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'¡Multiplícate por cero!': treinta años traduciendo a los Simpson
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'¡Multiplícate por cero!': treinta años traduciendo a los Simpson

Desde su primera emisión, María José Aguirre de Cárcer ha traducido todos los guiones de la serie de animación que acompaña las sobremesas españolas desde 1991

Foto: Fotograma de 'Los Simpsons'. (Fox)
Fotograma de 'Los Simpsons'. (Fox)

Para escribir un guion de 'Los Simpson', es imprescindible sentir "una sana falta de respeto por todo lo que este país considera importante". Es la opinión de Mike Scully, productor ejecutivo de una serie de animación adulta que sobrepasa en este Día Mundial de 'Los Simpson' los 700 episodios y los 30 años de emisión. Con "este país", Scully se refería a Estados Unidos y al frasco de esencias que Springfield pretende guardar. Escogieron aquel nombre para el universo amarillo porque era el más común entre las poblaciones norteamericanas. Homer, Marge, Lisa, Bart y Maggie buscan ser un retrato satírico e hiriente de la cultura popular estadounidense, pero la serie ha abrazado una paradoja: se ha convertido en un producto globalizado y autorreferencial, exprimiendo su identidad hasta la última moneda. Y, en parte, el éxito monumental del imperio 'Simpson' descansa sobre los equipos que han adaptado y traducido los episodios en cada país.

El 'mosquis' de Homer Simpson, el 'multiplícate por cero' de Bart, el 'hola, holilla, vecinillos' de Ned Flanders, el Badulaque y el 'fresisuis'. Las expresiones, muletillas y 'memes' que la serie ha llevado a las sobremesas españolas son adaptación (y obra) de los actores de doblaje y de la traductora de todos sus guiones: María José Aguirre de Cárcer. Desde 1991, el trabajo de esta traductora audiovisual ha contribuido a erigir todo un universo de personajes y chascarrillos. Como ella misma explica, la traducción va más allá del lenguaje: las ironías y las referencias culturales de esta serie de animación adulta no siempre cuentan con un paralelismo en nuestro idioma. El humor y el argot son frágiles, atados al tiempo y al lugar en el que nacen. "Siempre insistí en no infantilizar la serie y respectar todas sus lecturas. Había referencias que para el estadounidense común, el de la calle, probablemente también eran incomprensibles. ¿Para qué se iban a eliminar, entonces?", opina la traductora.

Foto: Los Simpson contará con un personaje sordo tras 722 capítulos (Fox)

"'Los Simpson' tienen un elemento humorístico absurdo: tropiezos, eructos, expresiones... Pero también tienen referencias sofisticadas. Es una de las cosas que más me gustan de la serie. Puedo verla con mi hija al lado y estar escuchando cosas distintas, con un guion que nos habla a las dos a la vez", explica Aguirre de Cárcer. "Después de tantos años, hay cosas que han cambiado. Chistes que antes hacían gracia y ahora no, por ejemplo. Apu, el dueño del Badulaque, hablaba con un acento indio muy marcado y ahora este personaje no aparece en la serie", comenta. Durante más de treinta años de traducción, ha elaborado un glosario de muletillas, frases hechas y biografías de los personajes. Para recordar, por ejemplo, "dudas tan peregrinas como los nombres de los octillizos de Apu".

"La traducción es una labor de equipo. El hecho de que la serie se haya adaptado durante tantos años y el equipo de doblaje no haya cambiado sustancialmente, ha permitido que los actores puedan introducir sus propias innovaciones, sus toques, algunas palabras...", cuenta Aguirre. Es el caso de dos de las muletillas más conocidas de la serie. '¡Mosquis!', el exabrupto de Homer Simpson, proviene del original 'Wow!' y fue creado por el primer director de doblaje de la serie en español, el fallecido Carlos Revilla. "Ahora 'wow' se escucha más, pero en los 90 no era algo habitual en el lenguaje cotidiano español", explica la traductora. De Revilla también es el genial 'multiplícate por cero', de Bart, que se traduce de 'Eat my shorts' (algo así como "cómeme los calzoncillos", en inglés).

"Vestir con palabras" es la expresión que Aguirre de Cárcer utiliza para definir su trabajo a la hora de crear el "color" de cada personaje

"Lo importante no es encontrar un paralelismo exacto de una palabra, sino buscar lo natural y lo coloquial. Eso es lo que siempre estamos buscando los traductores audiovisuales", asegura. "Vestir con palabras" es la expresión que Aguirre de Cárcer utiliza para definir su trabajo a la hora de crear el "color" de cada personaje. Ned Flanders, el vecino mojigato y conservador de la familia Simpson saluda con un "hola, holilla, vecinillo". "La manera de hablar en inglés de Flanders es muy cursi. Utiliza una especie de ripios o rimas como 'dibbily', 'wiggily'. Pensé que, en aquel momento, se empezaba a decir mucho aquello de 'hasta lueguito', que a mí me parecía un poco curso. 'Holita', 'hastalueguillo', 'vecinillo'... Todos esos diminutivos no existen en inglés, pero te dan una idea de lo repipi que es el personaje. A Carlos Revilla le gustó la idea y seguimos por ahí", recuerda.

Para construir las expresiones de los personajes, esta traductora encuentra referencias en cualquier lugar: un diálogo en la calle, en el transporte público, en las redes sociales... "Es algo que he comentado con otros traductores audiovisuales y nos pasa con frecuencia. Lo llamo 'poner la antena'. Cada vez que encuentro a alguien con un habla un poco particular, pienso: 'Mira, qué bien le iría esto al Señor Burns'", bromea. El caso del dueño de la central nuclear de Springfield le resulta divertido: "Es un señor muy mayor, no se sabe muy bien qué edad tiene. Nadie le entiende porque usa palabras obsoletas, anticuadas, redichas...". Como esta que destaca la propia traductora en uno de sus artículos: "¡Es una auténtica sinvergonzonería que las mozas de buen ver se libren con sus coqueteos de las multas por exceso de velocidad!" (episodio 335).

"Con los años, me he ido convirtiendo en coleccionista de palabras y frases hechas"

"Con los años, me he ido convirtiendo en coleccionista de palabras y frases hechas y siempre que me encuentro con personas ajenas a mi propio idiolecto, en la calle con los amigos de mi hija adolescente o en la cola del súper, escucho con disimulo y tomo nota mental de sus expresiones", explicaba Aguirre de Cárcer. "La manera de hablar de una niña como Lisa, pequeña pero muy culta, es completamente distinta a la de Bart. El equivalente a Marge Simpson sería una señora de clase media, con cierta cultura... Analizando las características de cada personaje puedes saber qué palabras le encajan bien y cuáles no".

"Cuando la serie llegó a España, vino varias veces una revisora de Fox, Candace Whitman. Hablé mucho con ella sobre esto, sobre vestir a los personajes con palabras totalmente creíbles. Por ejemplo, es creíble que Marge suelte un 'jolín' de vez en cuando", opina. Al repasar las traducciones de chistes y expresiones, se evidencia la profundidad del trabajo: traducir no es solo encontrar un equivalente semántico, sino también cultural, humorístico, argótico, histórico... Algo que los programas de traducción automática, la alta demanda y la precarización del sector no pueden hacer frente. "La diferencia entre una buena y una mala traducción es abismal para el espectador. Una ventaja con la que contaban 'Los Simpson' en España es que, cuando llegó, la distribuidora tenía claro que aquel producto era de calidad y había sido un éxito en Estados Unidos".

"Invertir tiempo en la traducción es invertir dinero y talento. La distribuidora contrató gente muy buena. Carlos Revilla era el mejor doblador de aquel momento y, aunque ha habido cambios desde el equipo original, eso siempre se ha respetado y se ha mantenido un nivel muy alto", opina. En el año 2000, la Twentieth Century Fox calificó el doblaje de 'Los Simpson' en España como el mejor de Europa.

Para escribir un guion de 'Los Simpson', es imprescindible sentir "una sana falta de respeto por todo lo que este país considera importante". Es la opinión de Mike Scully, productor ejecutivo de una serie de animación adulta que sobrepasa en este Día Mundial de 'Los Simpson' los 700 episodios y los 30 años de emisión. Con "este país", Scully se refería a Estados Unidos y al frasco de esencias que Springfield pretende guardar. Escogieron aquel nombre para el universo amarillo porque era el más común entre las poblaciones norteamericanas. Homer, Marge, Lisa, Bart y Maggie buscan ser un retrato satírico e hiriente de la cultura popular estadounidense, pero la serie ha abrazado una paradoja: se ha convertido en un producto globalizado y autorreferencial, exprimiendo su identidad hasta la última moneda. Y, en parte, el éxito monumental del imperio 'Simpson' descansa sobre los equipos que han adaptado y traducido los episodios en cada país.

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