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La ola de las cancelaciones culturales: "Está por encima de la derecha y la izquierda"
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La ola de las cancelaciones culturales: "Está por encima de la derecha y la izquierda"

Fernando Bonete, autor de 'Cultura de la cancelación', comenta las recientes censuras y cambios en obras culturales, tanto actuales como las de hace décadas (como el cómic 'Tintín')

Foto: Viñeta de 'Tintín en el Congo'.
Viñeta de 'Tintín en el Congo'.

¿Era Hergé un racista? No es la primera vez que esto se debate en un mundo en que a su vez la gente suele cuestionarse si debe separarse al artista de su obra. Sí es la primera vez, sin embargo, que se reedita un cómic del historietista en Francia (Tintín en el Congo, su obra con más polémica a sus espaldas), de la mano de la editorial Moulinsart-Casterman. La razón por la que se ha tenido que reeditar la obra es sencilla: para poder añadir un prefacio explicativo sobre el contexto histórico de la colonización de la historia, como explica la propia editorial en su web.

No es algo nuevo. Tintín en el Congo llevaba muchos años envuelto en polémicas desde que un tribunal de primera instancia belga rechazó, allá por 2012, la petición de prohibir el tebeo por violar las leyes contra el racismo. El tribunal sentenció entonces que la edición de 1946 del periodista no pretendía incitar al odio racial (uno de los criterios para decidir si algo viola las leyes belgas contra el racismo). Ya en 2007, la Comisión por la Igualdad Racial del Reino Unido había pedido que el libro fuera retirado de las librerías.

Parece difícil pedirle cuentas a estas alturas a Hergé, que fue hijo de su tiempo en un mundo en el que todavía no existía como tal el concepto de estereotipo racial. Por un lado, las primeras viñetas del joven periodista aparecieron en Le Petit Vingtième, un suplemento infantil de un periódico tremendamente conservador a cargo de Norbert Wallez, que era sacerdote y pidió a Hergé la creación de un personaje que difundiera los valores católicos entre los niños. Por otro, los cómics de Tintín se hicieron eco en multitud de ocasiones de injusticias sociales de la época y sirvieron para contar la realidad de aquel entonces (El loto azul, El asunto Tornasol, El templo del sol y la lista sigue).

'Maus', 'El nacimiento de una nación' o incluso 'Orlando' son algunas de las obras que han sido canceladas en los últimos tiempos

Tampoco es la primera vez en la historia que una obra se rehace o, directamente, se retira, por ofender a ciertos colectivos o perpetuar determinados estereotipos. En 2020, la plataforma de streaming HBO Max retiró Lo que el viento se llevó de su catálogo en Estados Unidos después de ser criticada por ofrecer una visión idealizada de la esclavitud. La película ya fue señalada en su día por activistas por perpetuar ciertos estereotipos sobre los afroamericanos. Más sangrante fue el hecho de que la afroamericana Hattie McDaniel tuviera que sentarse separada de sus compañeros en la ceremonia de los Óscar, tras ganar el premio por su interpretación, debido a las leyes de segregación racial.

placeholder 'Tintín en el Congo'.
'Tintín en el Congo'.

Aunque pensamos que eso de la cancelación es algo reciente, en 2004, por poner otro ejemplo, se canceló en Los Angeles la proyección de El nacimiento de una nación (1915), de David Griffith, por considerarse de nuevo una obra racista. El año pasado, Maus de Art Spiegelman (la primera novela gráfica en ganar el Premio Pulitzer, en 1992, por su fiel testimonio de los horrores del Holocausto) fue prohibida en un condado de Tennessee, Estados Unidos, porque, según palabras de la asociación de padres, "contiene ocho palabrotas y un desnudo femenino". Y, desgraciadamente, en nuestro país ha habido obras que también han sufrido la censura: Orlando de Virginia Woolf y La infamia de la periodista Lydia Cacho se vieron canceladas este mismo año por motivos presupuestarios, según alegaron fuentes de Vox y el PP. E incluso esta semana hemos vivido otra polémica cuando dos compañías teatrales toledanas se han quejado de que, de nuevo, el Gobierno PP-Vox ha decidido cancelar su obra porque los protagonistas salían en ropa interior.

Foto: Imagen de presentación de la obra 'Qué difícil es'.

La polémica de Tintín y el eterno retorno

"La tentación del ser humano es la de imponer su visión de las cosas y la de silenciar a aquellos que piensan diferente, por lo que la cancelación ha existido siempre", se muestra tajante el profesor universitario Fernando Bonete, experto en literatura y también conocido por su obra Cultura de la cancelación (Ciudadela), en entrevista con este medio. "Pero hay algo especialmente relevante: la cancelación no se encuentra adherida a una ideología concreta. No hay una única cancelación por parte de la izquierda o de la derecha, está por encima de las ideologías. Y luego hay otro aspecto fundamental: la humanidad ha querido cancelar siempre, pero en el pasado era más fácil de identificar porque los que cancelaban solían coincidir con el poder. Por irme a lo fácil, el régimen nazi o el estalinista".

"Ahora no te encarcelan y queman tu libro, sino que alteran tu obra, no te dejan ir a conferencias... Es más disimulado"

"Sin embargo, ahora la cancelación no siempre viene de un poder que es visible, sino de una atmósfera que está de manera implícita", señala. "Hablando de la polémica con Hergé: han vuelto a sacar Tintín en el Congo, le han cambiado la portada y han traicionado la obra del autor. Con esto han dado paso a que su obra sea alterada de forma fraudulenta, y esto va pasando poco a poco y se va normalizando. En lugar de hacer como los nazis, que te encarcelaban y, además, quemaban tu libro, aquí las cosas se hacen de una manera más disimulada: se modifica la obra, no te dejan ir de conferencias o que vayas a ciertas universidades... No es tan implícito, pero sucede. Y, de momento, seguirá sucediendo, porque la cancelación va unida al signo de los tiempos y ahora hay mucha división y malestar político".

Volviendo a Hergé, Bonete insiste en que es una polémica que vuelve cada cinco o seis años: "Yo creo que lleva candente desde el proceso de descolonización, a partir de los años 40, la obra ya empezó a recibir críticas. Es verdad que los autores del siglo XX eran conscientes de lo que estaba ocurriendo en el Congo, un país que funcionaba como una empresa privada explotada a modo de genocidio. Muchos autores como el propio Hergé, Joseph Conrad o Casement lo denunciaron. ¿Hasta qué punto eran conscientes? El verdadero problema con Tintín en el Congo es que él utilizó para documentarse no un viaje o una experiencia personal, sino que, aconsejado por sus editores, se basó en revistas o periódicos de la época, que tenían una visión muy falsa y estereotipada de estas personas. Él trasladó estos tópicos al cómic, y es cierto que se les trata como niños y de una forma en cierta manera ridícula".

"Es verdad que algunos compañeros escritores sabían sin duda lo que pasaba, y él también podría haberse enterado, pero la gran mayoría de la población belga tenía, al fin y al cabo, esa idea europeísta de un pueblo que llega, coloniza y salva de alguna manera a los salvajes. ¿Se le puede culpar por ser un hombre de nuestro tiempo? Que nosotros hagamos una lectura con nuestros valores, sin duda, es correcto, porque hemos aprendido, y aquel genocidio fue una auténtica barbaridad, pero no deja de ser una visión historicista, intentando ver los tiempos pasados desde nuestra óptica", asegura Bonete.

placeholder Obra de teatro 'Orlando', de Virginia Woolf, cancelada este verano en Valdemorillo por un Gobierno PP-Vox
Obra de teatro 'Orlando', de Virginia Woolf, cancelada este verano en Valdemorillo por un Gobierno PP-Vox

"Al final, si no hacemos una separación entre el artista y la obra, sería imposible leer nada de la historia de la literatura universal. Es que hasta los santos como san Agustín tuvieron sus más y sus menos, no queda nadie que no haya tenido una actitud reprochable. No podemos caer en esa trampa porque jugamos con la ventaja de que hemos aprendido y que han pasado 100 años. En cierta manera, hay un cierto cabreo con la historia porque la narración siempre ha favorecido a Occidente y a ciertos grupos, y ahora, como venganza, parece que se le está dando la vuelta a todo. Como no se le ha dado voz a un grupo determinado, ahora vamos a culpabilizarnos todos y a fustigarnos por lo que hicimos mal, y al final nunca llegamos al término medio", señala.

Pero Bonete ve algo positivo en todo este asunto de Tintín en el Congo: "Siempre se puede sacar algo bueno de la polémica: aquellos que se interesen por la figura de Hergé encontrarán a una persona que fue evolucionando y aprendiendo a lo largo de su vida. Igual que encontramos una actitud infantil en la obra del Congo, en Tintín en América ha madurado y aprendido, y es un Hergé que señala a unos y otros lo que hacen mal, al hombre blanco le pone como lo que era en aquel momento: un explotador y un colonizador. Yo quisiera que desde nuestro tiempo pudiéramos quedarnos con esta idea. Si cancelamos un cómic (o cualquier obra), no tendremos la oportunidad de aprender del pasado".

¿Era Hergé un racista? No es la primera vez que esto se debate en un mundo en que a su vez la gente suele cuestionarse si debe separarse al artista de su obra. Sí es la primera vez, sin embargo, que se reedita un cómic del historietista en Francia (Tintín en el Congo, su obra con más polémica a sus espaldas), de la mano de la editorial Moulinsart-Casterman. La razón por la que se ha tenido que reeditar la obra es sencilla: para poder añadir un prefacio explicativo sobre el contexto histórico de la colonización de la historia, como explica la propia editorial en su web.

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