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De "te amo" a "bellaquear por Insta": el cambio en la forma de ligar que refleja la música
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Una noche de travesura (por DM)

De "te amo" a "bellaquear por Insta": el cambio en la forma de ligar que refleja la música

Con o sin amor, las relaciones siempre han sido uno de los principales temas de conversación de las personas, y la música refleja en sus letras cómo han variado estas en los últimos 40 años

Foto: Jóvenes charlan de fiesta. (Europa Press/Carlos Castro)
Jóvenes charlan de fiesta. (Europa Press/Carlos Castro)

En 1987, el cantante estadounidense Gregory Abbott publicó su sencillo “Shake You Down”, el más exitoso de toda su carrera. El tema, acompañado de los típicos sonidos de la época, narra una noche de fiesta en la que el artista vuelve a ver a un amor del pasado en medio de la pista de baile. Él, que la observa en la distancia, intenta comunicarse con ella mediante telepatía y le expresa su deseo de volver a pasar otra noche juntos. Con ese objetivo le lanza te quieros, se lamenta de cuánto la echa de menos y le promete que juntos volverán a alcanzar el cielo.

Treinta y cinco años después, Quevedo lanza “Playa del Inglés”. El canario también habla sobre una chica, pero, lejos de las pistas de baile, a ella la conoció “bellaqueando por Insta” (o ligando por Instagram, para los que no sean muy fans del reguetón) y, aunque entiende que él no será el primero ni el último con que ella ha estado, sí que guardará siempre un buen recuerdo de la experiencia. A fin de cuentas, disfrutaron de un maravilloso verano en las islas, donde perrearon en la Playa del Inglés, y eso no se lo puede quitar nadie.

Foto: Foto: iStock.

Las tres décadas que separan una canción de la otra nos hacen plantearnos dos asuntos totalmente opuestos: por un lado, que las relaciones (más o menos románticas) han sido el tema más explotado por los artistas dominantes en la escena musical desde hace décadas; por otro, el cambio sustancial en las formas de ligar. Ya no observamos a una chica en la distancia mientras baila con sus amigas, ahora le damos like a su historia de Instagram. Los cambios que se han dado a nivel social y tecnológico han alterado las relaciones y la música lo refleja a la perfección.

Si realizamos un recorrido por los números uno de España entre 1980 y 2023, hay un punto de inflexión principal que hace que la música de los últimos cuarenta años quede dividida en dos grandes bloques: el que creía en el amor y el que no. El primero abarca hasta principios de los dos mil, con temas como "Nothing 's Gonna Change my Love for You". En esta canción, un Glenn Medeiros de camisa abierta y tupé ochentero no era capaz de contener sus sentimientos hacia una chica a la que decía: “Si tuviese que vivir mi vida lejos de ti / Los días estarían todos vacíos / Las noches me parecerían tan largas”.

Medeiros, sin embargo, no era el único. También estaban George Michael y Celine Dion que, vestidos con seda y hombreras animaban a todo el mundo a enamorarse a ritmo de baladas. Hasta Stevie Wonder, en su tema “Part-Time Lover”, que habla de una infidelidad entre amigos, recurre al amor como excusa para la traición que los protagonistas del tema están cometiendo.

Para Jaime Hormigos, profesor en el Departamento de Ciencias de la Comunicación y Sociología de la Universidad Rey Juan Carlos, el dominio en el panorama musical de este tipo de temas se atribuía a su éxito comercial:Dentro del pop, la música de temática amorosa era algo que vendía bastante. (...) Esto hacía que, independientemente del género del artista, todos los discos incluyesen alguna balada amorosa”.

"Ya no hay ninguna necesidad de fingir que estamos enamorados para tener relaciones"

La escritora Marta Jiménez Serrano enfoca el asunto desde una perspectiva más social: “[En esos años] había más necesidad de justificar el sexo con el amor. Ahora ya somos todos mucho más explícitos y no hay ninguna necesidad de fingir que estamos enamorados para tener relaciones. En la actualidad todos sabemos que esto no está mal”. Este argumento se contrapone al del académico, que expresa cierto recelo ante las letras actuales. Aunque ambos concuerdan en que las letras actuales son “producto de unas pautas de atracción que hoy en día se van imponiendo dentro de nuestra sociedad”, el experto de la URJC cree que el amor que expresan no es más libre, sino “más posesivo”.

Así, desde hace unos 20 años nos encontramos con canciones donde ese deseo prima sobre el amor romántico. El pasado año, Bad Bunny alcanzó el número uno de las listas nacionales con su tema "Moscow Mule", en el que invitaba a salir a una chica con el mero objetivo de acostarse con ella y aclaraba la poca seriedad de la relación al decir que “No somos na’ / Pero estamos envueltos hace rato / WhatsApp sin el retrato / No guarda mi contacto”.

Foto: Un par de amantes del siglo XV. (Wikimedia commons)

Para la autora, estas letras son la consecuencia de una sociedad que teme al amor romántico como si de una epidemia se tratase: “Ahora entendemos que si te implicas [en una relación], puede que la cosa termine y eso era algo que antes no pasaba porque ni siquiera estaba permitido”. Para ella, esto “provoca un miedo que está bien, pero que hace que la gente entre con extrema prudencia en una relación”. Es por esto que canciones de amor tan intensas como las de antes, ahora pueden parecernos “melodramáticas, cursis o hasta irreales”.

Si analizamos las palabras más empleadas en las canciones de cada una de las décadas, también podemos observar cómo hay una tendencia clara hacia esas relaciones cada vez menos comprometidas. Aunque las babies siguen estando bien presentes (las chicas siempre son deseo del cantante), hace ya una década que el amor murió. El rock ya no manda y mirarse a los ojos ha pasado de moda. Estar loco de amor parece algo de cuento y ahora las mamis salen de fiesta todas las noches “pa’ romperla”, y con el objetivo de “que ningún baboso se les pegue”.

Michael Jackson, Madonna, Shakira y Bad Bunny son de los artistas que más temas han conseguido introducir en el número uno de las listas españolas de los últimos cuarenta años. Sus éxitos marcaron a generaciones enteras, aunque mientras el primero ya lo hacía hace más de tres décadas, al último lo empezamos a escuchar hace relativamente poco.

Las canciones del rey y la reina del pop están marcadas por el amor y los sentimientos. Pero ahora, Bad Bunny y Shakira apartan los sentimientos a un lado y lo dejan bien claro en las temáticas de sus canciones y en las expresiones que emplean en sus temas. Mientras que el de Puerto Rico narra historias de chicas solteras que salen de fiesta con sus amigas a emborracharse, Shakira es la chica rabiosa y loca de deseo con una vida llena de aventuras y algún que otro chantaje amoroso, aunque hace dos décadas sí que buscaba el amor en sus letras.

El 'fueguito' de Instagram llega también a la música

No solo los términos de las relaciones han evolucionado en las últimas décadas, también se han introducido nuevas formas de conocer gente y los vínculos afectivos ya no solo se mantienen en persona. Las redes sociales han abierto la puerta a nuevas formas de ligar y, aunque para muchos es más fácil expresarse a través de una pantalla, los formalismos que se llevan a cabo pueden hacer que los procesos sean más engorrosos.

Ilustremos el procedimiento estándar para ligar en Instagram: viendo stories un chico ve a una chica etiquetada en la foto de un amigo. Parece mona. Por tanto, entra en su perfil para ver si tienen seguidores en común, cosa que pasa. Eso quiere decir que existe la posibilidad de que algún día se vean. La sigue. Para mostrar su interés en ella, le da me gusta un día en una storie de un paisaje. Después de más reacciones similares a la primera, decide mandarle un fueguito. Ahí ya no hay vuelta atrás. Las intenciones del chico hace tiempo que están al descubierto, pero ahora lo ha dejado claro.

En la música, este comportamiento se ve reflejado con temas como “Alocao”, de Bad Gyal y Omar Montes. En uno de los versos, él dice de ella: “A los pretendientes los deja en visto / A mí me responde / Me habla bonito”. Sin embargo, Shakira y Karol G ejemplifican cómo es cuando esa persona para ti poco importa: “Y él quiere volver, ya lo suponía / Dándole like a la foto mía”.

También el desamor tiene patrones que se siguen más o menos en las redes sociales. Manuel Turizo cuenta en "La bachata" que bloqueó a su expareja por Instagram, pero sigue viendo sus historias con una cuenta paralela. En estos tiempos, cuando la relación se acaba, toca bloquearse mutuamente, borrar las fotos juntos y eliminar esa destacada que de nombre tenía un corazón.

El reguetón, reflejo de nuestra realidad

El último número uno en las listas españolas en un idioma distinto al castellano fue "Millonària", de Rosalía, en julio de 2019 y escrito en catalán. En los más de cuatro años que han pasado desde ese momento, ni un tema en otro idioma se ha hecho con el podio. Aunque existe alguna que otra canción pop que ha copado las listas, la mayoría son temas de reguetón, cantados por artistas latinos o españoles, como Rauw Alejandro, Lola Índigo o Karol G.

Foto: Quevedo, en su concierto en Arenal Sound. (EFE/Domenech Castelló)
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Jaime Hormigos atribuye el éxito del reguetón a la capacidad que tiene para “hablar de los intereses del público y de lo que le llama la atención en ese momento [a la gente] de una forma muy simple”. Esa simpleza se hace evidente en las propias letras de las canciones, muy fáciles de consumir y con mensajes muy directos. Si Celine Dion decía en “My Heart Will Go On” que “El amor puede tocarnos una vez y durar una eternidad”, a C. Tangana no le hace falta ponerse poético para dejar claro que su relación está muerta, tal y como ocurre en "Demasiadas Mujeres": “Un wasap sin abrir / Hablando de cosas que no dicen nada pa’ ver si aún estás / Borracho en Miami, volando pa’ L.A. o de vuelta a Madrid / Cuéntame cosas que no me hagan daño, ¿cuándo volverás?, ¿qué hora es por allí?”.

Para el académico, el reguetón no deja de ser el reflejo de la sociedad actual: se trata de un género “de usar y tirar”, ya que se produce de forma masiva y se distribuye de muy rápido a través de la redes sociales. La ligereza de sus letras y su ritmo repetitivo hacen que sea perfecto para integrarse en las “pautas de ocio de los jóvenes”, que lo emplean como forma de interacción social.

Sea como sea, el ser humano necesita esa pequeña llama en su vida para seguir adelante y la música seguirá ahí para marcar el ritmo del cambio social.

En 1987, el cantante estadounidense Gregory Abbott publicó su sencillo “Shake You Down”, el más exitoso de toda su carrera. El tema, acompañado de los típicos sonidos de la época, narra una noche de fiesta en la que el artista vuelve a ver a un amor del pasado en medio de la pista de baile. Él, que la observa en la distancia, intenta comunicarse con ella mediante telepatía y le expresa su deseo de volver a pasar otra noche juntos. Con ese objetivo le lanza te quieros, se lamenta de cuánto la echa de menos y le promete que juntos volverán a alcanzar el cielo.

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