El 'fallo' de Carlos Soria para no tener patrocinador: "Naturalidad sin heroicidad"

Carlos Soria es, a todos los efectos, un deportista más de Alto Rendimiento de España. Lo que le hace singular es su edad, 78 años, y que siendo una leyenda en su deporte, el alpinismo, no encuentra patrocinador para culminar su proyecto de coronar los 14 ochomiles del planeta porque según él “quizá transmitimos las cosas sin exagerar nada, contando lo que hay con la mayor naturalidad y sin heroicidades, es la única explicación que podemos encontrar”.

Carlos entró en la historia del alpinismo en 2004, cuando recién jubilado se convirtió en la persona más veterana en hacer cumbre en el K2, una de las cimas más peligrosas del planeta. Tras ese hito otros ocho ochomiles le siguieron, a los que hay que sumar otras cuatro cumbres que consiguió previamente – entre ellas el Everest – y que le han permitido “mostrar que no se acaba la vida cuando te jubilas, sino que sigue y que puedes seguir haciendo cosas importantes”. Estuvo cinco años, hasta 2016, subiendo montañas con BBVA y el año pasado lo hizo con Correos.

En la recta final de su proyecto, tan sólo le quedan dos cumbres para conquistar los 14 -Dhaulagiri y Shisha Pangma-, resulta extraño que no encuentre el porteador que le ayude a tocar el cielo del montañismo y completar un sueño que se inició hace 45 años. Cómo él mismo explica “muchos amigos extranjeros me preguntan cómo no tengo un patrocinador para el final del proyecto”, pero pese a la adversidad no pierde la esperanza y afirma que “nos quedan todavía aquí dos meses en los que vamos a luchar y seguro que conseguimos que alguien nos ayude y se venga con nosotros”.

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Los médicos... 'curan' a otras expediciones

A punto de cumplir 79 -los cumplirá en febrero cuando se ponga manos a la obra en su objetivo- y lejos de encontrar dificultad en los años o en la montaña, tiene su mayor adversidad en la falta de apoyo y patrocinio ya que el sueño sigue latente, 28 años después de coronar su primer ochomil porque para Soria “el alpinismo es más que un deporte, es mi vida”. Lo de la edad es lo de menos preocupante para Carlos: “Transmito seguridad, nunca he tenido un accidente como alpinista, y nuestros médicos suelen ayudar a otras expediciones más que ocuparse de la nuestra”. Y cuando se le pregunta por qué puede aportar a un patrocinador sólo se concede un elogio y es que según Carlos transmite “una imagen de superación, ya que hago una actividad muy dura”.

Esa superación la demuestra cuando afirma que va “a ir al Dhaulagiri con o sin ayuda” en relación a sus planes para el 2018 que pasan por “intentar las dos cumbres que me quedan. Pero hay mucha diferencia entre irme sólo, en una expedición extraña, y lo que quiero”. Ya que lo que realmente busca es “una expedición que me permita mostrar, como he hecho hasta ahora, lo que hay, con la mayor naturalidad y, sobretodo, que se pueden hacer cosas importantes después de la jubilación”.

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La guinda, en caso de conseguir su objetivo en abril, la pondría a finales de agosto momento idóneo para “ir al Shisha Pangma y hacer la cumbre que me queda. Ya que hice cumbre en una de las dos que tiene esta montaña”.

Como cada año, Carlos Soria planifica a lo grande para conseguir lo que nadie en la historia del alpinismo ha conseguido, sumando elogios y portadas a una carrera brillante que se plasma en un proyecto que, tal y cómo anunciaba su última comunicación, va mucho más allá de conseguir la cima de una montaña, se trata de demostrar lo que es capaz de hacer la ilusión y perseverancia, superando cualquier límite impuesto por el paso del tiempo.