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El inolvidable 'thriller' sentimental de Manuel Jabois
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El inolvidable 'thriller' sentimental de Manuel Jabois

El columnista muestra en su segunda novela un extraordinario oficio para la narración larga

Foto: Jabois firma ejemplares de sus obras en la Feria del Libro de Madrid en 2019. (EFE)
Jabois firma ejemplares de sus obras en la Feria del Libro de Madrid en 2019. (EFE)

Se han reeditado varias obras de Albert Camus en Random House y en la cubierta de todas ellas figura una humillación impresionante: “Premio Nobel de Literatura”. Uno pone en la cubierta que un autor es premio Nobel de Literatura cuando se lo acaban de dar o cuando a ese escritor no lo conoce nadie. Así, con el tiempo, el premio Nobel de Literatura solo lo han ganado realmente mindundis, gente que ya nadie lee y Borges, de tantas veces que no se lo han dado. Para un escritor de veras grande, en su currículo, el premio Nobel está a la altura del premio de relatos de Salzburgo, que también estuvo bien porque le dieron dinero. No hay que decirle o recordarle y menos insistirle (la cubierta) a la gente que Camus fue premio Nobel de Literatura, amigos. Es como editar a Shakespeare y poner en la faja: “La gran sensación del teatro inglés”.

Esto de los paratextos (solapas, contraportada, fajas...) tiene poca importancia y por eso solo me río yo de los editores. La gente no se entera de la cantidad de libros que podría no leer leyendo únicamente lo que los editores dicen de ellos.

La editorial ha considerado que Jabois es ya “uno de los escritores más populares de su generación”

Viene todo esto a cuenta de un adjetivo genial que Alfaguara le ha puesto a la nueva novela de Manuel Jabois. Es su segunda obra de ficción y la primera, 'Malaherba', salió hace dos años. Fue bien. Por ello, la editorial ha considerado que Jabois es ya “uno de los escritores más populares de su generación”. Como yo leo los libros enteros, impresor incluido, recuerdo decenas (pero ¡decenas!) de escritores de mi generación (años setenta) que no han tenido empacho, ni sus sellos editoriales, en incluir en alguno de sus libros el retintín “uno de los mejores escritores de su generación”, cosa que lógicamente suele significar que nadie se ha dado cuenta de ello. El autor/editor nos lo quiere avisar, imponer, insinuar. Oye, que Fulano es uno de los 'mejores' de su generación. No notan, entre otras miserias, que ser uno de los mejores escritores de tu generación constituye una tristísima forma de fracasar. Yo prefiero incluso ser el peor. ¿El mejor escritor exclusivamente de entre los españoles nacidos del 1 de enero de 1970 al 31 de diciembre 1979? Qué flipe, ¿no?

Así que Alfaguara (o alguien) se ha decantado por “popular”, que es tan tierno, modesto e indetectable que dan muchas ganas de leer.

'Miss Marte'

Hablar bien de Jabois no tiene mucho riesgo, porque es lo acostumbrado. La verdad es que es un gran columnista y sus mejores columnas quizá sean, para mi gusto, el ideal del género. Sencillez, humor y frase. Decía Wenceslao Fernández Flórez que a un político había que exigirle que supiera “hacer frases”; yo eso se lo exijo, de hecho, a un escritor. Reunir siete o 15 palabras y que la gente las retuitee, y les alegren el día. Para eso hemos quedado.

placeholder Extracto de la portada de 'Miss Marte'.
Extracto de la portada de 'Miss Marte'.

Conseguida la prosa, demostrada la gracia, Jabois lo tenía todo para hacer malas novelas, porque un articulista que se lanza a la novela lo suele hacer con el salvavidas de la sintaxis, sabiendo que pase lo que pase el naufragio está descartado; y también por probar el verse el nombre en papeles menos perecederos, un capricho señorito, en fin. Además, con el talento dosificado de la columna, la novela del columnista se suele componer con esas mismas distancias, a cachitos de periódico, acumulando inédito y sin abrirse al gran misterio del oficio: la novela como relojería.

Todo esto lo deja muy atrás Jabois en 'Miss Marte', que es una novela excelente. A mí me ha gustado entera y por todos lados, y casi ni me acordaba de la personalidad de Jabois, de que escribía uno que ya escribe mucho y tiene fama por ello.

'Miss Marte' trata de una niña de dos años perdida durante una boda en 1993 y de la investigación que sobre aquel suceso lleva a cabo, en 2019, una periodista exitosa que quiere rodar un documental. El suceso remite enseguida —se cita— al de Madeleine McCann, y sobrevuela el secuestro pederasta y el asesinato, pues no hay cadáver y la resolución fantasiosa del caso se inclina por la peor de las posibilidades. Ayuda a la reportera un periodista local, menor, modestísimo de rías y amores. El libro son las entrevistas que entre los dos realizan a todas las personas implicadas en aquella boda fatal.

'Miss Marte' trata de una niña de dos años perdida durante una boda en 1993 y de la investigación sobre aquel suceso en 2019

Planteada la cosa como 'thriller' clásico (noten la cantidad de veces que los niños, y mayormente las niñas, son la víctima elegida para conquistar la empatía del lector), Jabois entra en lo que de verdad le interesa, que parece ser la reconstrucción emocional de la gente cuando tiene 20 años. Hay mucho apunte sobre amores y amistades a esa edad, y sobre qué queda de ellos según te pasa el tiempo por los huesos. Aquí, Jabois se descubre como un finísimo hilador de sentimentalidades, con mucha nostalgia y mucha bondad. Me ha sonado un poco su libro a los que escribe David Trueba.

El personaje, casi el puro muñeco humano, es también protagonista del libro, pues se dedican muchas páginas al retrato divertido de los tipos humanos de los pueblos, desde el alcalde al policía, pasando por el turista o el dueño de una pensión.

Sin embargo, la trama late al fondo de este fresco coral y no olvidamos nunca que estamos buscando con Jabois una niña perdida, muerta, secuestrada, quién sabe. Como se hace siempre, lo mejor queda para el final, donde se narra el día de la boda minuciosamente, el argumento vuelve a primer plano, las piezas sueltas de la historia encajan con primor. Me ha parecido admirable este libro de principio a fin.

Se han reeditado varias obras de Albert Camus en Random House y en la cubierta de todas ellas figura una humillación impresionante: “Premio Nobel de Literatura”. Uno pone en la cubierta que un autor es premio Nobel de Literatura cuando se lo acaban de dar o cuando a ese escritor no lo conoce nadie. Así, con el tiempo, el premio Nobel de Literatura solo lo han ganado realmente mindundis, gente que ya nadie lee y Borges, de tantas veces que no se lo han dado. Para un escritor de veras grande, en su currículo, el premio Nobel está a la altura del premio de relatos de Salzburgo, que también estuvo bien porque le dieron dinero. No hay que decirle o recordarle y menos insistirle (la cubierta) a la gente que Camus fue premio Nobel de Literatura, amigos. Es como editar a Shakespeare y poner en la faja: “La gran sensación del teatro inglés”.

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