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La lucha de Jesé por evitar el fracaso y cómo cancelan su cesión por el coronavirus
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La lucha de Jesé por evitar el fracaso y cómo cancelan su cesión por el coronavirus

La carga que soporta el canario pesa en un futbolista que lleva más de tres años recorriendo un duro camino. Jesé no tira la toalla. Va reconduciendo su carrera y recibe un nuevo palo

Foto: Jesé Rodriguez, sonriente, durante un entrenamiento con el Sporting de Portugal.
Jesé Rodriguez, sonriente, durante un entrenamiento con el Sporting de Portugal.

En Lisboa está recluido Jesé Rodriguez, una de esas promesas de la cantera del Real Madrid que no renuncia a su lucha por recuperar el tiempo perdido, y buscaba reinventarse en el Sporting de Portugal. El equipo se lo aconsejó su amigo Cristiano Ronaldo. Se ha vuelto a llevar un palo. El equipo vuelve a los entrenamientos y el club cancela el contrato de cesión en esta época del coronavirus, según el diario luso 'A Bola'. No llevaba mala carta de recomendación el canario para reconducir una carrera destrozada desde que sufrió, en 2014, una grave lesión en un partido de la Champions contra el Schalke en el Bernabéu. Se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha y uno de los jugadores preferidos de Zidane entró en el túnel cuando estaba marcado para ser una estrella. Jesé se encuentra confinado, como todos los jugadores, a la espera de reengancharse a la competición y hacerse valer de nuevo. Él lo necesita más que otros porque tiene cuentas que saldar con los desconfiados. Recibe otro jarro de agua fría. Está en Lisboa, pero tendrá que regresar a París.

Desde que lo fichó el Paris Saint-Germain, en 2015, y pagó 25 millones de euros al Real Madrid no ha tenido ese golpe de suerte de su lado. El que sí tuvo Álvaro Morata, por ejemplo, y pasó de estar hundido en el Chelsea a ser rescatado por Simeone. Hoy Morata pide perdón a la afición del Atlético de Madrid por su pasado madridista. No tiene por qué hacerlo. Pero esto no viene al caso. Por un motivo u otro, Jesé ha deambulado por el fútbol. Ha vivido en una continua ruleta. De país en país. Cesión tras cesión. Del PSG a Las Palmas, Stoke, Betis y Sporting de Portugal. Le ha resultado imposible encontrar la estabilidad y la continuidad en un proyecto y con un entrenador que ejerciera toda la presión y fuerza para quedárselo como pieza clave de su equipo.

Lo del PSG salió mal y todavía le queda una temporada de contrato. Está cedido en el equipo luso con una opción de compra de dos millones de euros. No es una operación de riesgo por un jugador que tiene 27 años y ha encontrado la madurez que tanto se le ha echado en cara. El problema son los 3 millones de euros netos que tiene de ficha y de los que el Sporting de Portugal no se hace cargo de su totalidad y comparte con el equipo francés.

Más humildad y sacrificio

Jesé sigue con su particular lucha para que no le llamen fracasado y para darse el gustazo de que tiene sitio en el fútbol de élite. Tampoco está siendo nada sencillo la aventura en el país vecino. Llegó con muchas ambiciones, ganas de comerse el mundo y ha tenido algún capítulo en el que se le ha vuelto a mirar con lupa sus gestos. Si pone mala cara cuando le cambian. Si no marca las diferencias... A Jesé le acompaña una mala fama que nace de su etapa de apogeo en el Real Madrid. Desde que asomó la cabeza como figura en el Castilla y subió al primer equipo con cartel de estrella. Alimentada por una vida ajetreada, en lo sentimental y personal, que ha sido objeto de mofas y críticas en las redes sociales. Sus gustos musicales, su vestimenta, sus fotografías… A Jesé, una debilidad de Florentino Pérez y Zinédine Zidane, no le ha ido bien desde aquella lesión.

La carga que soporta pesa en un futbolista que lleva más de tres años recorriendo un duro camino. Quería regresar a España y el PSG lo envío a Inglaterra. Consiguió volver a jugar en la Liga y sentir la confianza en equipos como Las Palmas y el Betis. "Podemos recuperar a un extraordinario futbolista", eran las palabras de ánimo y confianza que trasladó Quique Setén. Pero ha sido imposible para alguno de estos clubes poder asumir su contrato. Encontró un nuevo destino en Portugal y vuelta a empezar. Jesé lleva un largo tiempo entrenando con mucho sacrificio, con el objetivo de demostrar que ha recuperado el nivel de aquel jugador que encaraba y rompía en velocidad con un cambio de ritmo. Recupera su sonrisa y la motivación que le ha faltado en los últimos tres años. Con buena actitud y ganas por alcanzar un alto nivel. ¿Lo conseguirá? Al menos, no se puede decir que no lo está intentando. Con más humildad y los consejos que le dan para subir la autoestima.

No es nada sencillo volver a esa imagen del jugador al que llamaban el ‘otro’ Cristiano y que tanto daño le hizo. Este fue otro de sus grandes problemas. Las comparaciones y unas palabras, que hoy todavía le recuerdan, cuando dijo aquello de que quería ganar un Balón de Oro. El canario no es tan frágil de cabeza como algunos podían pensar cuando aventuraban su destrucción. No tira la toalla y ha podido ir reconduciendo su carrera con sacrificio y cada vez más trabajo hasta recuperar el tono físico. Jesé reconstruye su carrera y su vida (disfruta de su cuarto hijo) a la espera de poder terminar la temporada interrumpida por la pandemia y saber cuál es su futuro a falta de un año de que finalice su contrato con el Paris Saint-Germain.

En Lisboa está recluido Jesé Rodriguez, una de esas promesas de la cantera del Real Madrid que no renuncia a su lucha por recuperar el tiempo perdido, y buscaba reinventarse en el Sporting de Portugal. El equipo se lo aconsejó su amigo Cristiano Ronaldo. Se ha vuelto a llevar un palo. El equipo vuelve a los entrenamientos y el club cancela el contrato de cesión en esta época del coronavirus, según el diario luso 'A Bola'. No llevaba mala carta de recomendación el canario para reconducir una carrera destrozada desde que sufrió, en 2014, una grave lesión en un partido de la Champions contra el Schalke en el Bernabéu. Se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha y uno de los jugadores preferidos de Zidane entró en el túnel cuando estaba marcado para ser una estrella. Jesé se encuentra confinado, como todos los jugadores, a la espera de reengancharse a la competición y hacerse valer de nuevo. Él lo necesita más que otros porque tiene cuentas que saldar con los desconfiados. Recibe otro jarro de agua fría. Está en Lisboa, pero tendrá que regresar a París.

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