Las monjas del siglo XVI revolucionan la Feria del Libro de Frankfurt

Las monjas de hace 500 años también tenían dolores de regla que, a falta de ibuprofeno o enantyum, paliaban con remedios caseros. Se peleaban con su confesor y tenían problemas con el dinero. Es decir, salvando las distancias conventuales, sus cuitas eran las de cualquier mujer, también las del XXI. Bajo esa premisa, las españolas Ana Garriga y Carmen Urbita, doctorandas de los siglos XVI y XVII de la Brown University, en EEUU, crearon hace tres años el pódcast Las hijas de Felipe y lo petaron. Ahora el proyecto va a tener otra pata como libro, Convent wisdom (Sabiduría de convento: cómo las monjas del siglo XVI pueden salvar tu vida del siglo XXI), y ya ha revolucionado la Feria del Libro de Frankfurt: han recibido más de 25 ofertas en 8 países diferentes, además de una subasta de siete editoriales en Estados Unidos, comentan desde su editorial, Blackie Books. Desde luego, es un reventón muy curioso.

"Ha sido muy impresionante. El martes presentamos el proyecto y el jueves ya teníamos ofertas. Los primeros fueron los alemanes y después de ellos llegó Francia, Brasil, Holanda... Todo el mundo empezó a preguntarse qué estaba pasando con 'the nun book’. Es que es un tema muy divertido y muy diferente a lo que hay", explica por teléfono a El Confidencial María Cardona, la agente literaria que ha llevado el peso de estas negociaciones y que durante cuatro días "no me he levantado de mi mesa". Apenas se ha enterado de la polvareda levantada por la cancelación del premio a la palestina Adanía Shibli y los abucheos que sufrió Slavoj Zizek en la conferencia inaugural, también por hablar de Palestina.

El éxito, dice la agente, radica precisamente en la habilidad que tienen Garriga y Urbita, dos amigas que se conocieron en la universidad —aunque habían pasado juntas por el instituto— y que se hicieron inseparables, para "tratar de forma contemporánea algo que nos suena muy lejano". Y hacerlo, dice Cardona, "de forma muy rigurosa, ya que son académicas". Es decir, chanzas con poso o esa capacidad tan de esta generación de veinteañeros y treintañeros —ellas están en los 34— de unir a Sor Ángela de la Cruz y Santa Teresa de Jesús con Georgina o Euphoria. Posmodernismo queer llevado al convento del XVI.

Son capaces de unir a Sor Ángela de la Cruz y Santa Teresa de Jesús con Georgina o 'Euphoria'. Posmodernismo 'queer' llevado al XVI

Si se echa un vistazo rápido al pódcast —cada capítulo dura unos 40-50 minutos—, nos encontramos con un conversacional, es decir, ellas dos charlando amigablemente sobre temáticas como las monjas endemoniadas, la bancarrota de Felipe II (su nombre proviene precisamente de este rey, por una foto que se hicieron juntas en la que aparecían demacradas, como si fueran las hijas de ese tiempo) o el convento de las Descalzas Reales de Madrid, en el que Margarita de la Cruz y otras monjas se dedicaban a "juguetear" con muñequitos policromados. También hablan sobre cómo algunas monjas quedaban "hechizadas" unas con las otras —como le sucedió a Benedetta Carlini (Paul Verhoeven hizo una película reciente sobre ella)—, lo que les sirve para abordar "las siete claves infalibles para identificar lesbianas en el convento", según afirman en el pódcast. Tampoco se escapa de aquí el tema de las drogas o "esos polvitos milagrosos", como le contó una monja en una epístola a Fray Luis de León. El último episodio es el del pasado 9 de octubre, que versa sobre la famosa monja alférez: Catalina de Erauso, haciéndose pasar por un tal Alonso.

A estas alturas, el pódcast es un fenómeno como les ocurrió a otros de formato similar (pero no temática) como Deforme Semanal o Estirando el chicle, con su poquito de cotilleo, veracidad histórica (en este caso) y el dinamismo de una conversación entre dos jóvenes que manejan la misma jerga juvenil. ¿Recuerdan también La pija y la quinqui, el pódcast al que acudió Pedro Sánchez durante la campaña electoral? Pues con Las hijas de Felipe estamos ante algo parecido, pero en el Barroco, una época a la que las autoras han sabido sacarle verdadero jugo, trasladándolo a la actualidad.

"El fenómeno económico que se da en el siglo XVII, por ejemplo, es similar a lo que está pasando hoy: una devaluación brutal de la moneda, una inflación descomunal, la gente no entiende nada, no le alcanza el dinero para comprarse lo del día a día... Es como está sucediendo ahora", señalaban en una entrevista hace justo un año en La Voz de Galicia, donde añadían que "todas estas citas de lamentos por falta de dinero te permiten empatizar fácilmente desde el presente con la precariedad de esa época. Pero empatizar no debería hacernos pensar que es normal que exista. Tenía un porqué en aquel momento, al igual que ahora, y de eso también intentamos hablar siempre".

El regusto que queda en cada episodio es bueno porque, al fin y al cabo, un convento en el siglo XVI no parece el peor lugar del mundo. Allí se leía, no se tenían que parir diez hijos y el amor (y el sexo) podían estar al alcance. "Eran muy precarias, pero de repente les llevaban unos dulcecitos, la alegría que vemos en esas cartas de esas monjas... Hay que crear comunidad para todo: para trabajar, para vivir, esa es la lección. A las mujeres, la sociabilidad no les venía dada, se la tenían que buscar, y encontraban siempre espacios para estar entre ellas. Esas estrategias de disfrute y de supervivencia son una superbuena lección", resumían en la misma entrevista.

Este año, la sorpresa "literaria" proviene de un pódcast, lo que también nos habla del mundo audiovisual en el que estamos viviendo

Con este éxito, no era de extrañar que un libro no tardara en llegar. "Nos hace mucha ilusión escribir este libro, que en realidad llevamos mucho tiempo rumiando. Siempre supimos que las monjas que nos han ayudado a sobrevivir a esta última década y que han moldeado nuestra amistad se merecían el sosiego de la lectura para convertirse también en el rinconcito terapéutico de un auditorio más amplio", dicen ahora las autoras.

Esta vez ha sido Blackie Books el sello que lo ha pergeñado y lo ha llevado con muy buen ojo a Frankfurt, donde la temática ha funcionado muy bien. Cardona, que lleva ya unos cuantos años yendo a la feria, reconoce que allí siempre se está buscando "un tema diferente a lo que hay. Los editores siempre buscan lo nuevo. Ya me pasó el año pasado con La mala costumbre, de Alana S. Portero, y Las abandonadoras, de Begoña Gómez. De lo que se trata es de sorprender con un tema potente", manifiesta. Este año lo han conseguido Las hijas de Felipe. Y con una idea que primero saltó al pódcast, lo que también nos habla del mundo audiovisual en el que estamos viviendo.