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Elvira Lindo se estrena como directora de cine: "No quiero que se relegue a las mujeres maduras fuera del debate social"
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Abre el festival de Málaga

Elvira Lindo se estrena como directora de cine: "No quiero que se relegue a las mujeres maduras fuera del debate social"

La escritora y guionista codirige 'Alguien que cuide de mí' junto a Daniela Fererman, una película sobre los cuidados protagonizada por Magüi Mira, Emma Suárez y Aura Garrido

Foto: Elvira Lindo se estrena en la dirección con 'Alguien que cuide de mí'. (Efe/Jorge Zapata)
Elvira Lindo se estrena en la dirección con 'Alguien que cuide de mí'. (Efe/Jorge Zapata)

Elvira Lindo se pasa a la dirección de cine. Lo ha hecho de la mano de Daniela Fejerman, con la que codirige Alguien que cuide de mí, la dramedia con la que abre este viernes la 26 edición del Festival de Málaga. Tres mujeres protagonistas: una abuela (Magüi Mira), una madre (Emma Suárez) y una hija (Aura Garrido), tres mujeres actrices en distintos momentos de su vida entre el éxito, el fracaso y el ostracismo. Ambientada en Madrid, la película explora las relaciones entre madres e hijas y replantea la cuestión de los cuidados, tan presente hoy en el debate político y social. Tres mujeres de tres generaciones diferentes, como son diferentes su forma de afrontar la sexualidad, las responsabilidades y el amor. Nora (Garrido) acaba de ganar el Goya y su discurso agradece a los dos pilares fundamentales de su vida: su madre y su abuela. Pero ese éxito también sirve como espejo del fracaso de Cecilia (Suárez), que sobrevive a base de papeles de prostituta en producciones de poca calidad y que siente que su hija tiene más cercanía con Magüi (Mira) que con ella.

Fue en los momentos más duros del confinamiento cuando Lindo y Fejerman empezaron a dar forma a Alguien que cuide de mí. "El proyecto sale porque yo le enseñé una historia que había escrito a Daniela. Le dije: ¿tú ves aquí una película? ¿Te gustaría dirigirla? Y ella dijo que sí. Así de simple. Era algo esbozado en una especie de relato. Estaban los personajes, lo que les ocurre y el conflicto. Cuando ya nos pusimos a ello, empezamos a trabajar con mucha cercanía, intensidad y acuerdo, hasta que Daniela me propuso codirigirlo", explica Lindo. "Puede parecer un salto al vacío, pero tampoco es que me propusiese ser contorsionista de circo".

Hasta ahora, el contacto de Lindo con la industria del cine se había limitado al de espectadora, guionista -desde que en 1998, cuando escribió junto a Miguel Albaladejo La primera noche de mi vida- y algún papel pequeño o cameo. "Pensamos que era lo mejor que estuviésemos las dos para contar la historia. Desde cómo íbamos a contar las cosas hasta cómo teníamos que cambiarlas, los ensayos con los actores, las improvisaciones, las conversaciones con el director de foto sobre cómo buscar las soluciones visuales a problemas que surgían, todo lo hemos hecho juntas", desvela Fejerman.

Para Lindo, la codirección ha sido un proceso orgánico que, además, las salvó de la soledad del confinamiento. "El hecho de tener a alguien con quien trabajar al otro lado fue beneficioso psicológicamente para cada una de nosotras", reconoce la escritora. "No ha sido un trabajo solitario, porque desde el principio hemos estado muy juntas. No nos hemos repartido de trabajo. No ha habido reparto de bienes, sino bienes gananciales".

Por un lado, Alguien que cuide de mí apunta hacia la mujer como donante de cuidados. "Partíamos de unas relaciones madre-hija que, a lo largo del tiempo, se han ido configurando de tal manera que la hija reclama unos cuidados, porque siente que la madre no se los ha dado, pero a la vez no es capaz de entender a su madre y que su madre tiene una historia y un pasado. La abuela mayor reclama su lugar como persona mayor que necesita su espacio, pero tampoco es flexible con su propia hija", describe Fejerman. "La historia, a partir del descubrimiento de que la madre esconde una enfermedad, se pone en marcha un proceso de reflexión que llega a la conclusión de que, para darse y recibir amor, tienen que entenderse".

placeholder El equipo de 'Alguien que cuide de mí'. (Efe)
El equipo de 'Alguien que cuide de mí'. (Efe)

"La película es el proceso de maduración de una persona joven que empieza a cambiar las opiniones sobre su madre", continúa Lindo. "Hay algo que suele darse en la juventud, hasta cierto momento, que es pensar que todos los cuidados los mereces tú. O sea, que todavía eres tan joven que no te das cuenta de que los demás también los necesitan. De repente, empiezas a descubrir que tú no eres el centro del mundo y que a la persona que te crio le han sucedido cosas que tú desconoces. El descubrimiento de que tu madre tuvo una vida anterior a ti y al margen de ti".

El título de la película surgió a partir de la canción Someone To Watch Over Me, una canción muy popular en Estados Unidos, que ha sido interpretada por iconos como Ella Fitzgerald y Chet Baker, y cuya letra habla de una mujer que espera encontrar a un hombre que cuide de ella. "Estamos en una época en la que los cuidados han entrado en el debate social. Es curioso, cómo sin pensarlo, nos dimos cuenta de que estábamos hablando de algo que apela completamente al presente que vivimos", admite la escritora.

En Alguien que cuide de mí también está muy presente la aceptación -o no- del paso del tiempo en las mujeres. "No es casual que las dos mujeres que dirigen la película sean de la misma edad que el personaje sobre el que gravita toda la historia [Fejerman tiene 59 años y Lindo 61]. En la vida no te planteas la edad ni en la infancia ni en la juventud. Crees que las cosas no van a cambiar nunca. Se ha hablado mucho del paso del tiempo a un nivel muy sexual y muy físico. ¿Qué pasa en la mujer que cumple años y ya no es objeto de deseo?", plantea Lindo. "Me parece que hay algo más importante, que es que te releguen en el debate social. Muchas veces pienso, ¿qué me importa a mí que no me deseen hombres que a mí no me interesan? Vas cumpliendo años y ya no eres el objeto de deseo de este o aquel señor, pero ¿qué más me da? ¡Quiero estar presente con lo que pienso! ¡Quiero que se cuente conmigo! No quiero que se me considere alguien rancio o que no entiende el presente".

"Porque, además, creo que si hay alguien que está presente en la vida cultural del país son las mujeres de cierta edad", prosigue. "Es que eso hay que reconocerlo. Yo llevo años publicando. Antes, las mujeres que escribimos pensábamos: por favor, que no nos lean sólo señoras, que nos lean señores, porque eso era alcanzar un estatus. El problema está en que los hombres no se interesan por ciertos temas".

Precisamente, en 2017, Lindo escribió un artículo en El País sobre el desprecio de algunos creadores hacia las mujeres maduras, de las que menospreciaban los gustos. "No era ninguna guerra personal contra Álex de la Iglesia. Esa misma semana, había escuchado a Jeremy Irons hablar de una tarde triste en la que estaban representando una obra de teatro y se quejaba de que sólo había unas señoras viéndola. Leí eso varias veces en una semana y me explotó la cabeza. ¿Entonces qué? ¿No tengo que ir a verte para que no me desprecies?". Desde que Fejerman dirigió A mi madre le gustan las mujeres, la industria del cine ha cambiado mucho. En 2002, las mujeres que trabajaban en el cine eran "apenas un 10%". Este año en los Goya cinco de las películas más nominadas están dirigidas por mujeres. El camino es largo, pero se está llegando.

Elvira Lindo se pasa a la dirección de cine. Lo ha hecho de la mano de Daniela Fejerman, con la que codirige Alguien que cuide de mí, la dramedia con la que abre este viernes la 26 edición del Festival de Málaga. Tres mujeres protagonistas: una abuela (Magüi Mira), una madre (Emma Suárez) y una hija (Aura Garrido), tres mujeres actrices en distintos momentos de su vida entre el éxito, el fracaso y el ostracismo. Ambientada en Madrid, la película explora las relaciones entre madres e hijas y replantea la cuestión de los cuidados, tan presente hoy en el debate político y social. Tres mujeres de tres generaciones diferentes, como son diferentes su forma de afrontar la sexualidad, las responsabilidades y el amor. Nora (Garrido) acaba de ganar el Goya y su discurso agradece a los dos pilares fundamentales de su vida: su madre y su abuela. Pero ese éxito también sirve como espejo del fracaso de Cecilia (Suárez), que sobrevive a base de papeles de prostituta en producciones de poca calidad y que siente que su hija tiene más cercanía con Magüi (Mira) que con ella.

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