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'Destello bravío': la desinhibición sexual de las mujeres de la España vacía
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'Destello bravío': la desinhibición sexual de las mujeres de la España vacía

Ainhoa Rodríguez debuta en el largometraje con una película que conjuga la inquietud documental por un territorio invisibilizado con la fascinación surrealista

Foto: 'Destello bravío', distribuida en salas de cine por Filmin, ganó el premio del jurado en Málaga. (Filmin)
'Destello bravío', distribuida en salas de cine por Filmin, ganó el premio del jurado en Málaga. (Filmin)

Tras debutar en el cine con los dos títulos paradigmáticos del cine surrealista, 'Un perro andaluz' (1929) y 'La edad de oro' (1930), Luis Buñuel rodó su primera película íntegramente española en Extremadura. Desde su planteamiento como no ficción, 'Tierra sin pan' (1933) mantenía el espíritu surrealista tanto en su objetivo de subvertir las mentes biempensantes en lo que a la imagen de una España moderna se refiere como en su práctica heterodoxa de los modos del documental. Casi un siglo después, la directora Ainhoa Rodríguez nos ofrece con 'Destello bravío' otra muestra vibrante de un cine de contornos surrealistas surgido de tierras extremeñas. Esta ópera prima pone de manifiesto la vigencia de un legado cinematográfico que se ha mantenido vivo en los márgenes del cine industrial. Pero también revela hasta qué punto las estrategias de la directora difieren de esos referentes canónicos tanto en su acepción del surrealismo como en su relación con los habitantes de Tierra de Barros que han acabado poblando su película.

Hija de padre extremeño y madre madrileña, con 'Destello bravío', Ainhoa Rodríguez lleva a cabo un proceso de reconexión artística con sus raíces por vía paterna. La directora se instaló en la comarca pacense de Tierra de Barros durante los meses de preproducción del filme. Su intención no era llevar a cabo una historia autobiográfica, sino conectar con unos paisajes y unas personas que no eran propiamente los de su entorno familiar, pero sí respondían a un mismo imaginario. Al de esa España vaciada y en muchos casos olvidada donde las formas de vida tradicionales agonizan ante el empuje de la globalización, la iconografía religiosa y los rituales a ella asociados mantienen a pesar de todo su poderío, y las relaciones sociales siguen arrastrando inercias sexistas y clasistas.

placeholder Un fotograma de 'Destello bravío'. (Filmin)
Un fotograma de 'Destello bravío'. (Filmin)

A los habitantes de las Hurdes siempre les pesó que 'Tierra sin pan' fijara la imagen de esa comarca extremeña como el paradigma de la España subdesarrollada. Y que, en su afán de denuncia, Buñuel manipulara por momentos la realidad a fin de que se ajustara a su discurso. Ainhoa Rodríguez ha establecido una relación totalmente diferente con los intérpretes no profesionales de su película. Lejos de imponer una mirada unidireccional hacia los ciudadanos de Tierra de Barros, ha establecido estrategias de colaboración artística con los y, sobre todo, las diferentes protagonistas, que en muchos casos encarnan versiones de ellas mismas, y expresan sus propios anhelos o narran sus historias vitales.

Porque 'Destello bravío' se despliega como un retrato coral de un pedazo de Extremadura convertido en un microcosmos con identidad propia a través de una puesta en escena que mima los encuadres y de una dimensión sonora que añade una capa de fascinante extrañeza a las imágenes, como si el lugar se situara en otras coordenadas cósmicas. En este escenario, las mujeres, sobre todo esas mujeres maduras que no abandonaron su tierra en busca de una vida de la que no fueran personajes secundarios, cobran un protagonismo inusitado. Como Cita, atrapada en un matrimonio sin amor que decide renegar de su marido, quien acude a un programa de televisión para recuperarla. O María, que en cambio se casó enamoradísma y en contra de la voluntad de su familia y, tras quedar viuda, decide regresar al pueblo tras años sirviendo en una casa. O Isa, que deja grabados sus recuerdos al tiempo que debe torear las actitudes burlonas de los chicos del pueblo.

placeholder Otro momento de 'Destello bravío'. (Filmin)
Otro momento de 'Destello bravío'. (Filmin)

La representación masculina en 'Destello bravío' se centra sobre todo en el grupo de paisanos que se reúne en el bar. Todo en ellos remite a la caza, desde los atuendos que llevan a la decoración del local. Una idiosincrasia ligada a las costumbres de la comarca, pero también a cierta dinámica depredadora típicamente masculina, que se manifiesta además en el relato que uno de ellos explica sobre el señorito que deja embarazada a una muchacha para después abandonarla. El peso del machismo y la represión planea sobre toda la película. Y es aquí donde Ainhoa Rodríguez opera con uno de los resortes típicamente surrealistas, el de desencadenar los deseos sepultados por décadas de tradición cultural, desde una perspectiva feminista.

La directora convierte su película en un territorio donde las mujeres del lugar desvelan sus anhelos sexuales o vitales. Muchas de ellas relatan recuerdos que parecían dormir agazapados en algún rincón de la memoria o fábulas que las transportan más allá de las fronteras físicas y vitales del lugar donde han crecido. Y en algunos momentos cumbre del filme, las protagonistas aparecen en pleno éxtasis sexual, en solitario o colectivo. En una de estas secuencias, la desinhibición erótica se acompaña musicalmente con la 'Jota de las aceituneras', una de esas canciones tradicionales que nos recuerdan que la mujer como sujeto del deseo ha estado presente durante años en las expresiones más populares de la cultura.

Foto: Los Abbott son la familia protagonista de 'Un lugar tranquilo 2'. (Paramount)

Estrenada mundialmente en el Festival de Róterdam y ganadora del Premio Especial del Jurado y la Biznaga de Plata al mejor montaje en el pasado Festival de Málaga, 'Destello bravío' se sitúa en la órbita de ese cine español heterodoxo y poco convencional capaz de reivindicar la tradición a través de la modernidad artística, y de generar obras en que se desvela la dimensión maravillosa de las costumbres, actitudes y personajes más cotidianos.

Tras debutar en el cine con los dos títulos paradigmáticos del cine surrealista, 'Un perro andaluz' (1929) y 'La edad de oro' (1930), Luis Buñuel rodó su primera película íntegramente española en Extremadura. Desde su planteamiento como no ficción, 'Tierra sin pan' (1933) mantenía el espíritu surrealista tanto en su objetivo de subvertir las mentes biempensantes en lo que a la imagen de una España moderna se refiere como en su práctica heterodoxa de los modos del documental. Casi un siglo después, la directora Ainhoa Rodríguez nos ofrece con 'Destello bravío' otra muestra vibrante de un cine de contornos surrealistas surgido de tierras extremeñas. Esta ópera prima pone de manifiesto la vigencia de un legado cinematográfico que se ha mantenido vivo en los márgenes del cine industrial. Pero también revela hasta qué punto las estrategias de la directora difieren de esos referentes canónicos tanto en su acepción del surrealismo como en su relación con los habitantes de Tierra de Barros que han acabado poblando su película.

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