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"Las élites ricas y la prensa se han cargado a Dilma"
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Sérgio Machado dirige 'El profesor de violín'

"Las élites ricas y la prensa se han cargado a Dilma"

El director brasileño estrena 'El profesor de violín' el próximo 12 de agosto, una historia de música y esperanza ambientada en las favelas más pobres de São Paulo

Foto: Fotograma de 'El profesor de violín'
Fotograma de 'El profesor de violín'

El pebetero del Estadio Maracaná por fin arderá con la llama olímpica en la tarde noche de este viernes 5 de agosto. Por fin Brasil tendrá sus Juegos Olímpicos, pasados dos años de haber acogido también el Mundial de fútbol y más de 4.600 millones de dólares de inversión en infraestructuras después. Brasil, el mismo país cuyo Senado suspendió el pasado 12 de mayo las funciones de la presidenta Dilma Rousseff en un movimiento que muchos han calificado como "golpe de estado". Brasil, el mismo país que, según un reciente informe de la Unesco, es el país iberoamericano con mayor porcentaje de niños sin escolarizar. Un país que vive una espiral de tumultos y asesinatos fuera de lo normal, y eso ya es decir en un país en el que los conflictos armados en las favelas suponen el pan de cada día y donde los niños más desfavorecidos tienen pocas oportunidades de romper la cadena de violencia.

Sin embargo, el director brasileño Sérgio Machado ha querido enviar a través de su última película, 'El profesor de violín', un mensaje de esperanza y superación especialmente dirigido a esos niños. Una historia basada en hechos reales, en la vida del músico Silvio Baccarelli, quien en 1996 fundó en Heliópolis -la favela más poblada de São Paulo, con unos 250.000 habitantes, que entonces acababa de sufrir un incendio devastador- el Instituto Baccarelli, una fundación para enseñar música a niños de las clases más pobres de la capital brasileña. Actualmente, la Orquesta Sinfónica de Heliópolis es una de las más importantes de Brasil.

Tráiler de 'El profesor de violín'

Machado ha viajado hasta España para presentar 'El profesor de violín', que se estrena el próximo día 12 de agosto y ha reflexionado sobre la situación política de Brasil, la importancia de la educación para el desarrollo de su país y el proceso de sacar adelante la historia de Baccarelli, un ejemplo de que la voluntad de una persona puede cambiar de forma positiva la vida de mucha gente.

PREGUNTA. ¿Por qué se decidió a hacer una película sobre el maestro Sílvio Bacarelli y su proyecto de enseñanza musical a los niños de la favela?

RESPUESTA. Fueron los productores quienes me propusieron hacer la película. No fue una decisión rápida y me lo pensé mucho. Pensé: "¿por qué tengo que contar yo, personalmente, esta historia? La primera motivación fue que soy hijo de dos músicos de orquesta y, como cuando salían a tocar no había nadie que me cuidase, me criaron como una especie de mascota de la Orquesta de Bahía. Esta película ha sido una oportunidad de hacer un homenaje a mis padres y ha supuesto una especie de retorno a una cosa que fue muy importante en mi infancia.

Si una parte del dinero perdido con la corrupción o la fabricación de armas se gastara en educación, se podría cambiar América Latina y África enteras

La otra razón fue hablar de los problemas brasileños, que son muchos y muy evidentes, pero hablar con un poco de esperanza, porque lo que me preocupa es que, cuando se cree que no hay ni una posibilidad de cambiar, nadie hace nada y la gente se acomoda. Me parece importante hablar de las personas que de alguna manera están haciendo algo para cambiar la situación. No es tan difícil cambiar las cosas. Sólo hace falta una pequeña voluntad. Si una pequeña parte del dinero que se pierde con la corrupción o con la fabricación de armas de fuego se gastara en educación se podría cambiar América Latina y África enteras. Y eso me da un poco de rabia también.

P. ¿Cómo fue su primer contacto con la favela de Heliópolis?

R. Fui a pasar un tiempo allí y conocí al maestro Sílvio Baccarelli, que en ese momento estaba con más salud, porque ahora se encuentra muy mayor. Pero más que el contacto con él, lo que me sorprendió fue tratar a los niños de la primera orquesta. Conocí y hablé con todos. Uno de ellos, en especial, era una chica que se llamaba Graziela y que fue muy importante para mí. Ella era viola del primer grupo de la Orquesta Baccarelli e hija de un traficante y mujer de otro. Su hermana falsificaba tarjetas de crédito. Graziela me enseñó Heliópolis y el mundo de los traficantes e incluso me contó que, cuando era niña, cuando su padre iba a matar a sus enemigos le ponía a ella el arma en la mano, para humillarles. Como queriéndoles decir: "Tú estás muriendo a manos de una niña". Imagina el trauma.

Pues bien, Graziela aprendió con Baccarelli a tocar la viola -hoy sigue tocándola- y sus hijas también están en la orquesta. La sensación que tengo es de que se rompió la cadena. Para mí es lo más importante. Porque el destino de una persona que es hija y mujer de traficantes es que su hija también lo sea; pero aquí alguien consiguió salir. Y Baccarelli es como una pequeña isla en medio de la favela donde ves a 2000 niños concentrados estudiando. No hay nadie que no llore al verlo.

P. ¿Por qué siguen existiendo tantas favelas -y tan grandes- en Brasil?

R. Las favelas han cambiado mucho en estos diez o quince últimos años. Cuando yo era más joven, las favelas eran extremadamente pobres; ahora las condiciones son más razonables: hay televisión, internet, todos tienen moto... Pero lo que más impacta es el miedo, la violencia.

Y si bien es verdad que en Brasil ha crecido mucho el consumo, éste no ha crecido a la misma velocidad que el acceso a la cultura y a la educación. Las personas son conformistas, quieren consumir más, pero no cultura. Es un círculo vicioso. Y además, ahora estamos viviendo un momento muy difícil, con el golpe. Antes había una sensación de que, aunque tuviésemos muchos problemas, estábamos andando el camino en la dirección correcta. Ahora ya nadie sabe. Es un momento de mucha incertidumbre. No sé lo que va a pasar.

P. Ha calificado la suspensión de Dilma como un golpe de Estado...

R. Creo que han sido las élites ricas las que han tirado, junto con la prensa, a la presidenta Dilma. También hay que decir que no era una presidenta perfecta, pero creo personalmente que era una persona honesta que ha sido sacada del poder por gente deshonesta. Había corrupción, había problemas, pero también había leyes, por ejemplo, por las que la gente no podía pasar hambre. Creo que los ricos no quieren abrir la mano para nada.

Dilma era una persona honesta que ha sido sacada del poder por gente deshonesta

No consigo comprender cómo alguien puede estar en contra de que otra persona tenga dinero para comer. Es inconcebible. No tengo muchas esperanzas de que esto vaya a cambiar. Como muchos directores brasileños que hemos hecho mucha campaña, yo también he salido a protestar a la calle, pero ahora sólo nos queda esperar a las próximas elecciones y ver lo que pasa.

P. ¿Y cómo ve la situación a menos de una semana de que empiecen los Juegos?

R. Llevo un tiempo de promoción fuera de Brasil, pero la sensación que yo tengo es que la población está tan preocupada con la crisis que no da tanta importancia a los Juegos. La crisis de violencia que está teniendo lugar desde hace tres meses nos pone enfermos. El día que vi en el Congreso Nacional que estaban haciendo el 'impeachment' me di cuenta de que sabíamos que había corrupción y que estos tipos eran mala gente, pero es que son unos mafiosos.

P. ¿Es Brasil un país peligroso?

R. Es verdad que no es un país completamente seguro, pero si vas, no te va a pasar nada. A mí nunca me ha pasado nada. Pero si eres un joven negro, puede ser muy peligroso. Los jóvenes negros sienten rabia hacia la policía; la policía, por su parte, les tiene miedo, pero también rabia. Si un policía se asusta, saca el arma. Y cada vez estas muertes son más cotidianas. Para mí el problema de la violencia policial contra personas negras en Brasil es un problema mayor que el que tienen los Estados Unidos, pero como no somos Estados Unidos se oye bastante menos.

La violencia policial contra personas negras en Brasil es un problema mayor del de los EE.UU., pero como no somos EE.UU. se oye bastante menos

P. Ya que hablamos de la cuestión racial, me llama mucho la atención que Silvio Baccarelli sea caucásico, mientras que Lázaro Ramos, el protagonista de la película, es negro. ¿Por qué de esta decisión?

R. Mientras estaba escribiendo el guión, nunca pensé en tener como protagonista a un actor negro. Pero Lázaro, que es una gran estrella en Brasil y muy amigo mío, me dijo: "nunca he pedido nada, pero voy a implorarte, porque esta película es la historia de mi vida. Yo vengo de la favela, tuve una vida muy difícil, perdí mi madre cuando tenía 4 ó 5 años y encontré un profesor que me ayudó. Esta película va a ser la más importante de mi vida, porque es mi historia". Invitó a los productores a cenar en su casa. Me lo imploró, aunque yo no estaba seguro.

Pero hoy creo que añade una capa de profundidad, porque no hay negros en las orquestas de Brasil, ni en las escuelas de Medicina. Entonces entiendes mejor la presión del protagonista, cuando está haciendo la audición. Además se creó una muy buena relación entre Lázaro y los niños [que son actores no profesionales procedentes de la favela], porque hay una identificación. Los niños son lo que Lázaro fue un día y Lázaro es lo que ellos sueñan ser. Esta tiene que ser una película para que, cuando ellos vean el final, se sientan orgullosos y representados. Hace tres años que terminamos el rodaje y hablamos casi todos los días. Lo que me hace más feliz es que todos están bien, que nadie lo está pasando mal.

El pebetero del Estadio Maracaná por fin arderá con la llama olímpica en la tarde noche de este viernes 5 de agosto. Por fin Brasil tendrá sus Juegos Olímpicos, pasados dos años de haber acogido también el Mundial de fútbol y más de 4.600 millones de dólares de inversión en infraestructuras después. Brasil, el mismo país cuyo Senado suspendió el pasado 12 de mayo las funciones de la presidenta Dilma Rousseff en un movimiento que muchos han calificado como "golpe de estado". Brasil, el mismo país que, según un reciente informe de la Unesco, es el país iberoamericano con mayor porcentaje de niños sin escolarizar. Un país que vive una espiral de tumultos y asesinatos fuera de lo normal, y eso ya es decir en un país en el que los conflictos armados en las favelas suponen el pan de cada día y donde los niños más desfavorecidos tienen pocas oportunidades de romper la cadena de violencia.

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