'Crimen de la Guardia Urbana': una motosierra, otro posible amante y un sicario
En la cuarta sesión del juicio, los testimonios más importantes han sido los de un vecino de Rosa Peral, dos amigas y una reclusa con quien habría confesado el crimen
El juicio por el conocido como 'crimen de la Guardia Urbana' ha llegado a su quinta sesión sin que haya tocado todavía el turno de palabra de los dos acusados, Rosa Peral y Albert López. Hasta ahora, las únicas personas que han subido al estrado para comparecer ante el juez de la Audiencia de Barcelona han sido amigos de los sospechosos y compañeros de profesión que han mantenido relación con ambos. Sin embargo, este pasado jueves ha declarado otra testigo diferente, una presa que compartió prisión con la acusada y que asegura que esta le confesó que drogó a Pedro Rodríguez antes de asesinarlo.
Según ha declarado la reclusa de la prisión de Wad-Ras, en Barcelona, Peral le confesó haber drogado a la víctima antes de arrebatarle la vida porque quería implicar a su exmarido para así quedarse con la custodia de sus hijas. De acuerdo con su relato, la acusada y el guardia urbano mantuvieron una discusión "muy fuerte" tras la cual, Peral le suministró un medicamento que solía tomar su exesposo "para que se calmara"; una versión, recoge Efe, que coincide con la de la mujer del hombre que estuvo casado con la procesada.
Asimismo, ha recalcado que la acusada "quería matar a Rubén (su exmarido)" hasta el punto de que preguntó a otras reclusas si conocían a algún sicario para que "le hiciera daño" y que quería hacerle "magia negra". También ha relatado que un día le preguntó si podía buscar en Internet 'si a un cadáver calcinado se le pueden averiguar las causas de la muerte'.
La declaración de esta testigo ha estado plagada de lagunas e inconcreciones, que ella ha explicado por su "falta de memoria" debido a la "ansiedad" que le provocó su primera declaración en fase de instrucción, tras la cual, ha dicho, apareció su fotografía en los medios de comunicación tachándola de "narco y jefa de la mafia". De hecho, sus entrecortadas explicaciones le han valido una reprimenda del juez, que le ha preguntado si se siente "amenazada" por la acusada, a lo que ha contestado negativamente. Además de la reclusa, también ha declarado la exdirectora del centro penitenciario, quien ha sostenido que la acusada acudía a sus compañeras en busca de un sicario.
"Ella dijo que Albert tuvo una pelea con Pedro y que cuando ella bajó Pedro y ano estaba", relató la reclusa ante el magistrado. "Ella tenía problemas con él (la víctima) porque él quería abandonarla", agregó al tiempo que añadía que el otro acusado "estaba celoso" de la víctima.
Sin embargo, la versión de López es muy distinta a la de su examante y, en la línea de la versión que ha defendido desde un principio, achaca la culpa a Peral. Según el sospechoso, el día del crimen recibió una llamada por parte de Peral: "Tienes que venir, estoy muy nerviosa". Así lo expresó ante los agentes durante la reconstrucción del crimen. Antes, según reveló, la acusada ya había mencionado a sus amigas la actitud 'dominante' de su entonces pareja y los problemas entre ambos. Cuando López llegó a la vivienda en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), la acusada le dijo que Rodríguez "le había agredido". "Estaba bastante alterada y vi que tenía marcas en el cuello", explicó.
Un escarceo 'puerta con puerta'
Dos de las compañeras con las que Peral supuestamente se habría desahogado sobre su relación con la víctima — ella lo describía ante ellas como un "celoso" y "controlador" — también declararon ante el juez el jueves. Una de ellas asegura que Peral le expresó sus sospechas de que la mafia estuviera detrás del crimen, aunque más tarde pasó a culpar a López.
A su vez, un vecino contó ante el juez que dos días después del crimen escuchó una motosierra. Cuando preguntó a Peral al respecto, esta le respondió que la habían utilizado para cortar árboles. El cuerpo del agente de la policía barcelonesa fue hallado dentro de su coche, calcinado y con las extremidades separadas del cuerpo
Esta versión ya fue revelada en la fase de instrucción; sin embargo, la Fiscalía sospecha que entre Peral y su vecino había una relación íntima más allá de ese "único escarceo" que ha confesado el testigo. A ello se remite tras descubrir una serie de mensajes de WthatsApp que ambos se estuvieron enviando durante meses e, incluso, tras el asesinato de Rodríguez. El representante del Ministerio Público, Félix Martín, ha manifestado que se replanteará acusarle de falso testimonio por decir en un principio que su única relación era de vecinos.
Ha sido en esta misma 'app' de mensajería donde los investigadores han encontrado más incongruencias todavía. Según el relato del vecino, recogido por Europa Press, el día después del crimen escribió un mensaje a la víctima (sin saber aún que estaba muerto). Un mensaje que, de acuerdo con la afirmación del abogado de López, sí contestó, lo que apoyaría la teoría de que, después de cometer el asesinato, Peral usó el móvil de agente y se hizo pasar por él.
El juicio por el conocido como 'crimen de la Guardia Urbana' ha llegado a su quinta sesión sin que haya tocado todavía el turno de palabra de los dos acusados, Rosa Peral y Albert López. Hasta ahora, las únicas personas que han subido al estrado para comparecer ante el juez de la Audiencia de Barcelona han sido amigos de los sospechosos y compañeros de profesión que han mantenido relación con ambos. Sin embargo, este pasado jueves ha declarado otra testigo diferente, una presa que compartió prisión con la acusada y que asegura que esta le confesó que drogó a Pedro Rodríguez antes de asesinarlo.