La verdadera razón por la que los humanos tenemos líneas en las palmas de las manos
Olvídate de mitologías y supersticiones asociadas a las tres líneas verticales que se encuentran en nuestras manos, la razón es mucho más prosaica
Muchos niños españoles hemos oído en algún momento de nuestras vidas la siguiente explicación de origen cristiano a por qué tenemos líneas en las palmas de las manos. Si nos fijamos bien, decían los adultos, las líneas forman una “M” en nuestras manos y una “S” en nuestros pies (“¿Ah, sí? Déjame ver”). El significado está claro: “Muerte Segura”. Es decir, llevamos grabado en un lugar bien visible del cuerpo el recuerdo de que nuestros días en este mundo terrenal están contados.
La razón por la que disponemos de estas líneas es mucho más banal, aunque hay razones por las que la explicación de “Muerte Segura” puede no ir tan desencaminada. No se trata más que de pliegues en la piel que sirven para que podamos cerrar la mano o agarrar objetos. Imagínate qué aspecto adquiriría nuestra mano si nuestra palma fuese una superficie plana y la cerrásemos, o mejor, intenta hacer algo parecido con una superficie como papel cebolla.
Una de cada 30 personas presenta el “pliegue simiesco”. La mayor parte de ellos son hombres
Como explica la página 'Science Focus', estas líneas sirven para que “podamos cerrar nuestras manos en un puño o realizar otras formas complejas sin un estiramiento excesivo o que queden acumulaciones de piel suelta”. También nos ayuda a articular las manos, que necesitan cambiar de posición muy rápidamente cuando tecleamos o fregamos, por nombrar dos actividades comunes.
¿Significan algo?
¿De dónde viene la idea de que estas dos letras son un recordatorio de nuestra muerte? Probablemente a que los niños nacen ya con ellas. Es decir, no es trata de arrugas de expresión como algunos pueden pensar –no surgen a medida que flexionamos nuestras manos–, sino que aparecen ya en el cuerpo de los niños en la semana número 12 de la gestación. Eso sí, su tamaño, grosor o prominencia dependen, como muchos otros rasgos (del tamaño de la nariz a la longitud de las extremidades), de nuestra genética.
Es muy probable, no obstante, que usted no tenga tres líneas que configuren la forma de una M, sino tan solo una horizontal, por debajo de los dedos. No debe preocuparse, ya que aproximadamente una de cada treinta tiene esta forma en la palma; los hombres, además, tienen el doble de posibilidades que las mujeres de presentar un único pliegue.
Se le ha conocido tradicionalmente como “pliegue simiesco”, debido a su similitud con la mano de los monos, aunque el término está cada vez más en desuso por sus connotaciones negativas. Especialmente, si tenemos en cuenta que en algunos casos (no la mayoría) señala problemas como el síndrome de Down.
Como explica la página 'MedlinePlus', “tener un pliegue palmar único puede estar asociado con múltiples padecimientos que afectan el crecimiento físico y mental de una persona”. Aunque la lista es muy larga y afecta a muchas enfermedades raras, como el síndrome del maullido del gato o el síndrome de Klinefeller, estas son las afecciones más comunes ligadas con este rasgo:
- Síndrome de Down.
- Síndrome de alcoholismo fetal: aparece en el feto cuando la madre consume alcohol durante el embarazo.
- Síndrome de Turner: afección genética por la cual a las células les falta parte o todo un cromosoma X.
- Síndrome de Aarskog: ligado al cromosoma X y que suele afectar a los hombres por una mutación en el gen FGD1.
- Rubeola congénita: adquirida por el feto durante el embarazo a través de la madre, provoca una serie de síntomas como daño permanente al sistema nervioso, defectos cardíacos, sordera, córneas opacas, erupciones cutáneas o convulsiones.
Muchos niños españoles hemos oído en algún momento de nuestras vidas la siguiente explicación de origen cristiano a por qué tenemos líneas en las palmas de las manos. Si nos fijamos bien, decían los adultos, las líneas forman una “M” en nuestras manos y una “S” en nuestros pies (“¿Ah, sí? Déjame ver”). El significado está claro: “Muerte Segura”. Es decir, llevamos grabado en un lugar bien visible del cuerpo el recuerdo de que nuestros días en este mundo terrenal están contados.
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