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El genetista español que busca nuestro origen: "La raza no tiene nada que ver con la biología"
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El genetista español que busca nuestro origen: "La raza no tiene nada que ver con la biología"

Hablamos con el genetista español de renombre mundial Lluís Quintana-Murci, que publica ahora 'Humanos', la extraordinaria historia de migraciones y mestizaje de nuestra especie

Foto: Lluís Quintana-Murci. (Getty/Eric Fougere)
Lluís Quintana-Murci. (Getty/Eric Fougere)

"El principal problema de la humanidad hoy en día es que tenemos mentes paleolíticas, instituciones medievales y tecnología que parece de dioses". Así cifraba el recientemente fallecido E.O. Wilson, mirmecólogo y padre de la sociobiología, el origen y el reto último de nuestra especie. El ser humano es un tipo de simio muy extraño, tremendamente adaptativo, que surgió en África hace unos 200.000 años y migró de allí para conquistar el planeta entero. En ese tránsito conoció y se mezcló con otras especies humanas ancestrales, activó la revolución neolítica, puso a raya una turbamulta de microbios malignos que lo amenazaban, dominó las tierras y los mares y hoy sueña con conquistar también el firmamento. ¿Cómo ocurrió? ¿Cómo lo hicimos?

Uno de los mejores ensayos al respecto, escrito además por un investigador de primera línea, es 'Humanos' (Deusto), del biólogo y genetista español Lluís Quintana-Murci, que llega ahora a las librerías españolas con un subtítulo que no puede ser más elocuente: 'La extraordinaria historia del ser humano: migraciones, adaptaciones y mestizajes que han conformado quiénes somos y cómo somos'. Hablamos con Quintana-Murci, quien descuelga el teléfono desde el College de France, en París, donde es profesor de Genómica y Evolución Humana.

placeholder 'Humanos'. (Deusto)
'Humanos'. (Deusto)

"La genética de poblaciones", recuerda, "estaba muy en boga en los años cincuenta o sesenta, pero con la llegada de la biología molecular decayó un poco en favor de, por ejemplo, la investigación del cáncer. Pero lo bueno de nuestro caso es que estábamos acostumbrados a trabajar con muchos datos y, cuando llega la revolución de la genómica en 2001 con el secuenciamiento del genoma humano, eso de los datos que a los médicos les costaba mucho, nosotros ya estábamos acostumbrados a mirar más allá. Y justo después, con los extraordinarios avances para lograr ADN extraído de fósiles, la disciplina de la genética de poblaciones entró en su edad de oro. La gente se dio cuenta de que estudiar nuestra diversidad genética no solo es útil para entender nuestros orígenes, sino también tenía una importancia capital para la medicina".

PREGUNTA. Dígame, cuando los genetistas como usted llegan a los yacimientos, ¿los paleoantropólogos enseñan los dientes? ¿No les tienen envidia por solucionar asuntos pendientes que ellos no podían ya resolver?

RESPUESTA. Es cierto, hay cosas a las que la genética ha podido dar respuesta que la paleoantropología o la arqueología no podían dar. Pero no siempre es así, a veces nos ayudamos. ¿Si hay envidias? Quizás un poco por parte de las viejas generaciones, que pensarán: "¿Quiénes son estos que ahora llegan a ocupar el lugar donde nosotros llevamos tanto tiempo trabajando?". Pero no creo que ocurra con las nuevas, que hemos aprendido a trabajar juntas y a completarnos. En cualquier caso, le doy un ejemplo de algo que la genética ha podido resolver que nadie podía resolver. Es el descubrimiento del hombre de Denisova. Gracias a la genética, sabemos que los neandertales europeos se cruzaron con nosotros. Todos los humanos fuera de África tenemos en torno a un 2% de genoma neandertal. Pero el caso de los denisovanos es mucho más impactante. Solo encontramos la falange de un dedo de un denisovano, y solamente con eso ningún paleoantropólogo, por bueno que fuese, podría saber a quién pertenecía. De hecho, se pensaba al principio que era de origen neandertal. Pero gracias al secuenciamiento de ADN de esa falange se descubrió, por la la técnica del reloj molecular, que se trataba de una nueva especie. Yo este libro no lo hubiera podido escribir sin los descubrimientos de los últimos 10 años.

"Este libro no lo hubiera podido escribir sin los descubrimientos de los últimos 10 años"

P. Insiste en 'Humanos' en que somos una especie mestiza y este mestizaje más antiguo al que se refiere es tal vez el más extraño. Algunos de nuestros antecesores copularon con neandertales o denisovanos, quienes dejaron así su impronta en nuestro genoma. ¿Somos el resultado de una gran orgía histórica?

R. Sí, es una manera de verlo muy simpática. Desde que nuestros ancestros salieron de África, empezaron a mezclarse con denisovanos o neandertales. La historia del sapiens es una historia de mestizajes constantes, de cuatro al menos distintos solo en Europa. Por no hablar de la cantidad de mestizaje que hay en América. Hay nativos americanos que suman a su origen asiático la parte europea, que llegó en la época colonial, más la parte africana, que llegó con el tráfico de esclavos. Recapitulan así casi la diversidad genética del mundo.

placeholder El director científico del Instituto Pasteur de París Lluís Quintana-Murci. (EFE/Cati Cladera)
El director científico del Instituto Pasteur de París Lluís Quintana-Murci. (EFE/Cati Cladera)

P. La primera de las tres preguntas de Gauguin es “¿de dónde venimos?”, y la respuesta es clara: de África. Disculpe la torpeza quizá de mi pregunta, pero, cuando un paleogenetista retrocede en nuestro ADN mitocondrial 200.000 años hasta encontrar la primera sapiens, ¿de qué está hablando exactamente? ¿Esa madre de todos que sería la Eva africana fue una mujer concreta de carne y hueso?

R. La Eva mitoncodrial y el Adán del cromosoma Y originarios fueron ciencia en los años noventa, pero ahora están desfasados como conceptos. Ahora somos capaces de trabajar con el genoma entero. ¿Qué nos dice? Nos dice que venimos de África, aunque no sabemos muy bien de qué parte. Pensábamos que tal vez era África Oriental, pero tenemos indicios gracias a unos restos de Marruecos de hace 300.000 años de que podría ser más bien el norte de África Occidental. En cualquier caso, cuando se hablaba de esa Eva y de ese Adán, no se trataba de individuos concretos sino de grupos humanos de población que compartían un tipo de ADN mitocondrial que hemos heredado hoy, pero había muchos otros que desaparecieron. Pero la cuna del ser humano en África aún es una pregunta abierta.

placeholder 'D'ou venons-nous? Que sommes-nous? Ou allons-nous?'. (Gauguin)
'D'ou venons-nous? Que sommes-nous? Ou allons-nous?'. (Gauguin)

P. El fantasma del racismo sobrevuela siempre que la genética enseña la patita. Usted lo conjura con dos argumentos categóricos: más allá de que el concepto de raza sirva para algo, nuestra especie es muy poco variable y la mayor parte de la variación se da entre individuos de un mismo grupo.

R. ¿Qué son las razas? Las razas son grupos de individuos. Por ejemplo, pensemos en un grupo A y un grupo B. En el grupo A todos son iguales y en el B también, pero hay muchas diferencias entre el A y el B. Esto pasa por ejemplo en perros. Los caniches son todos casi iguales genéticamente y los pastores alemanes también, pero son muy diferentes entre sí. Esto es exactamente lo contrario de lo que observamos en los seres humanos. En los seres humanos, las grandes diferencias las encontramos entre individuos, no entre poblaciones o razas.

P. ¿Esto significa que yo puedo ser genéticamente más diferente de mi vecino que de un masái?

R. No más diferente, igual de diferente. Lo que le diferencia de su vecino son unos tres millones de mutaciones de su genoma y lo que le diferencia de un masái son los mismos tres millones de mutaciones más un puñado más, que están implicadas en rasgos fenotípicos como por ejemplo la pigmentación de la piel. Por tanto, desde un punto de vista científico, la definición de raza no es aplicable a los humanos. Las razas son reconstrucciones culturales e idológicas y no tienen nada que ver con la biología.

"En los seres humanos, las grandes diferencias las encontramos entre individuos, no entre razas"

P. No hablemos de razas. Hablemos de variación genética geográficamente adaptada. Por ejemplo, la resistencia a la malaria la han logrado grupos humanos específicos de África mediante el juego del azar y la necesidad. Si esto ha ocurrido con los glóbulos rojos, ¿podría haber ocurrido con la inteligencia? Se suele citar, por ejemplo, la sobrerrepresentación de los judíos en los premios Nobel? Son un 0,03% de la población mundial y han ganado el 24% de los galardones.

R. No hay ninguna base científica para afirmar bases genéticas o biológicas de la inteligencia. Todo lo que me señala son razones culturales, por las cuales, quizá los judíos asquenazíes están más representados en ciertas profesiones científicas sencillamente porque culturalmente ha sido así. Punto. ¿Por qué hay más toreros en Andalucía? ¿Es genético? No. Es cultural.

P. La segunda de las tres preguntas de Gauguin: "¿Qué somos?". También parece claro esto: no venimos del simio, somos un simio. ¿Qué ocurrió para que este simio sume hoy casi 8.000 millones de individuos en todo el mundo y haya hollado la Luna mientras de nuestro primo más cercano, el chimpancé, apenas queden 200.000 ejemplares en reservas africanas?

R. Esa es la pregunta del millón de dólares, jaja. Es muy difícil responder a algo así, seguramente haya existido una combinación de factores... A ver, la respuesta corta es que no lo sabemos. La respuesta un poquito más larga y especulativa es que contamos con ciertas características cognitivas que nos han hecho muy adaptables. Estamos por todas partes, del Ártico a las junglas ecuatoriales pasando por altitudes extremas de falta de oxígeno como el Tíbet. Esa adaptabilidad tiene también un reverso negativo. Somos un poco invasivos, un poco como la hiedra. Nuestras capacidades de adaptación biológica y, sobre todo, culturales nos convierten en unos supervivientes.

"Contamos con ciertas características cognitivas que nos han hecho muy adaptables"

P. Según explica en el libro, y pese a lo que se pensaba antes, en nuestra especie la selección natural ha seguido ejerciendo su poder hasta tiempos muy recientes, como demuestra la tolerancia a la lactosa. ¿Seguimos evolucionando ahora mismo?

R. Claro que sí. Las adaptaciones culturales han salvado a nuestra especie, los avances médicos que se vienen dando desde finales del siglo XIX, por ejemplo. Piense que entonces solo el 38% de la población llegaba a los 40 años. Hemos alargado enormemente la esperanza de vida. Pero, además de eso, la selección natural y la evolución siguen funcionando. Aunque las alteremos un poco.

P. Me gusta mucho el concepto de carrera armamentística para hablar de la relación de nuestro sistema inmunitario con los microbios que nos amenazan, como el reciente covid. Este equilibrio del terror que el covid ha tensado recientemente, ¿podría romperse en algún momento? A fin de cuentas, la peste negra bien puedo acabar con la humanidad en el siglo XIV…

R. No soy capaz de contestar a eso. Sería convertir la genética en quiromancia. Pero yo soy optimista. Quiero pensar que, con nuestro desarrollo cultural y tecnológico en lo que respecta a las enfermedades y también un positivo egoísmo humano, que nos lleve a darnos cuenta de que estamos destruyendo nuestro medio ambiente, podremos sobrevivir.

P. Cerremos con la tercera de las tres preguntas de Gauguin: “¿A dónde vamos?”.

R. No sé a dónde vamos, pero sí a dónde me gustaría a mí que fuésemos. Me gustaría ir a un mundo más respetuoso con el medio y, sobre todo, con la diversidad y la diferencia humanas.

"El principal problema de la humanidad hoy en día es que tenemos mentes paleolíticas, instituciones medievales y tecnología que parece de dioses". Así cifraba el recientemente fallecido E.O. Wilson, mirmecólogo y padre de la sociobiología, el origen y el reto último de nuestra especie. El ser humano es un tipo de simio muy extraño, tremendamente adaptativo, que surgió en África hace unos 200.000 años y migró de allí para conquistar el planeta entero. En ese tránsito conoció y se mezcló con otras especies humanas ancestrales, activó la revolución neolítica, puso a raya una turbamulta de microbios malignos que lo amenazaban, dominó las tierras y los mares y hoy sueña con conquistar también el firmamento. ¿Cómo ocurrió? ¿Cómo lo hicimos?

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