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Putin se ríe de los espías: la respuesta a 'The Americans' que triunfa en Rusia
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Putin se ríe de los espías: la respuesta a 'The Americans' que triunfa en Rusia

'Adaptation' es una sátira sobre el espionaje y contraespionaje que, desde la Guerra Fría, han caracterizado las relaciones entre Estados Unidos y Rusia

Foto: Oleg Menshov (Leonid Bichevin) es el protagonista de 'Adaptation', la respuesta rusa a 'The Americans' | TNT Rusia
Oleg Menshov (Leonid Bichevin) es el protagonista de 'Adaptation', la respuesta rusa a 'The Americans' | TNT Rusia

Desde que en las pasadas elecciones a la Presidencia de Estados Unidos Rusia se desvelase como la gran estrella invitada -flirteos del gabinete Trump con la embajada rusa, acusaciones de injerencia de hackers rusos en los resultados-, no pasa una semana sin que los medios de comunicación desvelen la última teoría sobre el colecho de dos enemigas históricas que en los últimos tiempos se han convertido en... ¿'frienemies' ('amienemigas')? O quién sabe. El último compás de esta mascarada ha venido de mano del Senado estadounidense, que ha llamado a testificar al 'yernísimo' del presidente Trump, Jared Kushner, por haberse reunido con -de nuevo- el embajador ruso y el presidente de un banco acusado de actuar como tapadera de los servicios de espionaje ruso.

Foto: Manuel Vilas (Alejandro García/EFE )

Demasiado tejemaneje subrepticio para, en un momento en el que la ficción televisiva fagocita todo lo fagocitable, dejar morir estas imbricadas -y entretenidísimas- tramas de espionaje y contraespionaje político en el plano de la realidad. Ya se habla de una segunda Guerra Fría, y si la primera fue el caladero del que Hollywood pescó a la mayor parte de sus villanos en las décadas de los 60, 70 y 80, esta reorganización de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos ya empieza a dar sus primeros frutos catódicos. Y con la novedad de que, gracias a internet y la globalización y el laxo control de Rusia de la piratería, por fin podemos conocer el otro punto de vista de este nuevo envite geopolítico: el que se cuece en Moscú.

Porque la última sensación de la televisión rusa es 'Adaptation' ('Адаптация'), una serie nacida en respuesta a 'The Americans' en la que el país eslavo se ríe de los americanos, de las costumbres rusas y de la corrupción política de su país sin olvidar la obligada dosis de chovinismo y propaganda gubernamental. El protagonista, Oleg Menshov, un joven espía de la CIA que se hace pasar por ruso -interpretado por el actor Leonid Bichevim, es decir, un ruso haciendo de americano que hace de ruso-, intenta infiltrarse en la mastodóntica corporación gasística estatal Gazprom con el objetivo de frenar un plan maquiavélico en contra de Washington y de su presidente, Donald Trump.

Un joven espía de la CIA se hace pasar por ruso e intenta infiltrarse en la mastodóntica corporación gasística estatal Gazprom

Una vez en territorio enemigo, el recto e inocente Menshov se dará de bruces con la 'idiosincrasia' rusa: sobornos, un sentido estético algo hortera y wi-fis que sólo dan señal dentro del cuarto de baño son algunos ejemplos. "La diversión nace de ver a un tejano pulcro y honesto intentando encajar en el ambiente ostentoso, cínico y apasionado de Rusia", resume el periodista Amie Ferris-Rotman. Aunque 'Adaptation' se vende como contrarréplica a 'The Americans', sería más apropiado decir que es una versión en carne y hueso de 'Archer' si el punto de vista fuese el de Barry Dillon o el de Nikolai Jakov, los dos principales agentes del KGB contra los que Sterling Archer y su asociación ISIS (Servicio Internacional de Inteligencia Secreta) tienen que luchar.

Hombres rusos que no se despegan de su vaso de alcohol, mujeres rusas lascivas y lujuriosas y espías obsesionados con el ajedrez, todos con la consiguiente miríada de tacos y amenazas siempre en la punta de la lengua, frente a unos estadounidenses tan bienintencionados y 'naifs' que aparecen representados como curillas de Biblia bajo el brazo y gorra de 'stop racismo' en la cabeza en un retrato que hace chanza de la extrema corrección política y que recuerda ligeramente a la imagen que en algunos casos ha exportado Barack Obama. Eso sí, el humor a base de estereotipos de la serie no deja títere con cabeza ni a un lado ni a otro del antiguo telón de acero.

El humor a base de estereotipos de la serie no deja títere con cabeza ni a un lado ni a otro del antiguo telón de acero

Según TNT, la cadena en la que se emite y que -ironías del oligopolio- pertenece al brazo mediático de Gazprom, uno de cada siete rusos han visto la serie, que además ha tenido una acogida entusiasta de público y crítica. Los dos primeros episodios superaron en audiencia a sus competidores en la franja horaria de 8 a 9, según la directora de relaciones públicas de la cadena, Yulia Talapanova. Y es que 'Adaptation' subvierte con mordacidad la iconografía del bloque occidental desde los mismos títulos de crédito: cada episodio abre con la música de James Bond, un Oleg que sube el Monte Rushmore pistola en mano y un plano de la Casa Blanca transformándose en una iglesia ortodoxa de tres torres para luego cortar a otro del águila calva del logo de la CIA mutando en un águila de dos cabezas, que es el emblema oficial de Rusia.

Además, la serie enfrenta dos realidades tan -todavía hoy- antitéticas de Rusia como son las zonas rurales frente a las modernas metrópolis de más de un millón de habitantes: incluso las tribus nenets -nómadas animistas que han vivido durante siglos en la península siberiana de Yamal- aparecen retratadas como caricaturas cuando se las presenta negociando estérilmente con los jefazos de Gazprom, que se frotan las manos con la idea de hacerse con las reservas de gas y petróleo bajo las tierras en las que se asientan.

Eso sí, bajo el envoltorio de comedia, 'Adaptation' exalta otros aspectos del orgullo ruso, como la idea de que el resurgir de Rusia vendrá de la mano de la explotación de sus recursos naturales, y la crítica hacia las sanciones que Estados Unidos y la Unión Europea les han impuesto en los últimos años, sobre todo a raíz de la participación del país de Putin en la crisis de Ucrania: rusos que se quejan de la falta de quesos y otro tipo de productos que antes eran habituales y que ahora ya no se ven en las estanterías de los supermercados en los alrededores de los Urales.

Con 'Adaptation' se vuelve a demostrar que, en esto de las enemistades enconadas, quien ríe el último ríe mejor.

Desde que en las pasadas elecciones a la Presidencia de Estados Unidos Rusia se desvelase como la gran estrella invitada -flirteos del gabinete Trump con la embajada rusa, acusaciones de injerencia de hackers rusos en los resultados-, no pasa una semana sin que los medios de comunicación desvelen la última teoría sobre el colecho de dos enemigas históricas que en los últimos tiempos se han convertido en... ¿'frienemies' ('amienemigas')? O quién sabe. El último compás de esta mascarada ha venido de mano del Senado estadounidense, que ha llamado a testificar al 'yernísimo' del presidente Trump, Jared Kushner, por haberse reunido con -de nuevo- el embajador ruso y el presidente de un banco acusado de actuar como tapadera de los servicios de espionaje ruso.

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