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¿Quién es el oscuro dueño del festival más hipster del mundo?
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¿Quién es el oscuro dueño del festival más hipster del mundo?

Philip Anschutz, propietario de Coachella (California), financió grupo homófobos, niega el cambio climático y colabora con los ultraderechistas hermanos Koch

Foto: Philip Anschutz en portada de Forbes
Philip Anschutz en portada de Forbes

La semana pasada, el festival californiano Coachella anunciaba un cartel rutilante, encabezado por superventas globales como Beyoncé, Radiohead y Kendrick Lamar. Pero, pocos días después, otra información ha eclipsado la selección de estrellas: el grupo Anschutz Entertainment Group (AEG), controlado por el dueño del festival, no esconde sus simpatías ultraderechistas financiando grupos anti-gays, por ejemplo Mission America Coalition, que presiona para que se restrinjan las posibilidades de viajar a portadores del virus VIH. El grupo Southern Poverty Law Center ha clasificado a esta organización como "grupo que promueve el odio".

Además, Philip Anschutz es negacionista del cambio climático. Coachella no solo es importante por su nutrido cartel musical, sino porque atrae a una gran cantidad de celebridades progresistas del mundo del cine, la moda y los medios. La prensa estadounidense espera con interés reacción de las estrellas más comprometidas ante estas revelaciones. Anschutz además apoyó con entusiasmo la polémica Proposición 2 del Estado de Colorado, que recogía medidas discriminatorias contra la comunidad LGTB (lesbiana, gay, trans y bisexual), como confirmó una sentencia del Tribunal Constitucional.

Mecenas derechista

Anschutz comenzó su fortuna en los sectores del gas y el petróleo. Una vez convertido en millonario, financió a través de Walden Media películas como 'Waiting for Superman' (2010) o 'We won't back down' (2012), que rechazan los sindicatos de profesores. También es fundador del Instituto Discovery, que promueve el creacionismo frente a la teoría de la evolución de Darwin. Ha financiado el Instituto Cato, fundación de extrema derecha creada por los hermanos Koch, uno de los principales apoyos económicos del movimiento populista Tea Party.

El señor Anschutz recoge dinero de la cultura juvenil progresista y lo usa en nuestra contra

Otra de sus causas preferidas es Keystone XL Pipeline, que recomienda la técnica de extracción conocida como fracking, denunciada como dañina por asociaciones ecologistas. Anschutz es accionista de dos equipos NBA de Los Ángeles, los Lakers y los Clippers, además de dueño del famoso Staples Center, donde juegan ambos. Allí se celebran desde los premios Grammy hasta conciertos de Lady Gaga. "El señor Anschutz recoge dinero de la cultura juvenil progresista y lo usa en nuestra contra", afirma la web Jezebel.

Comunicado ambiguo

La asociación Libertad Para Todos los Americanos (FFAA) redactó en 2016 un informe que recoge datos precisos. A través de su fundación, Anschutz donó entre 2011 y 2013 la cifra de 110.000 dólares a la Alianza para Defender la Libertad, considerada "violentamente anti-gay". También ingresó 50.000 dólares a la Fundación Nacional Cristiana (CNF) y 30.000 al Consejo para el Estudio de la Familia, que rechaza el matrimonio no heterosexual.

Anschutz no tardó en responder a las acusaciones de esta semana, desmarcándose en lo personal, pero sin desmentir las investigaciones periodísticas. "Los artículos recientes en los medios describiéndome como antigay son información falseada. Apoyo sin fisuras los derechos de las personas homosexuales. La corporación AEG emplea a trabajadores muy diversos y no tolera ningún tipo de discriminación. Ni yo ni la fundación hemos apoyado nunca a una organización con la expectativa de que financiase iniciativas antigays. Cuando se ha descubierto que que algún empleado nuestro lo hacía, se le ha pedido que retirase los fondos". Las explicaciones han sido descritas como vagas excusas por la mayoría de la prensa estadounidense, ya que culpa a colaboradores anónimos y no considera causa de despido financiar organizaciones homófobas.

Delincuente fiscal condenado

La web británica The Quietus opina que esto será el comienzo de una tormenta de críticas contra Anschutz. Por ejemplo, Thom Yorke, líder Radiohead, es un militante ecologista que despreció en la televisión estadounidense al presidente George W. Bush por "haberse desentendido del Tratado de Kioto". Luego interpretó la canción 'House Of Cards', cuyo estribillo dice "negación, negación". ¿Cuál será la reacción de los cabezas de cartel ante la noticia de que Anschutz rechaza que exista el cambio climático? Además, como miembro del Instituto Americano del Petróleo, Anschutz aprobó una campaña de millones de dólares contra ese mismo tratado.

El dueño de Coachella también controla la revista de opinión 'The Weekly Standard", plataforma habitual de escépticos del cambio climático como Steven Hayward y Kenneth Green. Por si fuera poco, Anschutz es un evasor fiscal, que ocultó 17, 3 millones de dólares entre 2000 y 2001. Tras un largo proceso, fue condenado en firme por un tribunal en 2010. La prensa económica calcula que su patrimonio ronda los 12.100 millones de dólares.

Boicot a la vista

Anschutz también financió el grupo Valores Familiares de Colorado, que sostiene que los gays abusan de niños, que la comunidad entera es pedófila y que los homosexuales apoyan la corrupción de menores. Los medios de comunicación que controla, por ejemplo el 'Washington Examiner', describe a los sindicatos como "enemigos del estado". ¿De dónde pueden venir los problemas para el millonario y su red de empresas? "La mayoría de los trabajadores son sencillos de sustituir, pero las estrellas de un festival de música son menos reemplazables, ya que ofrecen una experiencia única a muchos asistentes", según el periodista Joost Heijthuijsen. Para ser honestos, Coachella siempre ha tenido fama de festival pijo y mojigato. Se celebra en un campo de golf y no permite el consumo de bebidas alcohólicas, excepto en la zona VIP. Pocas horas después de la publicación de la noticia, se creó en Twitter la etiqueta #boycottcoachella, que tuvo un impacto modesto en la red social.

Estrellas antagónicas

En todo caso, los problemas pueden ir más allá del festival. AEG, la empresa promotora de conciertos de Anschutz, que es la segunda del mundo en tamaño, tiene en su nómina artistas considerados rebeldes, como Morrissey, Swans o el icono de la contracultura Bob Dylan. En el caso de Morrissey, por ejemplo, hablamos de un vegetariano radical, a quien seguro que no le hará ninguna gracia descubrir que AEG es dueña de un rancho con 5.200 cabezas de ganado o que organiza campamentos de pesca. Morrissey y Blondie (otro grupo de AEG) se unieron en 2015 para mostrar su defensa de "los derecho de los gays". Anschutz apenas ofrece entrevistas o charlas, pero en 2004 acudió a la universidad de Hillsdale y declaró ante los alumnos que se interesó en el mundo del espectáculo porque "me gusta controlar el proceso creativo". Esto significa que en su ánimo está hacer todo lo posible para promocionar creadores artísticos reaccionarios.

Aznar y más pijerío

Además del festival pop más famoso del mundo, Coachella también es uno de los favoritos de la joven derecha internacional, incluyendo la española. Así lo explicaba explicaba el año pasado la web Vanitatis: "Por parte española, la estrella ha sido Alonso Aznar, hijo del expresidente. En la imagen, compartida por el propio Alonso, aparecen Isabel Eulate Gómez-Acebo, Adriana Zurita, Sofía Sendagorta y Pino Gil de Biedma, condesa de Sépúlveda; todas ellas con apellidos que en su día acapararon los titulares de las tradicionales páginas de 'vida social'. Y es que la de Alonso Aznar podría ser la pandilla que diera el relevo a esa 'beautiful people' de los ochenta y noventa. Desde luego, muchos de ellos son precisamente los descendientes de aquellos que en su día conformaron la 'jet'. El relevo generacional es posible”. Por lo visto, según contaba la prensa rosa, Alonso Aznar acudió al festival más cool del mundo para superar el bajón emocional de su traslado de la glamurosa Londres a la modesta España de la crisis económica y social.

La semana pasada, el festival californiano Coachella anunciaba un cartel rutilante, encabezado por superventas globales como Beyoncé, Radiohead y Kendrick Lamar. Pero, pocos días después, otra información ha eclipsado la selección de estrellas: el grupo Anschutz Entertainment Group (AEG), controlado por el dueño del festival, no esconde sus simpatías ultraderechistas financiando grupos anti-gays, por ejemplo Mission America Coalition, que presiona para que se restrinjan las posibilidades de viajar a portadores del virus VIH. El grupo Southern Poverty Law Center ha clasificado a esta organización como "grupo que promueve el odio".

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