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El loco proyecto en Egipto de revestir la pirámide de Micerinos con granito
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"el proyecto del siglo"

El loco proyecto en Egipto de revestir la pirámide de Micerinos con granito

El polémico plan que según las autoridades de El Cairo iba a ser "un regalo de Egipto al resto del mundo" se acaba de cancelar. Varios egiptólogos nos explican las complicaciones que entrañaba

Foto: Un agente de policía observa las Pirámides de Giza, con la de Micerinos a la izquierda. (Europa Press/DPA/Omar Zoheiry)
Un agente de policía observa las Pirámides de Giza, con la de Micerinos a la izquierda. (Europa Press/DPA/Omar Zoheiry)
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"Leí el titular y pensé: 'Ya están de nuevo estos locos". El que habla es José Miguel Parra Ortiz, egiptólogo, doctor en Historia Antigua y escritor de varios libros centrados en el país del Nilo: La historia empieza en Egipto (Crítica) o Las pirámides: Historia, mito y realidad (Editorial Complutense), entre muchos otros. El tema al que se refiere es la polémica de la semana: el proyecto para el revestimiento con granito de la pirámide de Micerinos, en Guiza, que al final ha sido solo una quimera.

Hace cosa de un mes, el famosísimo arqueólogo Zahi Hawass (jefe del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto) anunció un plan —en colaboración con un grupo de arqueólogos japoneses— para recubrir la pirámide más pequeña de la famosa tríada con bloques de granito, y devolverle así su antiguo aspecto original. A pesar de que Hawass aseguró que se trataba del "proyecto del siglo" y "un regalo de Egipto al resto del mundo en el siglo XXI", el plan se ha cancelado tras la revisión realizada por un equipo de expertos (según anunciaba el Ministerio de Turismo y Antigüedades del país). Desde su anuncio, el proyecto desató la polémica y copó los titulares, pero ¿por qué?

"Se supone que sería un modo de protegerla, pero un monumento que lleva 5.000 años en la Tierra igual no necesita ese tipo de protección", apunta el egiptólogo Parra Ortiz, al que preguntamos por su opinión personal de experto sobre el proyecto en cuestión. "La pirámide de Micerinos ni siquiera estaba completamente revestida de granito, sino que, según lo que sabemos, solo tenía así la parte inferior. Es una pirámide que ya se ha intentado desmontar en el pasado (de ahí su agujero de la cara norte), pero es que el concepto de restauración en sí es fallido. Imagina que cogiésemos una estatua griega y le aplicásemos colores chillones con un bote de pintura. Ver la pirámide así terminada sería una patada en el ojo, sobre todo cuando todo alrededor está igual a como estaba antes".

Restaurar o no restaurar, esa es la cuestión

En realidad, hay algunos monumentos que visitamos pensando que son originales y que, sin embargo, han sido restaurados. Un ejemplo de ello es el Palacio de Minos en Knossos (Creta), hoy en día una de las mayores atracciones turísticas de toda Grecia. Los turistas a menudo no saben que lo que están viendo en Knossos no es un yacimiento de más de 3.000 años milagrosamente conservado, sino que es, en su mayoría, fruto de la reconstrucción del palacio llevada a cabo por Sir Arthur Evans a principios del siglo XX.

"El concepto de restauración es fallido. Imagina que cogiésemos una estatua griega y le aplicásemos colores chillones con un bote de pintura"

"Está reconstruido como se pensaba a principios del siglo XX que podía ser el palacio, pero está completamente desvirtuado porque no sabemos cómo era", apunta el egiptólogo. "Nuestra capacidad de aprender depende un poco de los fallos. Lo que fue un error en el siglo XX es imposible deshacerlo, pero, gracias a eso, ahora cualquier intervención se hace con materiales degradables que se pueden quitar con facilidad. Sin embargo, coger un edificio de 60 metros de alto y revestirlo otra vez es una barbaridad. No sé si lo han hecho para llamar la atención, es que es un gasto innecesario".

Eso nos lleva a otra pregunta: ¿qué sucede con las catedrales —como la Sagrada Familia— que, después de construirse durante siglos, también podrían desvirtuarse porque pierden su sentido original? "En ese caso, puede parecer un despropósito, pero también es preciosa", apunta, riéndose. "Cuando entras, quedas completamente fascinado porque no están haciendo barbaridades, al final están siguiendo los planos originales de Gaudí y terminándola como la habían diseñado. Cuando tardas 200 años en hacer una catedral y empieza siendo románica y acaba siendo gótica… pues se nota. Pero con lo de la pirámide es algo completamente diferente, es que al final llevan sin la capa de revestimiento desde el siglo XIII, cuando hubo un terremoto y lo cogieron para arreglar los palacios de El Cairo, muchos de esa época están construidos con esos bloques".

Lo cierto es que los mismos egipcios restauraron en la Antigüedad, pero los tiempos cambian y lo que en una época puede parecer normal en otra podría ser una auténtica aberración. En el caso de la pirámide de Micerinos, como nunca fue completamente revestida en granito, es muy probable que el rey muriese antes de terminar el complejo piramidal, pues su sucesor fue el que completó los templos adyacentes. Y, de cualquier manera, entonces, ¿no habría que restaurar nunca nada? ¿Debería solo preservarse y no mejorarse?

"En el caso de la pirámide, debe conservarse tal cual está, porque eso también forma parte de su contenido histórico", explica Parra Ortiz. "Si lo transformas para convertirlo en algo moderno o recién terminado, ya no es el objeto que hemos recibido. No es lo mismo que coger y quitarle toda la arena, o, haciendo el símil con un cuadro, lavarle la cara y sacarle los colores originales. Es verdad que la porquería que se queda en el cuadro también forma parte de la historia del mismo, pero los colores se pueden recuperar. Pero revestir el tercio inferior de granito y luego el resto de caliza…, sobre todo, es que no tiene mucho sentido. ¡No aporta nada!".

Las pirámides llevan sin la capa de revestimiento desde el siglo XIII, cuando hubo un terremoto y lo usaron para arreglar los palacios de El Cairo

"Y al final es una cosa que no puedes dejar así, no puedes arreglar solo Micerinos y dejar Keops y Kefrén (que estaban recubiertas de caliza blanca) sin tocar. O no haces ninguna o haces todas", apunta el experto. "No puedes dejar una que resplandezca —que tampoco lo va a hacer porque a los años va a volver a estar machacada por la arena—. Ese no es el modo de conservar los objetos antiguos (entiendo las pirámides como un objeto más que como un edificio). Es un dinero innecesario, ¿sabes qué? Mejor que nos lo den y excavamos lo que nos falta por excavar en la meseta". (Las estimaciones oficiales indican que tan solo se conoce el 20% de todo lo que hay enterrado en el Valle de los Reyes. Quizá no es una mala idea).

"Es una pirámide, no Disney World"

Rosa Pujol, presidenta de la Asociación Española de Egiptología, también tiene una opinión bastante firme al respecto: "La comunidad arqueológica mundial se echó las manos a la cabeza. El proyecto lo que decía al principio es que iban a recopilar todos los bloques de granito del suelo desprendidos y ponerlos en su sitio, la pregunta es: ¿cómo saben cuál es su sitio? Eso hay que hacerlo de una manera más seria. De todas formas, hace muchos años, también hubo alguna polémica porque se estaban cayendo partes de la Esfinge, de las patas principalmente, y empezaron a reconstruirla".

placeholder Panorámica de las tres pirámides. (iStock)
Panorámica de las tres pirámides. (iStock)

"El problema es que los pegamentos modernos pueden con la piedra antigua, entonces no solo se caían los nuevos trozos, sino que también arrastraban esa piedra antigua. Lógicamente, los antiguos egipcios no usaban morteros, pero por la inclinación de la pirámide sabían que aguantaba, pero, ahora, sin saberlo bien… En fin, es normal que hayan decidido frenarlo y hacerlo de una manera más científica, que es excavando alrededor de la pirámide para saber dónde estaban esas piedras. Yo lo veía un proyecto bastante aventurado, por no decir absurdo. Poner ahora una pirámide como si fuera Disney World… Yo las vi la semana pasada, y están fantásticas, no necesitan cambios".

"Micerinos es diferente porque es más manejable, sensiblemente más pequeña y estaba revestida con granito rosado de Asuán"

"Con las otras dos pirámides era imposible hacer este revestimiento, no porque falte piedra caliza (la cantera está al lado), pero la original está perdida y, además, tienen un tamaño tan monstruoso…, pero Micerinos es diferente porque es más manejable, sensiblemente más pequeña y estaba revestida con granito rosado de Asuán, lo que debía darle un aspecto auténticamente imponente", indica. "Pero, claro, ha pasado mucho tiempo. Si se nos quema Notre Dame y estamos muchos años para reconstruirla, imagina esto. Eso no significa que no se arreglen cosas, pero es importante que no se altere la parte exterior y el paso del tiempo. Nosotros nos hacemos viejos y las pirámides también, aunque ellas aguanten mejor que nosotros".

"También hubo un gran clamor cuando en la plaza de la Liberación pusieron un obelisco y unos cuantos carneros del templo de Karnak. Están desubicados, descontextualizados y en un ambiente que no les conviene, porque el ruido y la contaminación de El Cairo les afecta. Todos los arqueólogos se echaron las manos a la cabeza, pero el Gobierno entendió que quedaban muy bonitos y ahí están… A veces la comunidad arqueológica consigue lo que pide y otras, como es su país y es su patrimonio, los egipcios hacen lo que quieren", añade.

"Cuando se restaura algo para que se tenga una mejor visión global de cómo era (por ejemplo, se sustituye un fuste de una columna), hay obligación de que la restauración se note para que no lleve al ojo a engaño. Esto se estaba haciendo razonablemente bien en todo el complejo de Djoser en Saqqara mediante el proceso de anastilosis (un proceso para reconstruir un monumento antiguo por medio de la reunión de fragmentos dispersos), de manera que el visitante se hace una idea de cómo podía haber sido en el pasado. Los monumentos antiguos tienen que ser antiguos, si se rehacen y se pintan todos los años, no tienen ningún sentido", finaliza, tajante.

"Leí el titular y pensé: 'Ya están de nuevo estos locos". El que habla es José Miguel Parra Ortiz, egiptólogo, doctor en Historia Antigua y escritor de varios libros centrados en el país del Nilo: La historia empieza en Egipto (Crítica) o Las pirámides: Historia, mito y realidad (Editorial Complutense), entre muchos otros. El tema al que se refiere es la polémica de la semana: el proyecto para el revestimiento con granito de la pirámide de Micerinos, en Guiza, que al final ha sido solo una quimera.

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