El Real Madrid de Chus Mateo sigue de dulce y conquista la Supercopa Endesa (81-88)

El Real Madrid de Chus Mateo sigue en estado de gracia, igual que acabaron la temporada pasada, y se ha alzado con la Supercopa Endesa, el primer título de la temporada al vencer a Unicaja en la final (81-88). Antes, en las semifinales, se enfrentaron al Barcelona, en el que fue el primer clásico del año. El éxito ha llegado gracias a un gran trabajo colectivo, especialmente desde la defensa.

Unicaja empezó mejor el partido, conscientes de la oportunidad que tenían para sumar un nuevo título a sus vitrinas. Eso sí, delante estaba quizá el mejor equipo de Europa. Tres triples seguidos de Perry le dieron ventaja a los malagueños, que se alejaron en el marcador al castigar al Madrid desde el exterior. Precisamente lo que el Barcelona no había conseguido en las semifinales.

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Rafa La Casa

La ventaja del Madrid

El Real Madrid, a pesar del buen inicio de Unicaja, no se achantó y cocinó a fuego lento su remontada. Liderados por el Yabusele y por Tavares, aprovecharon su juego interior para hacer daño a los malagueños, que vieron como finalmente el parcial del primer cuarto se lo llevaron los blancos. No se les puede dejar ninguna oportunidad.

Sergio Rodríguez apareció en el segundo cuarto para organizar el juego del Madrid y para que su equipo aumentara de manera considerable la ventaja (llegaron a los nueve puntos). Unicaja apretó para reducir esa diferencia, pero los blancos disputaron unos buenos últimos minutos de la primera mitad. Y pusieron la máxima distancia (+13).

El tercer cuarto fue, con diferencia, el más disputado de todos, porque en los anteriores los blancos fueron bastante superiores. En esta ocasión, se invirtió la tendencia. Unicaja salió de su paso por vestuarios con un objetivo claro, reducir esa diferencia tan abultada entre ambos equipos. Y se pusieron manos a la obra.

La defensa de Unicaja

Los blancos estuvieron menos acertados en ataque gracias en parte a la buena defensa de Unicaja, liderada por Alberto Díaz, un incordio para Campazzo. Y, en efecto, la distancia se redujo hasta rozar el empate. El Madrid, sin embargo, no entró en pánico en absoluto. Son sabios conocedores de este tipo de situaciones y esperaron su momento.

El final del tercer cuarto quedó algo empañado, porque un triple de Campazzo y un palmeo de Tavares permitieron que el Madrid se fuera con ventaja a los últimos y decisivos diez minutos. Unicaja, eso sí, estaba con mucha más confianza que su rival.

El arranque del último cuarto fue espectacular por parte de Unicaja, que estuvo muy acertado desde el exterior. Osetkowski los lideró con sus triples e impidió que el Madrid tuviera una gran ventaja. Es más, eran los blancos los que tenían más que perder en esa situación. El partido pendía de un hilo.

El Madrid, sin embargo, tiró de orgullo y coraje para conseguir una mínima ventaja (entre cuatro y seis puntos) en los minutos finales del partido. Con ese colchón, consiguieron minimizar al Unicaja en ataque y se aseguraron el triunfo. Los malagueños se ahogaron en la orilla. La Supercopa viaja a la capital de España.