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Ensalada de papaya y millones de muertos: así comían los dictadores
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Ensalada de papaya y millones de muertos: así comían los dictadores

Un libro recoge los gustos culinarios de Pol Pot, Saddam Hussein, Idi Amin, Enver Hohxa y Fidel Castro a través de los testimonios de sus chefs

Foto: Idi Amín, Fidel Castro, Saddam Hussein y Pol Pot
Idi Amín, Fidel Castro, Saddam Hussein y Pol Pot

¿Qué comió Pol Pot antes de dar la orden de matar a unos cuantos millones de camboyanos? ¿Quizá su comida favorita, una ensalada de papaya preparada al estilo tailandés con maní y salsa de pescado? ¿Lo hizo tranquilamente después de llenar bien el estómago? Estas fueron algunas de las preguntas que se hizo el periodista polaco Witold Szablowski, múltiplemente galardonado en su país y casi a la altura de su compatriota Kapuscinski, para comenzar el libro 'How to feed a dictator?' (¿Cómo dar de comer a un dictador?) - aún no publicado en español. En España sí tiene otro 'Los osos que bailan', sobre las dictaduras en el Este de Europa, editado por Capitán Swing-.

La idea era preguntar a quienes fueron sus sufridos cocineros y retratar una actividad que realiza todo el mundo varias veces al día en personas muy alejadas de lo que podemos entender por normal. La respuesta en todos los casos sí es bastante prosaica, como recalca el periodista: ¿Qué sintieron al comer bien sabiendo que su pueblo era reprimido y se estaba muriendo? Absolutamente nada.

placeholder 'How to feed a dictator'
'How to feed a dictator'

Los personajes que aparecen por este libro de Szablowski son Saddam Hussein, Pol Pot, Idi Amin, Enver Hohxa y Fidel Castro. Los cinco dictadores son desmenuzados por sus chefs -a alguno de ellos costó trabajo encontrarlos porque todavía sentían miedo por posibles represalias-, los cuales cuentan que tuvieron temor mientras permanecieron como parte de su personal. Todos obligaban a testar la comida antes de probarla por si había un intento de envenenamiento. Algunos se portaron de forma más cordial con estos empleados; otros, sin embargo, les trataron de forma tan despiadada como al resto de ciudadanos. Ninguno sabe bien por qué lo hizo, solo que era mejor que haberse negado.

1- Saddam Hussein (1937-2006). Irak (1979-2003)

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Saddam Hussein


Saddam Hussein escribía versos en su juventud. Era un joven revolucionario que desde muy pronto tuvo poder dentro del Partido Baaz, el partido socialista árabe. Desde 1968, gracias a participar en un golpe, tuvo el mando de Irak, aunque oficialmente lo alcanzó en 1979, poniendo en marcha acciones como la nacionalización del petróleo y las campañas del genocidio kurdo de los años ochenta.

Mientras tanto, Saddam también disfrutaba de la buena mesa gracias a su chef Abu Ali. Le obsesionaba ser envenenado así que de toda la comida se sacaba siempre una pequeña muestra para que otro la probase. Su cocinero, no obstante, recuerda en el libro que el dictador era amable con sus empleados y les regalaba relojes y ropa nueva. Sin embargo, podía mostrar su lado más cruel como cuando preparó una carne a la parrilla sus invitados y lo roció todo con abundante tabasco solo para ver si alguien se quejaba.

En 2003, tras la invasión de Irak, fue capturado y encarcelado. Se le enjuició en 2005 y se le condenó a pena de muerte. Fue ahorcado en 2006.

2- Pol Pot (1925-1998). Camboya (1975-1979)

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Pol Pot


El jemer rojo había pertenecido a las élites camboyanas. Hijo de familia adinerada, estudió en París y fue allí donde se unió al Partido Comunista Francés. Desde 1963 ocupó el cargo de secretario general del Partido Comunista de Kampuchea, es decir, de los Jemeres Rojos. En los años setenta, ayudados por el Viet Cong, dieron un golpe y controlaron el Gobierno camboyano.

A Pol Pot le gustaban los platos vegetarianos como la ensalada de papaya, cuenta su cocinero en el libro. Quizá por eso convirtió su país en una enorme huerta. Envió a los ciudadanos al campo creando numerosas granjas colectivas. Con un fanatismo igualistarista desmedido llegó a abolir el dinero (pero que llegara lo mejor a su mesa). Cometió todo tipo de fusilamientos -están considerados crímenes de lesa humanidad- contra cualquier camboyano disidente.

Fue derrocado con la invasión por parte del Vietnam unificado en 1978, sin embargo no se le detuvo hasta 1998 (y fueron los propios jemeres rojos los que lo hicieron). Murió poco después en la selva, poco antes de ser entregado a la justicia internacional. No se sabe cómo murió.

3- Enver Hoxha (1908-1985). Albania (1944-1985)

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Enver Hohxa


Hijo de familia acomodada, estudió en Francia, donde entró en contacto con los grupúsculos comunistas. Durante la II Guerra Mundial combatió junto a los partisanos contra el ejército italiano y el alemán. En esa época sería uno de los fundadores del Partido Comunista de Albania. Durante su largo mandato como dictador tuvo varias etapas, la primera de ellas, mucho más cercana a la órbita soviética y de cooperación; la segunda, a partir de 1976, un férreo estalinismo, fanatización y aislacionismo de una forma muy cercana a la de su colega rumano Ceaucescu.

A la hora de la comida, Hoxha solo quería los productos de las granjas ‘amigas’ -también se colectivizó mucho la producción- que había que ir a buscar y a las que llegaban siempre unos cuantos agentes que se encargaban de controlarlo todo. Su cocinero recuerda que el dictador era diabético, por lo que debía tener una dieta estricta de 1.500 calorías al día (lo normal en un hombre son unas 3.000 calorías diarias), así que estaba hambriento y de mal humor todo el día. En un dictador no parece una buena cosa para el resto.

Murió en 1985 de un infarto. Fue enterrado con honores y se celebró un funeral de Estado.

4. Idi Amin (1925-2003). Uganda (1971-1979)

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Idi Amin

Del dictador africano Idi Amin se pueden contar muchas cosas como relató la película ‘El último rey de Escocia’. Sobre todo que tenía un ego más grande que todo África y cuando obtuvo todo el poder de Uganda firmaba como Su Excelencia el presidente vitalicio, mariscal de campo Alhaji Dr. Idi Amin Dada, Conquistador del Imperio Británico.

Había formado parte de las Fuerzas Armadas y dio un golpe de Estado en 1971 nombrándose presidente. Al principio le apoyó occidente, pero después se hizo amigo de Libia, la Unión Soviética y la RDA y comenzaron muchas de sus excentricidades montando una guerra con Tanzania. Al final cayó en 1979, huyó a Arabia Saudí donde murió en 2003 en un hospital si bien no se sabe muy bien de qué. Según las cifras de organismos de derechos humanos pudo acabar con la vida de más de 100.000 personas.

En el apartado culinario, su chef Otonde Odera cuenta que le gustaban mucho los platos coloniales (pese a luchar contra Reino Unido) como la sopa de rabo de buey. Entre las excentricidades que pedía, siempre tenía que haber mujeres en la mesa. Su cocinero comenta que la presencia de Idi Amin daba miedo porque nunca se sabía cuándo podía saltar. Como cuando su hijo tuvo unos problemas gastrointestinales y el dictador se dirigió a él y le gritó que si no se curaba le mataría. Se curó.

5. Fidel Castro (1926-2016). Cuba (1959-2008)

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Fidel Castro (REUTERS/Prensa Latina (CUBA) - GF2DTPABKRAB)

Castro estuvo casi 50 años en el poder, desde la victoria de la Revolución contra el dictador Fulgencio Batista en 1959 hasta que se retiró en 2008 dejando el poder a su hermano Raúl. Impuso un estado marxista-leninista con la nacionalización y expropiación de empresas. En 1965 fundó el Partido Comunista de Cuba y fue su secretario general hasta 2011.

En el libro se cuenta que le encantaban los helados y aunque no tenía unos gustos demasiado sibaritas, sí que en alguna ocasión su chef tuvo que ir en busca de angulas en una época escasez de comida en la isla, debido en parte al boicot estadounidense.

Tras retirarse apenas hizo apariciones públicas. Murió en 2016, pero no se ha revelado la causa.

¿Qué comió Pol Pot antes de dar la orden de matar a unos cuantos millones de camboyanos? ¿Quizá su comida favorita, una ensalada de papaya preparada al estilo tailandés con maní y salsa de pescado? ¿Lo hizo tranquilamente después de llenar bien el estómago? Estas fueron algunas de las preguntas que se hizo el periodista polaco Witold Szablowski, múltiplemente galardonado en su país y casi a la altura de su compatriota Kapuscinski, para comenzar el libro 'How to feed a dictator?' (¿Cómo dar de comer a un dictador?) - aún no publicado en español. En España sí tiene otro 'Los osos que bailan', sobre las dictaduras en el Este de Europa, editado por Capitán Swing-.

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