Los Javis presentan 'La mesías', "la antiserie" que trae sectas, gurús y canciones de pop cristiano

Desde una de las ventanas de la decimotercera planta del Edificio Telefónica se ven las azoteas de Malasaña. Más abajo se podrían ver si estirásemos un poco más el cuello las callejuelas donde hace ya una década Javier Calvo y Javier Ambrossi dirigían sus primeras obras de microteatro. Hoy se preparan para el estreno este miércoles en Movistar+ de su nueva serie, La mesías, la producción más ambiciosa y compleja de su carrera. De momento. Siete capítulos de más de una hora cada uno de ellos en los que cuentan la historia de una familia disfuncional, una familia encabezada por Montserrat —a la que interpretan en distintos momentos de su vida Ana Rujas, Lola Dueñas y Carmen Machi—, una mujer convencida de ser la interlocutora de Dios con la Tierra, a la que, según ella misma, el Altísimo le ha encomendado extender su palabra a través de la música. ¿Cómo? Por medio de las canciones que interpreta el grupo de sus hijas, Stella Maris, que acaban convirtiéndose en un fenómeno viral. Las canciones de Stella Maris, compuestas por los catalanes Hidrogenesse, tienen muchas papeletas para convertirse en un fenómeno viral en sí mismas.

Olvídense de Paquita Salas, de Veneno. El advenimiento de La mesías es algo más grande. Dicen sus creadores que han buscado experimentar con los tonos, con los géneros, liberarse de las etiquetas estancas. Beber un poco de Yorgos Lanthimos y otro poco de Alice Rohrwacher, de ese cine de autor que, de pronto, sorprende con referencias pop sin complejos. "Siempre hemos querido hacer algo más árido, seco, duro, angustiante", empieza Calvo. "A mucha gente le ha sorprendido el tono de La mesías, pero piensa, de repente, en Canino (2009), de Lanthimos, cuando empiezan a hablar de Rocky IV, o Tarantino, mismamente, que es el máximo exponente de mezclar cosas. O Wintersleep, de Nuri Bilge Ceylan, en la que vemos al dueño del hotel en un iPad haciendo un anuncio de que se venden caballos". "O en Personal Shopper, de Olivier Assayas, en la que Kristen Stewart es una estilista obsesionada con el reportaje de un artista que explica cómo se pinta un cuadro", añade Ambrossi. "Hay mil películas que son absolutamente autorales en las que los directores meten referencias pop, porque son gente que miran a su entorno", continúa Calvo. "Y a mí me gusta mucho cómo este tipo de cine, ya sea europeo, americano o asiático, retrata la contemporaneidad".

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Marta Medina. San Sebastián

La mesías comienza siguiendo a Enric (Roger Casamajor), un hombre de unos 40 años que un día se topa en la televisión con el vídeo viral de un grupo de pop religioso llamado Stella Maris, formado por un grupo de hermanas (una de ellas interpretada por Amaia Romero, de OT). El vídeo empuja a Enric a una regresión hacia su pasado, a intentar reencontrarse con su familia, de la que parece que hace años que no tiene noticias. A través de varias líneas temporales, el espectador descubre poco a poco qué une a Roger con las Stella Maris, por qué parece tan obsesionado con ellas y cuál es su pasado familiar. ¿De qué ha estado huyendo Enric? Una historia en torno a una familia disfuncional, a la necesidad de creer en algo y ser creído, a crecer encerrado en una casa y en un culto.

"Al principio queríamos hacer como unas Vírgenes suicidas (1999, Sofia Coppola), un Mustang (2015, Deniz Gamze), un poco nuestra propia Bernarda Alba", explica Calvo. "Siempre, desde Paquita Salas, nos ha rondado la idea de hacer Bernarda Alba. Queríamos hablar del encierro, de una familia que crece encerrada y de cómo se relaciona con la religión y con el exterior. Queríamos volver a contar el mito de la caverna, que alguien viniese de fuera y les dijese a las hermanas: 'Lo que veis no es verdad; lo que veis es una sombra, un espejismo", cuenta Ambrossi.

A pesar de que La mesías cuenta la historia desde el punto de vista de Roger, el personaje central es el de Montserrat. La conocemos a penas veinteañera, madre adolescente de dos hijos y bastante perdida. Y a la que le cambia la vida cuando encuentra a Dios. Y cuando decide que Dios la ha elegido como interlocutora en la Tierra. "Pensamos en The Master, de Paul Thomas Anderson. Queríamos saber de dónde venía esa gurú. ¿Cómo empieza esa fe de una mujer absolutamente perdida y radicalmente distinta a lo que es una gurú religiosa?", continúa Calvo.

"Yo pienso que es el típico perfil de persona a la que lo que le pasa en la vida nunca está a la altura de lo que ella cree que le tiene que tocar", describe Ambrossi. "Los hombres tampoco están a su altura, para ella. Ni los hombres, ni los hechos. Y ella pensaba que iba a ser poeta, artista, actriz. Pero tuvo hijos y los sueños se le truncaron. Y eso me resuena mucho porque, claro, mis padres eran adolescentes cuando yo nací. Y yo siempre he tenido la sensación de que yo soy un poco el culpable de que mis padres no se hayan desarrollado como querían. Yo veo a mi madre y pienso que tenía que haber sido una superestrella. Y mi padre, el carisma que tenía. Y yo creo que se me ha metido muy dentro la idea de que, como nací yo, se les truncaron los sueños".

Los creadores admiten que también se inspiraron en la Iglesia de El Palmar de Troya. Clemente Domínguez se había criado en una familia muy católica y muy estricta, pero en su juventud mantuvo "ciertas ataduras con las vanidades de la vida", en palabras de sus propios fieles. Con algo más de 23 años experimentó su primera aparición mariana. Años después se quedó ciego en un accidente de tráfico y, en varias ocasiones, vaticinó, que un milagro le devolvería la vista. Obviamente, aquello nunca ocurrió. "Pero queríamos alejarnos un poco de una religión específica. Continuamos un poco lo que empezamos en La llamada y lo abrimos a la creencia general", apostilla Ambrossi. "Nos parecía que era importante que no fuera una serie sobre religión, porque no lo es". En La mesías hay personajes que creen en la Virgen, en Dios, pero también en extraterrestres o en el horóscopo. "La fe es un constructo para intentar dar sentido a nuestra vida", sentencia Calvo.

La mesías ha supuesto más tres años de trabajo para sus creadores, una etapa que culmina este miércoles en el estreno. ¿Cómo se siente, después de tanto tiempo conviviendo con ellos, el momento en el que los personajes ya vuelan por libre? "Todavía estamos ajustando alguna cosa del último capítulo", reconocen. "Siempre estamos ajustando hasta el último segundo". "Esta vez estamos haciendo un duelo un poco raro", reconoce Ambrossi. "Todavía no siento que lo haya hecho". "A mí lo que me pasa —lo que me ha pasado después de Paquita 3, después de Veneno, después de La llamada— es que me da un momento de no poder moverme en la cama de tristeza y de vacío. Pero en La mesías todavía no me ha dado, yo creo que porque todavía estoy con esos últimos cambios y falta el estreno", admite Calvo.

La llamada y Paquita Salas supusieron una sorpresa. Los Javis se situaban en el mapa. Después llegó Veneno, cuyo éxito ha traspasado las fronteras de España: tuvo muy buena recepción tanto en Francia como en Estados Unidos, entre otros países. Además de trascender la pantalla y convertir la serie en una referencia de las reivindicaciones del colectivo trans. "Es verdad que Veneno ha cambiado aspectos de la sociedad, de alguna manera", agradece Calvo. "Ese cambio de rumbo que fue Veneno socialmente ahora nos gustaría que la serie reivindicara una manera de crear que se está perdiendo. La mesías es un poco la antiserie. Es libre en formatos, en tiempos, en tramas, en personajes que van y vienen, que no siguen las normas de nadie, salvo las nuestras", defiende Ambrossi. "La mesías es dura, y tiene su política, porque, evidentemente, todo es política de alguna manera. Pero hemos intentado que nuestra reivindicación sea la de hacer buen cine, crear una historia bien hecha, de calidad, al detalle, con tiempo, e ir en contra del consumo de ahora, de engullir como un pavo fórmulas repetidas", completa Calvo.

Todavía no hay nada cerrado, pero parece que La Mesías seguirá los pasos de Veneno y podrá verse fuera de España. "A mí me gustaría que La mesías fuese como ese disco que escuchas por primera vez, que se te mete dentro y te acaba acompañando toda la vida", piden como deseo. "Ha pasado tres veces lo mismo: La llamada, Paquita Salas y Veneno son películas y series que la gente ve en bucle y se tatúa frases. Que las siente suyas. Eso es lo que queremos".