El día que Sergio Llull abandone Madrid y se vaya a vivir a Houston

“Creo que yo quiero jugar en Madrid, porque debe ser una ciudad asombrosa”. Daryl Morey es el director general de los Houston Rockets y esta semana respondió en tono jocoso cuando le preguntaron por qué no eran capaces de traer a la ciudad a Sergio Llull. Qué tiene Madrid que el de Menorca no quiere pisar la NBA, la liga en la que todos los baloncestistas del mundo querrían jugar. Su actual hoja de ruta pasa por irse de luna de miel, jugar el Europeo, enfundarse la camiseta del Madrid… y el año que viene, cuando tenga 30 años y haya escuchado nuevas peticiones de los Rockets, se verá si la respuesta sigue siendo la misma.

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“Madrid debe ser increíble y si eres MVP y ganas títulos...”, explicaba Morey en un programa de radio estadounidense. Es la enésima vez que el de los Rockets debe comentar en EEUU el motivos por los que el base español no quiere moverse del Wizink Center: la ciudad y el equipo. ¿El salario? Los 2,7 millones de euros que aproximadamente percibe el balear son de los mejores de Europa, pero… “hemos hablado con él cada año y ha rechazado ofertas que no puedo creer”, reconoce Morey.

“La NBA es para verla por televisión”

En 2015 renovó su contrato hasta 2021 (concluía en 2018) y se le puso una cláusula de rescisión superior a 20 millones de euros. El conjunto blanco está exprimiendo un tipo de jugador que, normalmente, hace unos años debía haber cruzado el charco en busca del sueño americano. “La NBA es para verla por televisión”, una declaración redonda de este año procedente de 'Mandarinas Llull'.

Morey suele viajar una vez al año para ver en directo a Sergio. La última este pasado mes de marzo. Además, está en contacto con él para que no se le olvide que Houston, en un momento dado, puede ser Madrid. También un scouting balcánico de la franquicia tejana le hace alguna visita de vez en cuando… La respuesta, siempre la misma.

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¿Y el año que viene? En su entorno no ponen la mano en el fuego porque el verano que viene continúe respondiendo lo mismo a los Rockets (porque van a volverle a preguntar). Tendrá 30 años, el físico le seguirá acompañando y podría haber un cambio de ciclo en el Madrid (sobre todo si Doncic cambia de aires y Felipe Reyes y Rudy Fernández no renuevan). Entonces, quizás dé el sí quiero a Houston y la agitada vida de un jugador de la NBA. ¿Adiós por un tiempo al Real Madrid, a los conciertos y el ocio madrileño, a sus terrazas, a su variado grupo de amigos…? Está por ver.

De momento, en EEUU siguen extrañados que un jugador profesional de baloncesto diga no a su liga y sus dólares. “Después de todo debes estar donde seas feliz. Y yo lo soy en Madrid”. Palabra de Llull.