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Lo haces mal: así es como debes lavarte las manos, según la ciencia
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Lo haces mal: así es como debes lavarte las manos, según la ciencia

Aunque una correcta higiene manual puede marcar la diferencia entre sufrir una gripe o no, solemos descuidarla en nuestro día a día. Esta es la manera correcta de hacerlo

Foto: Vas por el buen camino, pero aún te falta mucho. (iStock)
Vas por el buen camino, pero aún te falta mucho. (iStock)

Lavarse las manos es algo esencial para la salud y no, no es ninguna broma. Como hemos explicado con anterioridad, una correcta higiene manual es la manera más sencilla para evitar los consabidos constipados estacionales. Un gesto sencillo que, sin embargo, muchas veces pasamos por alto. Pero en otros contextos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte: el ébola no se habría extendido de la manera en que lo hizo si los profesionales sanitarios hubiesen dispuesto de más medios higiénicos.

Por esa misma razón, un grupo de investigadores de la Society for Healthcare Epidemiology of America se ha propuesto descubrir cuál es la manera idónea de frotarse las manos para garantizar la máxima higiene. Y como señalan en su estudio, publicado en las páginas de 'Infection Control & Hospital Epidemiology', lo más probable es que nos estemos quedando cortos: en su comparación entre las guías de los Centers for Disease Control and Prevention (CDS) estadounidense y la Organización Mundial de la Salud, es esta última la que vence con su programa de seis pasos.

La diferencia entre ambos métodos es de apenas siete segundos, pero pueden marcar una importante diferencia

¿Cuáles son los pasos que, por lo tanto, deberíamos seguir si queremos mantener lejos los gérmenes dañinos y protegernos de hipotéticas infecciones? Aquí están los once pequeños detalles que pueden marcar la diferencia, según la página de la OMS:

-Mojarse las manos con agua.

-Aplicar suficiente jabón como para cubrir toda la superficie de la mano al ser extendido.

-Frotar palma con palma.

-Frotar el reverso de cada mano con la opuesta, asegurándonos de que entrecruzamos los dedos para limpiar el espacio entre estos.

-Frotar palma con palma, una vez más, asegurándonos que los dedos se entrelazan.

-Limpiar la parte posterior de los dedos con la mano opuesta y entrelanzando estos.

-Frotar cada uno de los pulgares con movimientos de rotación de la otra mano.

-Frotar cada una de las palmas con los cuatro dedos juntos de la mano opuesta.

-Aclarar las manos con agua.

-Secarse a conciencia con una toallita de un único uso.

-Utilizar una toalla para cerrar el grifo.

De acuerdo, hay algunos pasos (como el último) que se aplican exclusivamente a entornos médicos, donde la higiene es esencial. Sin embargo, puede darnos una buena idea de todo aquello que solemos pasar por alto (¿a alguien se le había ocurrido lo de frotarse el pulgar?) y que puede marcar la diferencia.

Comparémoslo con el sistema propuesto por los CDC y que, según la investigación, es mucho menos higiénico:

-Humedece las manos con agua limpia y corriente (fría o caliente), cierra el grifo y aplica jabón.

-Enjabónate las manos frotándolas. Asegúrate de que el jabón también llega a la parte trasera de las manos, entre tus dedos y bajo tus uñas.

-Restriega las manos durante al menos 20 segundos. ¿Necesitas un cronómetro? Canta “Cumpleaños Feliz” de principio a fin un par de veces.

-Aclara las manos con agua limpia y corriente.

-Seca las manos utilizando una toalla limpia o un secador de aire.

Solo el 65% completaba el proceso completo a pesar que tenían las instrucciones delante de ellos y se les estaba observando

En realidad, la principal diferencia se encuentra a la hora de describir el frotado de las manos, mucho más minucioso en el caso de los pasos propuestos por la OMS. Sin embargo, la diferencia de tiempo entre uno y otro método no es excesiva: 35 segundos para el método de los CDC, apenas siete más, 42,5, en el caso del programa de seis pasos. La próxima vez que se lave las manos, lleve la cuenta mental de cuánto tiempo tarda (o mídalo en “Cumpleaños feliz”, como parece que es costumbre): seguramente se sorprenda en el poco tiempo que empleamos en nuestra higiene más básica.

Limpia y da esplendor

“La higiene manual es considerada como la intervención más importante para reducir las infecciones asociadas con la asistencia sanitaria, pero hay pocos datos sobre qué técnica es más efectiva”, ha explicado Jacqui Reilly, la principal autora de la invesitgación y profesora de prevención de infecciones y control de la Universidad Caledonia de Glasgow en Escocia. “Nuestro estudio proporciona una base para implantar las mejores prácticas en las líneas de vanguardia de la asistencia sanitaria”.

El experimento ha sido llevado a cabo con trabajadores sanitarios de un hospital urbano, a los que se analizó después de lavarse las manos tras intervenir a un paciente. Según los resultados, la conocida como técnica de seis pasos era microbiológicamente más efectiva para reducir la carga bacteriana (entre 3,28 y 2,58) que el de tres pasos (entre 3,08 y 2,88). Además, averiguaron algo más: “Uno de los hallazgos incidentales más interesantes fue que no solía completarse el esquema de seis pasos”, señala la autora. “Solo el 65% de los operadores completaban el proceso de higiene completo a pesar que tenían las instrucciones delante de ellos y se les estaba observando”. En otras palabras, no es nuestro desconocimiento lo que nos lleva a limpiarnos mal, sino más bien, nuestra desidia.

Lavarse las manos es algo esencial para la salud y no, no es ninguna broma. Como hemos explicado con anterioridad, una correcta higiene manual es la manera más sencilla para evitar los consabidos constipados estacionales. Un gesto sencillo que, sin embargo, muchas veces pasamos por alto. Pero en otros contextos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte: el ébola no se habría extendido de la manera en que lo hizo si los profesionales sanitarios hubiesen dispuesto de más medios higiénicos.

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