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Los premios Goya reciben a Wert con el IVA por las nubes
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el ministro acudirá tras la espantada del año pasado

Los premios Goya reciben a Wert con el IVA por las nubes

Ni ha bajado el IVA, ni se han aumentado los incentivos fiscales, ni se han pagado las deudas a los productores. El Ministro vuelve sin cumplir lo esperado

Foto: Wert y Montoro en el congreso (EFE)
Wert y Montoro en el congreso (EFE)

Esta vez no habrá viaje a Londres que salve al ministro Wert de acudir a la gala de los Goya. El año pasado esquivó el chaparrón con un improvisado compromiso, pero ahora tendrá que enfrentarse a la industria del cine, uno de los sectores más maltratados por el Gobierno y uno de los más cabreados. Lo hará sin haber conseguido la bajada del IVA cultural, uno de los principales caballos de batalla del mundo del cine desde su aplicación en septiembre de 2012.

Este año ni siquiera ha intentado calmar los ánimos con algún guiño a la industria, una jugarreta clásica cuando se acercan los Premios de la Academia. Incluso el año pasado, a pesar de su espantada, Wert se sacó de la manga el anuncio del pago de parte de la deuda que tiene el Gobierno con los productores. De poco le sirvió sacar la chequera, ya que la gala atizó al ministro por ignorar al cine español.

El bloqueo del responsable de Hacienda es la enésima prueba de su odio al cine español. Un odio nada disimulado, ya que este mismo año se atrevió a decir públicamente que el problema del cine español era debido a su “calidad”. A Montoro no le gusta el cine español y al cine español no le gusta Montoro, una relación en la que el cine tiene las de perder.

Con el responsable de Hacienda como principal villano de la función, no debería temer tanto Wert a la gala de los Goya. Este año se prevé una ceremonia suave, que celebre el año histórico de nuestro cine y deje de lado el ninguneo político. Por si el ministro tenía alguna duda, el presidente de la Academia, Enrique González Macho, en declaraciones a Europa Press, ha afirmado que en su discurso quiere transmitir una "sensación positiva”. Por ello no hablará de los asuntos pendientes, ya que no quiere ser "cansino" con este asunto.

Mucho que celebrar, ¿poco que denunciar?

Está claro que la Academia quiere una gala tranquila y sin sobresaltos. Una fiesta para honrar los 123 millones de euros de recaudación y el 25,5% de cuota de pantalla. Todo lo ocurrido en los últimos doce meses quedará tapado por los éxitos económicos.

De momento, esos cinco millones siguen sin aparecer y las compañías han cobrado el 87% de la cantidad que deberían haber percibido. Un problema que afecta a la credibilidad del sistema de ayudas, ya que hablamos de un dinero que los productores pidieron anticipadamente a los bancos con la seguridad de que el Ministerio de Cultura acabaría pagando su deuda. Pero no ha sido así.

2014 también ha sido el año de las promesas no cumplidas respecto a los incentivos fiscales. Productores y miembros de la industria se mostraban muy ilusionados ante la reforma que preparaba el Gobierno. Hasta la propia Susana de la Sierra, exdirectora del ICAA, reconocía que habría muy buenas noticias para la industria.

Tampoco fue así, y los incentivos subieron sólo un 2%, del 18 al 20%. Un mes después, De la Sierra dimitía de su cargo al ser incapaz de hacer entender a Hacienda de la necesidad de unas mejores condiciones y de la bajada del IVA.

Ni bajada de impuestos, ni subida de los incentivos fiscales, ni pago de deuda, ni voluntad política de cambiar la situación. Motivos suficientes para que la gala de este año fuera igual de política y reivindicativa que, al menos, la de 2014. Pero donde hay abundancia hay alegría. Así que brindemos y celebremos por los éxitos del cine español el año que más desatendido ha estado.

Esta vez no habrá viaje a Londres que salve al ministro Wert de acudir a la gala de los Goya. El año pasado esquivó el chaparrón con un improvisado compromiso, pero ahora tendrá que enfrentarse a la industria del cine, uno de los sectores más maltratados por el Gobierno y uno de los más cabreados. Lo hará sin haber conseguido la bajada del IVA cultural, uno de los principales caballos de batalla del mundo del cine desde su aplicación en septiembre de 2012.

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