El caso Usman Garuba y el ocaso (¿temporal?) de la ÑBA en la mejor liga del mundo

"Tenemos varios jugadores que pueden jugar de 5 y queremos que Usman Garuba juegue. Queremos que los jugadores tengan minutos y partidos para poder evaluar el talento". Así habló Mike Dunleavy, director general de los Golden State Warriors, del internacional español, que ha estado cerca de regresar a Europa. Finalmente, se ha quedado en Estados Unidos tras ser cortado por los Oklahoma City Thunder en plena concentración con la Selección Española.

Los Warriors habían seguido de cerca a Garuba desde que pusiera un pie en Estados Unidos por su parecido defensivo con Draymond Green, uno de los artífices del equipo de Steve Kerr en los cuatro anillos conseguidos y las seis finales alcanzadas en la última década. Siempre es fundamental sustituir a los grandes pilares de los equipos.

Steve Kerr hizo repaso de cómo había sido el verano y reconoció que Garuba tiene cosas de Green y de Kevon Looney, otra pieza importante en el equipo. Es sensato pensar, por las palabras del director general y del técnico, que Usman tendrá una presencia al menos relevante en los Warriors, más necesitados que nunca de buenos jugadores de banquillo.

Menos españoles en la NBA

Se especuló mucho con el posible regreso de Garuba al Real Madrid, porque se esperaba que no tuviera más oportunidades en la NBA tras su salida de los Thunder. Nada de eso. Finalmente, ha encontrado un acomodo que ahora se les niega a los jugadores españoles. O al menos el protagonismo. España está bajo mínimos en la mejor liga del mundo, una anomalía total en el presente siglo.

Ricky Rubio, todavía de baja hasta que mejore su salud mental, Santi Aldama y el propio Garuba son los únicos jugadores nacionales que quedan en la NBA. El mismo mercado que se ha confirmado la continuidad de Usman, ha llegado la salida de los hermanos Hernangómez, cansados de esperar su oportunidad condenados al ostracismo en sus respectivos equipos.

Los veranos con la Selección eran las únicas vías de escape para los Hernangómez, también para Abrines, otro de los que abandonó la NBA ante la escasez de protagonismo. Por eso Europa aparece como una opción atractiva. Por jugar la Euroliga y por recuperar un rol para el que verdaderamente se sienten preparados.

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EFE

Los últimos precedentes

Los últimos cuatro españoles que han pasado por la NBA -Claver, los Hernangómez y Abrines- han tenido una presencia residual en sus equipos. Todo lo contrario de sus predecesores -los Gasol, Jorge Garbajosa, Sergio Rodríguez, Rudy Fernández, Juan Carlos Navarro o José Manuel Calderón, entre otros-. La comparación, eso sí, es difícil de sostener porque se trata de la mejor generación de toda la historia del baloncesto español.

Hay otros casos, con Sergio Llull al frente, de jugadores que han tenido unos picos de un nivel tremendo. Y que habrían tenido con seguridad oportunidades en la NBA. El jugador del Madrid fue sondeado por los Houston Rockets en sus mejores años, pero declinó la propuesta y optó por permanecer en Europa. A veces se renuncia a la que es la mejor competición de baloncesto.

Jugar en Europa, no obstante, no es en absoluto un paso atrás, más aún si se tiene en cuenta el nivel actual de la Euroliga. España no tiene ahora el mismo talento que años atrás, como bien reconoció Scariolo tras el Mundial. Pero seguirán saliendo jugadores, véase el caso de Aday Mara, que apunta a cumplir con creces cuando de el gran salto. Sólo es cuestión de tener paciencia.