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Historias de papas: Formoso, exhumado para llevarlo a juicio, condenado y sentenciado al olvido
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en el siglo X

Historias de papas: Formoso, exhumado para llevarlo a juicio, condenado y sentenciado al olvido

Fue llevado ante el tribunal con sus ornamentos sagrados, la mitra papal sobre la cabeza casi esquelética donde los gusanos pululaban en las vacías cuencas

Foto: Jean-Paul Laurens, "El papa Formoso y Esteban VI" (1870). (Museo de Bellas Artes de Nantes)
Jean-Paul Laurens, "El papa Formoso y Esteban VI" (1870). (Museo de Bellas Artes de Nantes)

Nueve meses después de su muerte, el cadáver del papa Formoso fue exhumado, vestido con los atuendos papales y amarrado a una silla para un juicio eclesiástico póstumo celebrado en la Basílica de San Juan de Letrán de Roma. Se cuenta que el cadáver tenía las cuencas de los ojos vacías y partes del rostro descarnada. "Un hedor terrible emanaba de los restos cadavéricos. A pesar de todo ello, se le llevó ante el Tribunal, revestido de sus ornamentos sagrados, con la mitra papal sobre la cabeza casi esqueletizada donde en las vacías cuencas pululaban los gusanos destructores, los trabajadores de la muerte", según se describe en el Concilio Romano del 898.

En el año 891, durante el Siglo Oscuro de la Iglesia y tras la muerte de Guido III de Spoleto, Formoso tomó el pontificio convirtiéndose en el 111º papa. Nombrado obispo de Oporto bajo el mandato del papa Nicolás I, uno de los papas más importantes de la Edad Media ya que comenzó a afianzar la doctrina que defendía que el poder espiritual de Roma, encarnado en la figura del papa, se encontraba por encima de cualquier otro poder incluido el civil representado por el emperador. Formoso fue conocido por ser un gran evangelizador, recto y austero, que, a pesar de haber sido mencionado como un "obispo de gran santidad y ejemplares costumbres" en la biografía de Nicolás I, no supo desvincularse de los conflictos de poder político de la época.

Le amputaron los tres dedos de la mano derecha con los que había impartido bendiciones

Para esos años, el papado estaba bajo el dominio de los duques de Spoleto, una familia italiana tan poderosa que con su influencia pudieron poner a varios papas según su conveniencia. El Emperador Guido de Spoleto intentó coaccionar al pontífice para consagrar a su hijo Lamberto como próximo monarca; sin embargo, Formoso no le veía un buen cristiano por múltiples ofensas a la iglesia y se negó a dicha petición.

En busca de ayuda para derrocar a la poderosa familia romana y sus tentáculos de poder, el papa acudió al rey de la Francia Oriental, Arnulfo de Carintia. Así, nada más fallecer el emperador Guido, las tropas de Arnulfo se adentraron hasta Roma atravesando los Alpes y expulsaron a los Spoleto. En agradecimiento, Formoso coronó a Arnulfo emperador en la basílica de San Pedro.

placeholder Otra ilustración del macabro juicio
Otra ilustración del macabro juicio

Lamberto se enemistó de por vida con Formoso por sus actividades papales y resentido buscaría la venganza hasta después de muerto. Con Arnulfo en el poder, solo quedaba que este conquistase la parte del Imperio Occidental de las manos de Lamberto, cosa que no hizo falta pues cayó en una parálisis que le impidió continuar con su trabajo y se retiró de Italia dejando a sus dos peores enemigos gobernar.

El papa Formoso falleció en abril del año 896 envenenado, según la leyenda. Tras su muerte adquirió el pontificio Bonifacio VI quien solo dos semanas después murió. Los registros oficiales enumeran su causa de muerte como gota, que es un tipo de artritis que causa dolor e inflamación severos, aunque se cree que fue asesinado por miembros del Ducado de Spoleto. Fue sucedido por el arzobispo de Anagni, Esteban VI, quien, por influencia de Lamberto de Spoleto, convocó el denominado Concilio cadavérico.

La sentencia del cadáver

Acusado de perjurio, de haber accedido al papado ilegalmente y de nombrar emperador a un extranjero, Formoso fue declarado culpable y su papado fue sentenciado retroactivamente nulo. A los clérigos que fueron ordenados por Formoso se les exigió su renuncia por escrito.

Sin embargo, lo peor de su condena fue la llamada damnatio memoria (condena a la memoria) a la que fue sometido destruyendo y eliminando cualquier archivo, documento y otros vestigios de su paso por el mundo. Se trata de una sanción propia del derecho romano que consistía en borrar todo recuerdo del condenado. Esto incluía la demolición de monumentos, el retiro de inscripciones y, en algunos casos, incluso la prohibición de la mención de su nombre. No era una práctica exclusiva de Roma, también había sido puesta en práctica en el antiguo Egipto.

placeholder El rey Arnulfo de Carintia, aliado del Papa Formoso
El rey Arnulfo de Carintia, aliado del Papa Formoso

Durante todo el proceso judicial se obligó a un diácono a permanecer junto al cadáver putrefacto del papa para que ejerciese de abogado de oficio y declarase en nombre del acusado.

Una vez acabado el juicio le amputaron los tres dedos de la mano derecha con los que había impartido bendiciones y su cadáver fue arrojado a una fosa maldita en la que yacían los cuerpos de varios condenados a muerte para luego ser lanzado al río Tíber. Sin embargo, sus restos serían recogidos por un ermitaño quien le dio una sepultura digna.

Lo peor de su condena fue la 'damnatio memoria', que destruía cualquier archivo, documento y otros vestigios de su vida para que no fuese recordado

En 897, parte del pueblo romano que apoyaba la labor de Formoso entró violentamente en el Vaticano para vengar la injusticia de Esteban VI contra el difunto papa. Así, fue desnudado y arrojado por la turba a una prisión subterránea, donde poco después fue estrangulado. Unos días después, el pueblo enfadado y violento sentó en la silla papal al Cardenal de San Pedro in Vincoli, muerto a los cuatro meses. Le sucedió Teodoro II, quien fue asesinado tres semanas después de ser elegido papa. Teodoro, al menos, tuvo tiempo para resucitar la memoria de Formoso devolviendo sus derechos a los eclesiásticos ordenados por él después de eliminar el rastro del dantesco proceso judicial ordenado por Esteban VI.

Teodoro, además, organizó una procesión para buscar los restos de Formoso, desenterrados de donde el ermitaño le había dejado y reubicados al Vaticano entre las tumbas de los papas.

El Siglo Oscuro

El Siglo Oscuro para la iglesia (saeculum obscurum) fue una época en la que el catolicismo se vio envuelto en muchos conflictos de poder -más que de costumbre- como nepotismo, fuertes influencias aristócratas y por la pornocracia, cuando las concubinas, sin importar el género o sexo, ejercían gran influencia en los asuntos de poder en la iglesia.

Durante estos años negros, se sucedieron más de 40 papas y antipapas pertenecientes a las poderosas familias romanas

Durante estos años negros, se sucedieron más de 40 papas y antipapas pertenecientes a las poderosas familias romanas. Esta crisis inicia con la inesperada y misteriosa muerte del papa Juan VIII (882), que se cree que fue envenenado por algún allegado, pero como la sustancia tardaba en hacer efecto recibió un golpe de un martillo.

El periodo finalizó, de igual forma, con una muerte, la de Juan XII en 964. Parece que asesinado de un martillazo en la cabeza por un marido que había sorprendido al papa en el lecho de su mujer. Otra versión dice que murió de apoplejía en pleno acto sexual.

Nueve meses después de su muerte, el cadáver del papa Formoso fue exhumado, vestido con los atuendos papales y amarrado a una silla para un juicio eclesiástico póstumo celebrado en la Basílica de San Juan de Letrán de Roma. Se cuenta que el cadáver tenía las cuencas de los ojos vacías y partes del rostro descarnada. "Un hedor terrible emanaba de los restos cadavéricos. A pesar de todo ello, se le llevó ante el Tribunal, revestido de sus ornamentos sagrados, con la mitra papal sobre la cabeza casi esqueletizada donde en las vacías cuencas pululaban los gusanos destructores, los trabajadores de la muerte", según se describe en el Concilio Romano del 898.

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