andretti Autosport. Parece que Fernando Alonso tuvo un especial debut en su camino hacia las 500 Millas de Indianápolis.