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Poli asesina de día, víctima de machismo de noche: Netflix exprime a Rosa Peral
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Poli asesina de día, víctima de machismo de noche: Netflix exprime a Rosa Peral

El doble producto de Netflix sobre el crimen de la guardia urbana agita las audiencias globales, pero también los niveles de oportunismo. O el negocio de decir lo mismo y lo contrario

Foto: Úrsula Corberó, en la presentación de 'El cuerpo en llamas'. (Getty/Pablo Cuadra)
Úrsula Corberó, en la presentación de 'El cuerpo en llamas'. (Getty/Pablo Cuadra)

Si uno solo se hubiera enterado de lo primero y de lo último sobre Rosa Peral, obviando los acontecimientos entre medias, tendría una idea sobre ella radicalmente diferente a la de la versión oficial.

Lo primero que supimos (en 2008) sobre Peral, agente de la Guardia Urbana de Barcelona, fue que un subinspector con el que había mantenido (y roto) una relación sentimental se vengó de ella (supuestamente) enviando por correo electrónico una imagen en la que Peral le hacía una felación. La foto se movió por todas las comisarías de Barcelona. El caso, bautizado como pornovenganza, fue a juicio. Podía haber sido un asunto pionero de las denuncias sobre acoso sexual y relaciones laborales tóxicas. Sobre el abuso de poder de un superior. Un MeToo policial antes del MeToo.

Foto: Rosa y Albert, principales sospechosos del crimen del pantano, en una comida con otros agentes

Lo último que hemos sabido sobre Rosa Peral es un documental de Netflix, Las cintas de Rosa Peral, en la que habla desde la cárcel tras ser condenada a 25 años por asesinar a un policía. En Las cintas de Rosa Peral, la exagente dice haber sido víctima de un "linchamiento" por ser mujer. Según ella, los medios no hubieran escarbado tanto en su vida sexual de haber sido un hombre.

Si uno solo conociera lo primero y lo último sobre Rosa Peral, insistimos, el caso sería muy diferente, el de una víctima del machismo estructural, pero los caminos del Señor son inescrutables…

El subinspector acusado de la pornovenganza acabó absuelto por falta de pruebas (no se pudo demostrar que enviara la foto de la felación... desde el correo de ella). Sí, suena a altas instancias tapando las vergüenzas de un cargo policial, pero para entonces la credibilidad de Peral estaba más que en entredicho…

La agente dice ser víctima de un "linchamiento". Que los medios no hubieran escarbado tanto en su vida sexual de ser un hombre

El primer día del juicio de la pornovenganza, Peral se presentó en el juzgado con su abogado y con su novio, el policía local Pedro Rodríguez. A los cuatro días, Pedro apareció muerto: quemado dentro de su coche en el pantano de Moix (Garraf, Barcelona).

Tras una ardua investigación, Peral fue acusada (junto al agente Albert López, condenado a 20 años) de asesinar a Pedro Rodríguez porque interfería en la emergente relación sentimental entre Peral y López.

Peral, en definitiva, no era quien parecía ser cuando denunció la pornovenganza, pero ¿quién quiere una sola Rosa Peral cuando puede tener dos para una audiencia global?

Lo de Netflix

Netflix arroja más picante al caso estrenando a la vez un documental que exculpa a Peral y una serie que la condena, El cuerpo en llamas, hit global (entre las seis series más vistas de Netflix) protagonizado por Úrsula Corberó (La casa de papel).

Peral asegura en el documental que no tenía motivos para matar a su pareja, Pedro, porque había encontrado la estabilidad familiar con él (Peral tenía dos niñas de una antigua relación). "A Rosa Peral no se le ha juzgado justamente", aseguran en la cinta.

Foto: Fotograma de la serie 'El cuerpo en llamas'. (Netflix)

"He escuchado muchas barbaridades sobre mí en la tele", añade Peral, para la que el juicio mediático dictó sentencia antes que el judicial: donde no se expusieron ni las huellas ni el arma del crimen.

Mientras, la serie desarrolla los hechos que llevaron a Peral a ser condenada por asesinato. El título, El cuerpo en llamas, no deja lugar a dudas sobre la naturaleza del producto: una agente con fuego en el cuerpo va a meter fuego al cuerpo (policial).

Si uno es abonado de Netflix, en definitiva, se enfrenta al siguiente mejunje: Rosa Peral es una policía libidinosa y homicida por las mañanas, y una víctima del patriarcado judicial por las noches. Nada es imposible en el mundo de las grandes plataformas ávidas de contenido.

Foto: Cartel de la serie documental de Rosa Peral. (Netflix)

En una época en el que las obras que mezclan realidad y ficción están muy vistas, hay que reconocerle a Netflix su capacidad para dar una vuelta de rosca al asunto: si su ficción se jacta de estar “basada en hechos reales”, su documental apuesta por la teoría de la conspiración, con Rosa Peral como víctima del machismo institucional en la `policía: ella no mató a Pedro, fue Albert, que la quería solo para él.

Solo tú me tendrás

Este berenjenal audiovisual ha provocado una tormenta de reacciones judiciales y periodísticas. Los abogados de Rosa Peral pidieron a los tribunales que la serie no se estrenara, pero no lo lograron. A su vez, la justicia alertó: si la condenada cobraba algo de Netflix, se desviaría para pagar la indemnización a la víctima del asesinato. Por último, algunos de los participantes del documental, del fiscal del caso a periodistas expertos en crónica negra, aseguran sentirse engañados por sus creadores.

Carles Vidal, director del documental, se defendió en TV3: su idea era "mostrar quién era esa mujer detrás del monstruo que se había querido crear, quién era la madre, la hija, la hermana... y cuestionar cómo los juicios paralelos pueden influir en un juicio con jurado popular".

Uno de los periodistas rebotados con el documental es Toni Muñoz (La Vanguardia), autor del libro de referencia sobre el caso, Solo tú me tendrás. Aunque El cuerpo en llamas no es una adaptación, la sombra del libro planea sobre algunos detalles de la serie. Hablamos con Toni Muñoz:

"El documental es un intento de blanquear a Peral. Me engañaron para aparecer asegurándome que iba a ser una visión general"

“El documental es un intento de blanquear a Rosa Peral. Me engañaron para aparecer asegurándome que iba a ser una visión general del caso, no la versión de Rosa Peral. Si hubiera sabido que era un producto de parte, no hubiera participado. No solo menosprecian las pruebas del caso, también a la víctima del asesinato, a la que apenas se menciona”.

“Si tú llegas al caso por el documental, lógicamente te preguntarás. ¿Pero cómo ha acabado esta mujer en la cárcel? El documental ignora multitud de pruebas contra ella: drogó a la víctima, le metió en el maletero del coche que acabó en llamas, acusó en falso a su exmarido de estar detrás del crimen... Los indicios son abrumadores. Rosa Peral está en el centro mismo del asesinato”.

“La paradoja es que, pese a algunas exageraciones dramáticas de la serie, les ha salido más real la ficción que el documental”.

placeholder Rosa Peral, en una imagen del documental. (Netflix)
Rosa Peral, en una imagen del documental. (Netflix)

“Creo que Netflix decidió hacer la serie y luego el documental. Como ya estaba el exhaustivo especial de Crims sobre el caso, buscaron otro enfoque: hablar por primera vez con Peral desde que entró en la cárcel. Puede que Peral les forzara a imponer su versión a cambio de su testimonio. Lo que quiero decir es que a los productores del documental y a Netflix les da igual la verdad del caso. Lo que quería Netflix era engordar el lanzamiento con más productos”, zanja Muñoz.

Loca academia

Pese al cacao conceptual que queda tras ver los productos de Netflix, hay un hilo secreto que une a todas las Rosas Peral: la asesina, la de las relaciones tóxicas y la que se tiene que buscar la vida en un mundo dominado por los hombres. Todo esto está bien hilado en el libro de Muñoz. La joven Peral llegó a la policía cuando las mujeres eran muy minoritarias en el cuerpo. Una mujer de perfil y autoestima baja obligada a ganarse un sitio en comisaría. Peral utilizó la seducción para hacerse valer en un ambiente que una feminista podría describir sin problemas como patriarcal testosterónico. No es casualidad que algunas intervenciones violentas de la guardia urbana (entorno Rosa Peral) tuvieran lugar cuando los agentes estaban quemados por las relaciones sentimentales disfuncionales.

Un mundo de relaciones contaminadas, trapicheos internos y sensación de impunidad. El mundo de Rosa Peral que, además, nunca logró equilibrar la balanza entre lo que la sociedad le pedía hacer (casarse y tener hijos) y lo que ella quería en realidad (mantener relaciones cuando le diera la gana). Su capacidad de frustración era muy baja. El resto es historia (o conspiración).

Si uno solo se hubiera enterado de lo primero y de lo último sobre Rosa Peral, obviando los acontecimientos entre medias, tendría una idea sobre ella radicalmente diferente a la de la versión oficial.

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