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'Moscas': por qué para triunfar en la vida hay que ser un corrupto (y por qué el pasado siempre vuelve)
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56ª EDICIÓN DEL FESTIVAL DE SITGES

'Moscas': por qué para triunfar en la vida hay que ser un corrupto (y por qué el pasado siempre vuelve)

El vasco Aritz Moreno presenta en Sitges su segunda película, una adaptación de la novela argentina 'Que de lejos parecen moscas', de Kike Ferrari

Foto: Ernesto Alterio es Luis Machi, un empresario sin escrúpulos, en 'Moscas', de Aritz Moreno. (Festival de Sitges)
Ernesto Alterio es Luis Machi, un empresario sin escrúpulos, en 'Moscas', de Aritz Moreno. (Festival de Sitges)

Luis Machi (Ernesto Alterio) es un empresario de éxito sin demasiados escrúpulos. Él y su socio Miguel (Claudio Rissi) se han abierto camino en los negocios de Buenos Aires pisando muchas cabezas sin que les tiemble el pulso. Machi tiene un buen coche, una buena casa, una buena familia y considera a los de su alrededor o bien gente a la que puede utilizar o bien insectos "que de lejos parecen moscas". Tampoco ha dudado en quitarse de en medio los obstáculos del camino contratando los servicios de un matón de metro y medio de estatura, Cloaca (Tomás Pozzi). Pero los favores siempre se acaban devolviendo. Todo por lo que ha trabajado y culebreado toda la vida se pone en riesgo el día en el que un cadáver aparece en el maletero de su automóvil. Y ese será el inicio de un descenso a los infiernos que lo llevará, por primera vez en su vida, a mancharse las manos. Esta es la premisa de la que parte Que de lejos parecen moscas, el bombazo editorial del argentino Kike Ferrari, escritor que ha compaginado la literatura con el trabajo en limpieza del metro durante muchos años.

Ha sido sorprendentemente el vasco Aritz Moreno el encargado de llevar a la pantalla esta novela puramente porteña, protagonizada por un Alterio entregado al desquicie y la desesperación por encontrar quién, de todos los enemigos que ha ido labrándose en su ascenso a la cima, le ha preparado la encerrona y la rampa de bajada. La película, que todavía no tiene fecha de estreno en España, compite en la Sección Oficial de la 56ª edición del Festival de Sitges. Moscas, un thriller con mucho ritmo y mucho humor negro en el que Alterio se entrega a un personaje mezquino y deleznable, pero del que no queremos soltar la mano.

Fue en 2019 cuando Aritz Moreno estrenó su ópera prima, también una adaptación de una novela, Ventajas de viajar en tren, de Antonio Orejudo, un texto que se creía inadaptable al cine... hasta que Moreno lo adaptó en una de las películas más deliciosamente marcianas de los últimos años. La película también compitió en la Sección Oficial de Sitges y consiguió cuatro nominaciones a los Goya. Moreno repite cuatro años después no solo con Ernesto Alterio, sino también con el guionista Javier Gullón, en un thriller más lineal y más físico que tampoco escatima en mala leche.

placeholder Otra imagen de la película. (Morena Films)
Otra imagen de la película. (Morena Films)

Moreno, devorador de libros, dio con la novela de Ferrari y enseguida pensó en su posible adaptación. "A mí me flipa leer; leo mucho, y Ventajas de viajar en tren también apareció gracias a la lectura. Yo no soy guionista, así que me nutro mucho de la lectura", admite Moreno a El Confidencial. "Me pareció que tenía elementos, detonantes y herramientas para hacer algo interesante, alejándome de Ventajas, porque yo quería hacer un thriller, quería demostrar que podía hacer otras cosas más diferentes, porque es cierto que cuando quieres formar una carrera en el cine, Ventajas no ayudaba precisamente". Reconoce que a pesar del éxito y a pesar de que cree que "nunca" va a rodar "algo mejor" que su ópera prima, que la película fuera tan incómoda le ha acabado cerrando algunas puertas.

Cuenta Moreno que antes de rodar las series Zorras y La chica invisible, probó suerte en Los Ángeles. "Me fui allí y mi manager de allí me organizó una semana entera de reuniones con productores y, nada más llegar el primer día, me dijo que todos los productores con los que me iba a reunir me iban a decir que les fascina Ventajas, pero que ninguno me la hubiese producido. Cada vez es más difícil hacer este tipo de pelis que a mí me interesa". Para Moreno es muy importante rebasar los límites, poner al espectador en una situación incómoda. El capítulo protagonizado por Pilar Castro es uno de los más controvertidos de su anterior película, un pasaje en el que se tratan temas como el maltrato y las parafilias. "Precisamente, la película no ha tenido distribución a nivel internacional por ese capítulo", lamenta el director. "Como espectador, a mí me gustan las películas que me desafían, que me piden ser un espectador activo".

placeholder Aritz Moreno, Merry Colomer y Ernesto Alterio, en la presentación de 'Moscas', en el Festival de Cine de Sitges. (EFE/Siu Wu)
Aritz Moreno, Merry Colomer y Ernesto Alterio, en la presentación de 'Moscas', en el Festival de Cine de Sitges. (EFE/Siu Wu)

Cuando Moreno pensó en Alterio para el personaje protagonista quiso "hacer su papel lo más físico posible". "Quería putearle a muerte en argentina y él estaba encantado. Quería llenarle de mierda, arrastrarle, lo que fuese, porque la peli va de un descenso psicológico a los infiernos y eso hay que apoyarlo, primero con la ciudad —la película arranca con Ernesto conduciendo un BMW pasando por encima de la villa por una autopista y acaba sin BMW y en la villa— y con el vestuario y la caracterización —el descenso físico comienza por la ropa: empieza con un traje completo, primero se quita la corbata, luego se quita la chaqueta, termina en chancletas y, finalmente, con una toalla en la cintura".

"En la novela de Kike ya había una carga política importante", prosigue Moreno. "Eso era parte de lo que más me interesaba: no quería hacer un thriller por el género, a secas. De hecho me parece que precisamente el género negro permite hablar de cosas muy importantes. El reto era cómo hacer una peli con un protagonista que es supernegativo y rechazable para el espectador. ¿Cómo? Pues básicamente torturándole durante 90 minutos. Si todos vamos a odiar a este hombre, al menos pasémoslo bien". Moreno reconoce que su cine bebe mucho del thriller coreano, en el que también hay un sentido del humor que provoca sensaciones contradictorias.

placeholder Ernesto Alterio, durante la presentación de 'Moscas', en el Festival de Cine de Sitges. (EFE/Siu Wu)
Ernesto Alterio, durante la presentación de 'Moscas', en el Festival de Cine de Sitges. (EFE/Siu Wu)

Una de sus apuestas más personales en la adaptación fue elegir al actor Tomás Pozzi para el papel de Cloaca; en la novela el personaje es un bigardo de metro noventa que conduce una moto. En la película lo interpreta el actor de un metro cincuenta, que consigue imponer a pesar de su estatura. "Vi la prueba de Tomás y lo tuve clarísimo, aunque la plataforma [Vix] no quería y tuve que pedirles que confiaran en mí. Al final, por suerte confiaron y pudimos hacerlo con él. Estamos viviendo en un momento que la producción y distribución está cayendo mucho en eso de películas de usar y tirar. En repetir fórmulas e ir a lo seguro. Y yo no quiero que mis películas se olviden al minuto siguiente. Yo quiero que te acuerdes de ellas, incluso para mal. De decir, me cago en Dios, ¿en qué hora he visto yo esta película? Si yo tengo dos opciones y una es la normal y otra es la rara, yo voy a tirar siempre a lo raro, porque me interesa más. Y me equivocaré en muchas ocasiones, pero son riesgos que prefiero tomarlos".

Sin conocer anteriormente Buenos Aires, Moreno ha tenido que representar una ciudad hiperbólica y llena de excesos. "Argentina es una demencia absoluta. Bueno, vamos a hablar de Buenos Aires, porque Argentina es muy grande, no tiene nada que ver Patagonia con Buenos Aires. Nosotros hemos hecho un retrato de Buenos Aires, y Buenos Aires es muy freak: tienes de todo y todo muy a lo loco. El productor argentino me ha dicho que nunca ha visto retratado Buenos Aires de esta manera tan bien, pero me imagino que eso siempre ocurre porque ellos ya consideran normal lo que para nosotros es una locura".

Luis Machi (Ernesto Alterio) es un empresario de éxito sin demasiados escrúpulos. Él y su socio Miguel (Claudio Rissi) se han abierto camino en los negocios de Buenos Aires pisando muchas cabezas sin que les tiemble el pulso. Machi tiene un buen coche, una buena casa, una buena familia y considera a los de su alrededor o bien gente a la que puede utilizar o bien insectos "que de lejos parecen moscas". Tampoco ha dudado en quitarse de en medio los obstáculos del camino contratando los servicios de un matón de metro y medio de estatura, Cloaca (Tomás Pozzi). Pero los favores siempre se acaban devolviendo. Todo por lo que ha trabajado y culebreado toda la vida se pone en riesgo el día en el que un cadáver aparece en el maletero de su automóvil. Y ese será el inicio de un descenso a los infiernos que lo llevará, por primera vez en su vida, a mancharse las manos. Esta es la premisa de la que parte Que de lejos parecen moscas, el bombazo editorial del argentino Kike Ferrari, escritor que ha compaginado la literatura con el trabajo en limpieza del metro durante muchos años.

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