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¿Hay que derogar la Ley de amnistía de 1977? Hablan las víctimas del franquismo
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¿Hay que derogar la Ley de amnistía de 1977? Hablan las víctimas del franquismo

El viernes se estrena 'El silencio de otros', el documental de Almudena Carracedo y Robert Bahar y producido por Pedro Almodóvar que reabre el debate sobre el pacto del olvido

Foto: Una imagen de restos humanos de una fosa común en el documental 'El silencio de otros'. (BTeam)
Una imagen de restos humanos de una fosa común en el documental 'El silencio de otros'. (BTeam)

"Yo tenía seis años cuando fueron a por mi madre. Gentes del pueblo, todos los de Franco. La encontraron al día siguiente, a orillas de la carretera. No los pudieron meter en el cementerio; el pueblo no nos dejó. Ahí, en esos zarzales, tiraron la ropa. La dejaron desnuda. Lo injusta que es la vida… no la vida, los humanos son muy injustos". Habla María Martín López, una octogenaria de Pedro Bernardo (Ávila), que a principios de esta década se convirtió en una de las caras mediáticas del proceso que inició el juez Baltasar Garzón en 2008 para investigar las denuncias presentadas por las asociaciones de la Memoria Histórica por los crímenes del franquismo.

placeholder Mujeres rapadas. (BTeam)
Mujeres rapadas. (BTeam)

"Cuando fueron a por mi madre la metieron en la escuela, que era la cárcel para mujeres. Allí le cortaron el pelo al cero. Ella no había hecho nada. Eran segadores. Decían que era de rojos. La pasearon por todo el pueblo con tambor y gaitilla para que saliera todo el mundo. Detrás íbamos todo los muchachos del pueblo, pero no me dejaban arrimarme a ella. Aquella noche mataron 27 hombres y tres mujeres: la Lucia, la María y mi madre, Faustina López González. Nos apedreaban los chavales por los caminos. Y tú ibas por una calle y tenías que ir mirando por si me encontraba alguno y me hacía así [gesto de rajar la garganta] y me decían 'no teníamos que haber dejado ni simiente'", recuerda. "Y entonces mi padre me dijo: 'procura sacar los restos un día y a ver si me los traes'. Pero he estado siempre sola. Yo no pido venganza; yo pido los restos para meterla con su marido, nada más".

La relación de España con su pasado más reciente es, como cuenta el documental 'El silencio de otros' —que se estrena este viernes en cines tras su paso por Berlinale y Seminci, entre otros festivales—, cuanto menos sigular. Cuarenta años después del final de la dictadura, la memoria histórica sigue escociendo. Cuarenta años que son muchos para quienes quieren pasar página y que son pocos para quienes vivieron la represión en carne propia. A un lado, aquellos cuyos familiares fueron fusilados en la Guerra Civil, asesinados o torturados durante la dictadura, y cuyos bebés fueron robados y entregados a otra familia. Al otro, aquellos quienes consideran que es mejor olvidar para seguir adelante. Y aquellos, como Jaime Alonso, de la Fundación Francisco Franco, que reivindica que "lo más importante para recordar a Franco es que no se equivocó nunca" y que preservó "la civilización occidental y cristiana de la tiranía comunista".

'El silencio de otros' está dirigido por Almudena Carracedo y Robert Bahar y producido por Pedro Almodóvar

El documental dirigido por Almudena Carracedo y Robert Bahar y producido por Pedro Almodóvar analiza la singularidad del pacto tácito de la sociedad española para con los últimos 80 años de su historia y cuestiona la legitimidad de la Ley de amnistía pactada por el Parlamento en 1977, que contradice la Ley de justicia universal que persigue los crímenes de lesa humanidad. Lo que había comenzado a propuesta de la izquierda y partidos nacionalista para el indulto de presos políticos y presos de ETA, FRAP, GRAPO y el Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario ​(MPAIAC), acabó como una amnistía "de todos los hechos y delitos de intencionalidad política ocurridos entre el 18 de julio de 1936 y el 15 de diciembre de 1976". El 'pacto del olvido', lo llamaron. "Ese olvido ha de bajar a toda la sociedad [...]; es la única manera de que podamos darnos la mano sin rencor", defendió entonces Arzalluz.

placeholder Desde la comunidad internacional también se abogó por el 'pacto del olvido'. (BTeam)
Desde la comunidad internacional también se abogó por el 'pacto del olvido'. (BTeam)

"Nadie planteó que la amnistía se ampliara a los delitos cometidos bajo el paraguas y en defensa de la dictadura. En primer lugar, porque Alianza Popular, su legítima heredera, no quiso intervenir en la Comisión (...) En segundo lugar, porque los franquistas no creían que fuera necesario que les amnistiaran por las tropelías que habían cometido", defendió en 2010 el diputado del PCE Jaime Sartorius en un artículo para 'El País', atribuyendo a la Ley de Amnistía "una interpretación arbitraria y sin fundamento" para defender la impunidad del franquismo. Lo mismo que aduce en el documental la jueza argentina María Servini, instructora desde el país latinoamericano de la única causa en el mundo que juzga los crímenes del franquismo: "La Ley de amnistía que tiene España ha hecho que los jueces españoles ni la Justicia española pueda investigar. Pero los delitos que son de lesa humanidad no prescriben y no hay amnistía que los pueda tapar".

"Los crímenes de lesa humanidad deben ser perseguidos en cualquier tiempo y cualquier lugar por distintos tribunales del mundo"

Cuando en 1977 se votó la Ley de amnistía, la sociedad española la recibió como un peaje para conseguir una transición pacífica a un Gobierno democrático. Otros países de Latinoamérica recién salidos de régimenes dictatoriales —Guatemala, Argentina, Uruguay— incluso importaron el modelo español, pero en los últimos años gran parte de los países que transitaron a finales del siglo XX de una dictadura a la democracia han iniciado procesos de derogación de dichas leyes o han perseguido los crímenes de Estado, como en Guatemala, Ruanda, Camboya y Argentina. Incluso la ONU ha recomendado "privar de efectos la Ley de Amnistía de 1977 porque las víctimas, con razón, no olvidan". Sin embargo, en España, ninguno de los intentos ha fructificado salvo la llamada "vía argentina" iniciada en 2010 y que ofrece, de momento, la única esperanza de las víctimas, que sienten que no se les pide que perdonen, sino que se les "exige" que perdonen.

placeholder Un cadáver tirado en medio de la carretera. (BTeam)
Un cadáver tirado en medio de la carretera. (BTeam)

"¿Cómo es posible que se pueda hacer justicia en relación a este tipo de crímenes cometidos desde el Estado? A través de la implicación de distintos tribunales del mundo. Es la idea de justicia universal. Es decir, que los crímenes de lesa humanidad deben ser perseguidos en cualquier tiempo y cualquier lugar por distintos tribunales del mundo. El gran ejemplo es lo que ocurrió en Chile con Pinochet", explica en 'El silencio de otros' el abogado argentino Carlos Slepoy, uno de los abogados clave de la vía argentina.

placeholder Cartel de 'El silencio de otros'
Cartel de 'El silencio de otros'

En el documental, los directores siguen el periplo judicial de cada vez más querellados que buscan encontrar a sus padres enterrados en fosas comunes, encontrar a sus hijos robados o enjuiciar al policía franquista Antonio González Pacheco, alias Billy 'el niño', recientemente condecorado por el Congreso, y el guardiacivil Jesús Muñecas Aguilar, acusados de torturar a disidentes políticos. Historias como la de Asunción, una anciana que busca exhumar los restos de su padre de una fosa común y enterrarlos en el panteón familiar, o la de José María Galante, torturado por Billy 'el niño' cuando tenía poco más de veinte años. O las de las madres a las que hasta principios de los 80 —¡hablamos de treintañeros!— les arrebataron los bebés recién nacidos para que los criasen familias adeptas al régimen según las teorías del psiquiatra del franquismo Antonio Vallejo-Nágera para erradicar 'el gen rojo'. Casos silenciados por el Estado y la sociedad, que quizá debe plantearse si una democracia efectiva puede sostenerse sobre el agravio a las víctimas silenciadas.

"Yo tenía seis años cuando fueron a por mi madre. Gentes del pueblo, todos los de Franco. La encontraron al día siguiente, a orillas de la carretera. No los pudieron meter en el cementerio; el pueblo no nos dejó. Ahí, en esos zarzales, tiraron la ropa. La dejaron desnuda. Lo injusta que es la vida… no la vida, los humanos son muy injustos". Habla María Martín López, una octogenaria de Pedro Bernardo (Ávila), que a principios de esta década se convirtió en una de las caras mediáticas del proceso que inició el juez Baltasar Garzón en 2008 para investigar las denuncias presentadas por las asociaciones de la Memoria Histórica por los crímenes del franquismo.

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