El legado de los Júniors de Oro no eran las medallas, era saber ganar
Trece años después, España jugará la final de un Mundial. Entre uno y otro partido, un gran botín de medallas que han ayudado a crear una identidad ganadora
Ganar ayuda a ganar. Esa idea tan simple (y a la vez tan difícil de ejecutar) explica el Mundial que está realizando España. La Selección ganó a Australia en semifinales y se clasificó para la final. Lo hizo en contra de los pronósticos que no contaban con que siguiera viva a estas alturas, con un equipo claramente inferior al de otros torneos, con un esfuerzo colosal que le ha llevado a superar las expectativas y luchar por el oro 13 años después.
Hay una estrecha relación entre aquel éxito y el resultado de este Mundial, que también es exitoso pase lo que pase el domingo contra Argentina, que será el rival tras ganar a Francia en la segunda semifinal. Entre uno y otro ha habido un gran botín de medallas que ha ayudado a crear una identidad ganadora que se ha ido transmitiendo entre dos generaciones: de los Júniors de Oro a la que forman Ricky Rubio, Sergio Llull, Rudy Fernández, Víctor Claver y Marc Gasol.
Esos cinco jugadores, los cinco que más jugaron contra Australia y los cinco que terminaron el partido, acumulan muchas medallas en su palmarés, y a la vez mucha experiencia en campeonatos internacionales, en partidos a vida o muerte. Todo ese bagaje ha sido clave para que España haya llegado a la final del Mundial.
"Ganar alimenta la habilidad de seguir ganando", explicó Sergio Scariolo en la rueda de prensa posterior a la semifinal. "Cuantos más cuartos de final, semifinales y finales juegas, cuanto más ganas, afortunadamente, más sabes cómo hacerlo, cómo manejarlo, cuándo es el momento adecuado de apretar. Algunos de nuestros jugadores, no muchos en el equipo de este año, los cinco que terminaron el partido, han estado en muchos de estos partidos. Y son grandes líderes para el resto".
"Cuantos más cuartos de final, semifinales y finales juegas, cuanto más ganas, más sabes cómo hacerlo", dijo Sergio Scariolo
España llegó a China con la selección con menos talento ofensivo en muchos años, una plantilla por detrás de otras, pero seguramente con más experiencia que cualquiera. Rudy Fernández debutó con la Selección en 2004; el próximo año disputará sus quintos Juegos Olímpicos. Marc Gasol se estrenó en 2006 con el título Mundial. Ricky Rubio lo hizo en 2008 con la plata olímpica. Y Sergio Llull y Víctor Claver debutaron en 2009, año del primer título europeo de la selección masculina. Una década después, todos forman la columna vertebral de un equipo que sigue ganando cuando pocos lo esperaban.
Ganar ayuda a ganar. Esa idea tan simple (y a la vez tan difícil de ejecutar) explica el Mundial que está realizando España. La Selección ganó a Australia en semifinales y se clasificó para la final. Lo hizo en contra de los pronósticos que no contaban con que siguiera viva a estas alturas, con un equipo claramente inferior al de otros torneos, con un esfuerzo colosal que le ha llevado a superar las expectativas y luchar por el oro 13 años después.