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Álex Clavero: "Quien piense que las mujeres son menos graciosas, no ha visto comedia"
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Álex Clavero: "Quien piense que las mujeres son menos graciosas, no ha visto comedia"

Tras muchos de carrera, el cómico vallisoletano confiesa no arrepentirse de ningún chiste. Al menos de los que hecho públicamente. En privado, no sabe muy bien por qué un día le hizo una broma a Iker Casillas

Foto: El humorista Álex Clavero. (Cedida)
El humorista Álex Clavero. (Cedida)

"Al humor no hay que ponerle límites, hay que ponerle sentido". Esta frase acuñada por Álex Clavero (Valladolid, 1981) sirve para definir perfectamente tanto el arte de hacer reír como al propio monologuista vallisoletano. El cómico no rehúye ninguna de las preguntas de El Confidencial, ni siquiera la que tiene que ver con la última polémica sobre la poca presencia de mujeres en la Chocita del Loro, pero lo hace desde la mesura de quien lleva casi toda una vida dedicándose al humor blanco, sin apenas pisar el pantanoso terreno de los chistes negros.

Clavero abandera el orgullo de lo analógico, como demuestra en #MiMadreEsTrendingTopic, un espectáculo que lleva haciendo cinco años y al que pondrá punto y final con las últimas funciones que ya están programas en diferentes ciudades de España. Este 'show' es solo una muesca más en una larga carrera que le ha llevado a superar los 900 monólogos en Rock FM y a participar en programas de televisión como 'El Hormiguero'. Son ya bastantes años como cómico en los que confiesa no arrepentirse de ningún chiste. Al menos de los que ha hecho públicamente. En privado, no sabe muy bien por qué un día le hizo una broma a Iker Casillas sobre su complicada relación con José Mourinho. "¿Qué necesidad tenía yo de hablar con la cantidad de gente que había ahí?", comenta con la misma sonrisa inocente que mantiene durante toda la entrevista.

placeholder Álex Clavero. (Cedida)
Álex Clavero. (Cedida)

PREGUNTA. El humor puede entenderse como el arte de hacer reír. Pero no existe una formación reglada por el Ministerio de Educación ni por el de Cultura, como si sucede en otros tipos de arte como la danza, la música o la pintura. ¿Cómo y por qué decides ser humorista con lo difícil que es llegar a vivir de esto?

RESPUESTA. En mi caso fue un poco por casualidad. A mí me apuntó un colega a un concurso porque yo contaba una historia muy graciosa en las fiestas de la universidad. Era una historia que me pasó en el internado en el que estuve de pequeño y, a raíz de esa historia, participé en un concurso en un bar. Pasé a la final, pero no tenía más historias, así que me escribí otra en una semana y gané el concurso. Es cierto que el nivel era malísimo, competía contra un tío disfrazado de Papá Noel, pero de repente me vi que en dos en semanas había pasado de contar esto por 'hobby' a haber ganado un concurso. Pensé que si había ganado, me tendría que apuntar a otro para ver si tenía alguna continuidad. En el siguiente ya quedé cuarto, había mucho más nivel, estaba incluso Leo Harlem. Cuarto ya me pareció mucho para lo mal que lo hice en la final de mi segundo concurso, pero al final he llegado hasta aquí.

Más allá de esto, entiendo lo que quieres decir: que no es una profesión tangible. Yo me lancé, empecé a ganar unas pelillas que me permitían pagar el piso de estudiante y poder hacer otra carrera, que era lo que yo quería hacer. El paso difícil era decir en casa que, después de toda la vida estudiando, me iba a dedicar a algo que no tiene título y, de hecho, te pagaban en ‘B’. Con el paso de los años hemos conseguido profesionalizarlo más y ahora mi curriculum es lo que hace de título.

P. Al final has conseguido un ‘empleo fijo’, algo muy complicado dentro de la profesión. Llevas más de 900 monólogos en Rock FM, siendo el FrancotiraRock en el programa 'El Pirata y su banda', lo que te convierte prácticamente en un funcionario del humor. ¿No se acaban los chistes?

R. Más te vale que no se acaben. Es verdad que a veces te da un poco de vértigo porque no sabes de qué hablar o repites mucho la fórmula para hacer un chiste. Tienes que reinventarte para no cansar a la gente, tener todos los días un tema más o menos interesante. La gente te pregunta cuándo te vienen las musas, pero yo siempre digo que las mías las tengo reventadas. Es como lo que decía Picasso de que las musas te pillen trabajando, pues tal cual. No tengo tiempo para que me venga la inspiración, me he convertido en una cadena de montaje de chistes. De hecho, cuando termine esta entrevista me voy a poner a escribir.

Foto: Miguel Gila, durante una de sus actuaciones. (TVE)

P. Ahora estás inmerso en la fase final de #MiMadreEsTrendingTopic, con actuaciones en Madrid, Aranjuez, León, Burgos y Miranda de Ebro. Este espectáculo está valorado en Atrápalo como 'Extraordinario', con una nota de 9,4 sobre 10. ¿Es tan bueno como refleja esta valoración?

R. Es mejor, lo que pasa que la gente hace el mal. Hace tiempo tenía un 9,5, pero es que es la leche que tengamos que estar sometidos a esto. La gente elige los espectáculos que va a ver el fin de semana en función de las valoraciones. Aunque tengo que decir que yo tengo la suerte de que me han valorado muy bien, a pesar de que en ocasiones critiquen aspectos que tú no puedes controlar, como la puesta en escena, el sonido… Alguno te penaliza mogollón, pero en general yo estoy supercontento de las valoraciones que he tenido y de la nota porque al final eso atrae a mucha gente. Y eso que llevo cinco años haciendo este espectáculo. Ya tengo ganas de dejarlo, pero queda mucha gente por verlo y sigue vendiendo muchas entradas. Por eso, al menos este año, vamos a dejarlo hasta el final. Íbamos a terminarlo en diciembre, pero lo vamos a prorrogar hasta marzo porque sigue habiendo mucha demanda. Aprovecho para decirte que hay una actuación en el Palacio de la Prensa de Madrid que la tengo a las 12 de la mañana, un horario en el que tuve muchas actuaciones durante el segundo año de pandemia. A esas horas se petaba porque luego hay muy buen ambiente para el vermú.

P. Si alguno de nuestros lectores decide acudir al teatro para ver este espectáculo, ¿se va a encontrar el clásico monólogo o hay elementos de comedia más innovadores?

R. Es el típico monólogo, ‘stand up’ puro con alguna cosilla de vídeo. Es un monólogo en el que cuento una historia muy bonita con la que aprovecho para hacer una crítica social, que es lo que me mola a mí, de las cosas que me parecen ridículas y que hacemos por moda. Con lo de #MiMadreEsTrendigTopic, la utilizo a ella para ir a través de esa historia.

Lo que me gusta es hacer humor con el que la gente se sienta identificada, que se vean ellos mismos en el personaje que yo hago en el escenario. El único objetivo que hay es hacer reír, no hay más, no quiero comerte la cabeza, ni darte lecciones de vida, ni hacer humor transgresor… Solo intento matarte de risa y que salgas del teatro después de una hora y media sin acordarte de todo lo malo. Eso es lo único que pretendo.

"Lo que me gusta es hacer humor con el que la gente se sienta identificada, que se vean ellos mismos en el personaje"

P. Para mucha gente, las palabras "madre" y "tecnología" son antagónicas. Pero en la descripción del espectáculo dices que hasta tu propia madre es más moderna que tú con el uso de las tecnologías. ¿Esto cómo puede ser?

R. Yo soy supertorpe. Esto del apagón mundial, a ver si es verdad y se va todo a tomar por culo (se ríe). Tengo que reconocer que lo de las videollamadas es un lujo, pero también es verdad que la pieza del desarrollo tecnológico yo la traigo regulera. Siempre voy un poco a remolque de todo, voy renegando como un señor mayor, pero al final acabas aprendiendo y más con la pandemia. En definitiva, reniego un poco, lo que hace que me pasen situaciones bastante curiosas como la que me sucedió con mi madre: el ver que de repente ella es supermoderna y yo supercarca. Esto lo cuento en parte durante el espectáculo, un intercambio de papeles que me llevo a la historia.

P. Entre los más de 900 monólogos en RockFM, todos los espectáculos que has realizado y los programas de televisión en los que has participado, habrás hecho millones de chistes. ¿Te arrepiente de alguno de ellos?

R. Yo creo que no. Fíjate que, a día de hoy, no haberla liado con ningún chiste es malo. Hoy en día, lo que se lleva es que la líes, los clics en titulares polémicos para tener el teatro lleno al día siguiente. Tendría que pensarlo, pero si no me viene rápido a la cabeza será porque gorda gorda no he liado ninguna. Hay muchos chistes malos que cuento, pero de eso no me puedo arrepentir porque no los puedo mejorar. No creo que me haya metido en líos, aunque cuando me pongo nervioso soy bastante torpe.

No me arrepiento de ningún chiste que haya hecho en un escenario o en la tele, pero para que veas un ejemplo de cómo soy, una vez después de un espectáculo de Dani Rovira bajé a los camerinos a ver a Dani y estaba allí Iker Casillas. Era el año en el que estaba Mourinho e Iker estaba que si se iba del Madrid o no. Entonces, un niño le dijo que jugaba al fútbol, pero que en su equipo no tenían portero. Me pareció tan obvio que yo dije: "Pues dile a Iker, que lo mismo el año que viene lo tiene libre". La gente de primeras se río hasta que Casillas se giró y me miró. ¿Qué necesidad tenía yo de hablar con la cantidad de gente que había ahí? Pues así soy yo, me pongo nervioso, soy como Chandler de 'Friends'. Sí que soy torpecillo con este tipo de meteduras de pata que son inocentes.

P. Vivimos en la cultura de los ofendiditos. ¿Alguna vez te han dado caña en Twitter por alguno de tus monólogos o por alguno de tus chistes?

R. En Twitter estoy de manera testimonial. Desde siempre he sido de compartir en Twitter para hacer ‘publi’ de los eventos, pero no vierto opinión ni miro apenas nada. Me parece muy bien que la gente esté en Twitter, pero a mí me aburre bastante. Ni me llega a molestar el tema de los 'haters' en Internet, simplemente me aburre. Sí que por curiosidad, de vez en cuando, miro en Facebook las publicaciones de los monólogos en Rock FM y, aunque yo no me suelo meter en líos, sí que es verdad que algunas veces me echan unas charlas… Hace poco, hablando del carné para perros, hice juegos de palabras con las razas de los perros, tonterías superinfantiles. Pues una persona me dijo: "Si te hubiese pasado lo que a mí y a mi pareja, que nos mordieron dos perros peligrosos y acabamos en el hospital, no harías secciones de estos temas". "De estos temas", como si los perros fueran como la religión o el sexo. ¿Pero qué nos está pasando? ¿Porque a ti te haya mordido un perro resulta que yo no puedo hacer chistes porque son malos los perros? Creo que muchas veces la gente pone los comentarios sin pensar y no sabe realmente ni lo que quiere. Lo dicho, que cada uno haga lo que quiera, pero yo no tengo tiempo para bobadas.

"Me parece muy bien que la gente esté en Twitter, pero a mí me aburre bastante"

P. Esta respuesta me viene perfecta para lanzar ya una de las preguntas que no puede faltar a ningún cómico: ¿se puede hacer humor con todo?

R. La respuesta es sí, aunque creo que hay que elegir bien el momento y la manera de contar el chiste. Yo tengo una frase muy buena: "Al humor no hay que ponerle límites, hay que ponerle sentido". Esta es mi opinión, no quiero dar dogmas de fe, pero creo que se puede hacer humor de todo, eligiendo bien el momento. ¿Tú puedes hacer un chiste de las Torres Gemelas? Claro que lo puedes hacer, aunque cuando acababa de suceder a mí no me parecía que fuera el momento adecuado. O sí en círculos más cercanos. Yo no soy bueno haciendo humor negro, soy muy miedoso y no me sale, pero en un círculo de confianza sí.

P. Otra de las clásicas preguntas que no puedo resistirme a hacer a un humorista: ¿eres gracioso con tus amigos?

R. Esto es como una vez que le preguntaron a Arguiñano si se consideraba un buen cocinero y él decía: "Queda mal decirlo, pero digo yo que sí". Pues esto es un poco lo mismo. Sí que considero que les hago gracia, pero claro que tengo amigos que no se dedican a esto y son mucho más graciosos que yo. Pero sí, algo de chispita tengo.

P. Para hacer humor, imagino que hay que consumir mucho humor, por lo que estarás al tanto del trabajo que realizan sus colegas. ¿Qué cómicos españoles consideras que están ahora mismo en mejor forma?

R. No te creas que consumo tanto. Entre que ahora tengo una niña y que soy un cómico que madruga, que es algo muy atípico, no tengo tiempo. No tengo la posibilidad de ver absolutamente a nadie y tampoco tengo ni idea de a quién le va bien ni a quién le va mal.

Foto: Leo Harlem, en una imagen de archivo. (Getty/Carlos Álvarez)

P. ¿Y quién te hace más gracia dentro de este mundillo?

R. Es colega mío, pero para mí el tío que mejor escribe comedia de España es J.J. Vaquero. Y el monologuista más en forma, porque siempre está en forma aunque ya te digo que hace mucho que no lo veo, creo que es Goyo Jiménez. El tío siempre es una bestia en el escenario, es supertrabajador, siempre tiene espectáculos nuevos muy trabajados. Además, desde siempre me ha hecho mucha gracia Leo Harlem. La primera vez que le vi casi me rompo un diente porque me di con el respaldo de la butaca de al lado de tanto reírme. Estos serían a bote pronto los tres estándares que tengo.

P. Una de las últimas polémicas dentro de tu mundillo tuvo que ver con La Chocita del Loro y la poca presencia de mujeres en sus monólogos. El gerente del local justificó este reparto diciendo que "el nivel de las cómicas que hay en España necesita un tiempo para que estén a la altura de los cómicos que hay en La Chocita del Loro". ¿Compartes este pensamiento?

R. Tengo una situación que define un poco lo que pienso. En el certamen del Club de la Comedia yo llegué a la final junto a Nacho García, Kike Matilla y Sara Escudero. Éramos cuatro en la final y ganó Sara Escudero. Entonces, ¿cómo se me va a ocurrir a mi decir que una tía es menos graciosa que un tío?. Para empezar, no tendría ninguna base. Coño, que me ha ganado. Dicho eso, yo creo que quien considere que son menos graciosas o que deben tener menos oportunidades, no ha visto suficiente comedia. Es muy fácil generalizar, claro que conozco muchas tías que solo hablan de 'nosequé', pero anda que no conozco tío que solo hablan de 'nosecual'. Llevo mucho tiempo sin ver comedia, pero cada vez hay más mujeres y estoy seguro de que nadie les ha regalado nada para estar ahí.

P. Ahora que hay muchos humoristas participando en programas de televisión como 'Masterchef' o 'Tu Cara Me Suena', entre otros. ¿Tienes algún talento oculto, como cocinar o cantar, que te permita participar en alguno de estos programas?

R. Yo hago de todo, pero todo mal. Me gusta la escalada, me gustan los videojuegos, me gusta cantar, pero no hago nada bien. Soy perfecto para cualquier acople, así que si algún día tuviera la oportunidad de ir a algún programa de estos, lo haría. Mal, pero lo haría. También te digo que lo que es un poco 'reality' da un poco de cosa. Esto de que te riñan a la cara, echándote unas broncas de puta madre… Pero sí, sí que me gustaría participar.

"El monologuista más en forma, porque siempre está en forma aunque ya te digo que hace mucho que no lo veo, yo creo que es Goyo Jiménez"

P. Naciste en 1981 y, por lo tanto, perteneces a una generación que empezaba a tener Internet en casa durante la juventud. Aunque, sobre todo, tu generación es la generación de los walkman, el tamagotchi o el VHS. ¿Por qué siempre dices que te encanta tu generación?

R. Es un pensamiento muy personal, pero creo que la generación del 81 es una generación especial, una añada especial. No me digas por qué, pero toda la gente que yo conozco de mi misma edad siempre me parece que tiene algo especial. ¿Es una tontería? Puede ser, pero es mi tontería. Por otro lado, ser de la generación que estábamos siendo mayores de edad justo cuando llegó Internet y los móviles, me parece que nos hace ser muy especiales. Esto también lo cuento en mi espectáculo. Es que no tienen nada que ver una persona que haya nacido antes de que hubiese Internet que con Internet. Ni mejor ni peor. Me da mucha nostalgia y lo noto en los espectáculos cuando cuento cosas de estas.

P. El auge del podcast ha calado muy hondo dentro del mundo del humor. Con lo analógico que pareces, ¿qué opinión te merece esta industria?

R. Me parece muy bien y eso que me cuesta entenderlo. Cuando te enteras de que existe esto, ya lo peta mogollón. A mí que me encanta la radio y poder tener a la carta los programas que tú quieras, es un lujo. Es algo que me sigue pareciendo magia. Yo cuando empecé a hacer monólogos, que recorría 800 kilómetros con el coche, la radio siempre me ha salvado la vida, pero ahora te escuchas un podcast y los viajes se te pasan en nada. Hay gente que hace programas buenísimos, como los de Arturo González Campos, que es un tío que siempre lo hace todo bien.

P. ¿Qué proyectos tienes en mente para el futuro? ¿Estás preparando algún podcast o espectáculo nuevo?

R. Tenía un proyecto de podcast que no estamos haciendo, lo tenemos en 'stand by' por falta de tiempo. Que eso es buenísimo, porque la falta de tiempo es por cosas buenas. Nos mola mogollón la idea que tenemos e intentaremos sacar tiempo para llevarla a cabo. Por otro lado, estoy con otro espectáculo que se llama 'La Nueva Normalidad' y que voy a estrenar en dos semanas en Valladolid, sobre el 12 o 13 de noviembre. Tampoco tengo mucho tiempo, pero tengo ganas de sacarlo.

Foto: 'El gordo y el flaco' en los años treinta

P. Durante la pandemia estuvimos más de tres meses encerrados en casa. ¿Ha cambiado desde entonces el humor de la gente?

R. Creo que lo que nos hace cambiar es el miedo y esto lo cuento en 'La Nueva Normalidad'. Yo no creo que haya cambiado el humor. Cuando estábamos en casa pensaba que nunca más iba a hacer humor y que nunca más iba a haber gente en los teatros, pero luego se me pasó y pensé que, entre la mascarilla y que hay menos aforo, seguro que me va a costar mucho más la actuación, pero las risas sonaban más que antes, aunque no te lo llegues creer. Tengo la teoría de que la gente se reía con rabia, con una emoción en la risa que te hace pensar que si ha cambiado algo, ha cambiado a mejor.

P. Una de las medidas anticovid que todavía se mantienen es llevar mascarilla en espacios cerrados. ¿Cómo es estar en un teatro y no poder ver la sonrisa de la gente, sobre todo cuando uno se dedica a hacer reír?

R. La sensación de que todo el mundo va con mascarilla menos tú y que tú eres el único que se puede morir es un reto para la comedia bastante interesante (se ríe). No, pero lo dicho, pensabas que se iban a reír menos, pero que va. Y lo más sorprendente ha llegado cuando han quitado los límites de aforo. Es acojonante porque estábamos en el 75% y de repente dejan el 100%, salen a la venta los huecos que quedaban y se vende todo. Bueno, pues te quedas un poco con lo bueno, aunque la gente no se pueda quitar la mascarilla.

No he tenido ningún conflicto en este sentido, pero te voy a contar una anécdota muy graciosa. Cuando teníamos el 60% había huecos y una señora se iba cambiando de sitio en sitio, entonces le dije: "Señora, que está pasando aquí, ¿es amiga de toda la sala?". Pues resulta que la señora era sorda y estaba buscando el hueco de la sala donde oír un poco mejor, porque sí que escuchaba un poquito. Entre que no oía y que la gente tampoco se atrevía a decirle nada, era como una situación rara, porque quieres dejarla que se ponga en primera fila, pero tienes que entender que estamos en una pandemia y la gente no quiere estar a tu lado. Al final sacamos una silla y la pusimos ahí sola a la pobre, al lado del escenario, y lo pudo oír.

P. Se ha hablado mucho de que los músicos no han podido hacer conciertos durante mucho tiempo por la pandemia. Como muchos cómicos salís en radio y televisión, quizás no se ha hablado mucho de los cómicos que van de teatro en teatro. ¿Lo han pasado mal en pandemia?

R. Mal, muy mal. Aunque yo me considero un privilegiado porque con lo de la radio tenía trabajo, la mayoría de compañeros que tengo solo se dedican al teatro y muy mal. Hasta tuvieron que pedir la ayuda porque todos son autónomos. Sacamos un poco la cabeza haciendo alguna actuación en 'streaming', nos reinventamos mucho, la gente empezó a hacer vídeos. Es verdad que yo he visto a todos bastante activos, haciendo 'lives' por Internet para ver si se conseguían algún patrocinio. Yo hice vídeos de debate con J.J. Vaquero en Instagram. Tuvo una repercusión que se nos fue de las manos porque no pensábamos que fuésemos a tener tanta acogida. De hecho, a partir de enero empiezo una gira con él, con el espectáculo 'Nunca llueve a gusto de todos', que va sobre dos amigos muy amigos, que somos nosotros dos, que nunca están de acuerdo y discuten sobre muchos temas. Es un poco lo que hacíamos en Instagram.

"Al humor no hay que ponerle límites, hay que ponerle sentido". Esta frase acuñada por Álex Clavero (Valladolid, 1981) sirve para definir perfectamente tanto el arte de hacer reír como al propio monologuista vallisoletano. El cómico no rehúye ninguna de las preguntas de El Confidencial, ni siquiera la que tiene que ver con la última polémica sobre la poca presencia de mujeres en la Chocita del Loro, pero lo hace desde la mesura de quien lleva casi toda una vida dedicándose al humor blanco, sin apenas pisar el pantanoso terreno de los chistes negros.

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