Su interior albergará el Foro Humboldt, un hotel de lujo, salas para exposiciones temporales de los museos de Berlín y una parada de metro, según los responsables del proyecto
La ciudad-estado de Berlín recuperará el esplendor de su pasado con la reconstrucción de la fachada del Palacio Imperial de los Hohenzollern, del que apenas quedan
La ciudad-estado de Berlín recuperará el esplendor de su pasado con la reconstrucción de la fachada del Palacio Imperial de los Hohenzollern, del que apenas quedan restos, frente a la Isla de los Museos en el corazón de la capital alemana. El ministro alemán de Transportes y Obras Públicas, Manfred Stolpe, y la responsable de Cultura, Christina Weiss presentaron un estudio que constata la viabilidad del proyecto ante los críticos de esta iniciativa que consideran que sólo son "castillos en el aire". En el solar donde se alza actualmente las ruinas del Palacio de la República se reconstruirá un nuevo edificio con una fachada exterior, que será una reproducción exacta del Palacio Imperial.
"El 70 por ciento del espacio estará destinado a uso público y el 30 por ciento al privado", dijo en rueda de prensa el presidente del Bundestag, Wolfgang Thierse, quien confió en que el nuevo edificio se convierta "en un lugar de encuentro de las culturas del mundo".
De momento, no esta claro ni la fecha en la que estará listo el nuevo edificio ni su coste, pero el presidente del Bundestag calcula que la operación costará entre 530 y 780 millones de euros.
La responsable de Cultura volvió a pedir al Bundestag, la Cámara baja del Parlamento, que levante, tras las elecciones generales del 18 de septiembre, el bloqueo financiero para la reconstrucción del palacio prusiano.
El Palacio Imperial, cuya primera piedra se colocó en 1443, fue desde 1701 residencia real con la coronación del príncipe elector de Brandenburgo Federico III como rey Federico I de Prusia. Durante la II Guerra Mundial, el Palacio Imperial fue muy dañado por los bombardeos aliados y ardió durante tres días. Tras la derrota nazi el castillo quedó en zona soviética.
Del Palacio Imperial de Federico I de Prusia apenas quedan restos que permitan al turista hacerse una idea de la belleza de esta obra del arquitecto Andreas Schlüter considerada el mayor edificio barroco al norte de los Alpes.
Sólo quedan en pie un balcón, algunos restos de sus fundamentos y unas cuantas estatuas decorativas, después de que en 1950 las autoridades de la República Democrática Alemana (RDA) decidieran dinamitar las ruinas de esta joya del barroco por considerarla un símbolo feudal que no tenía cabida en la Alemania comunista.
Para poder reconstruir el palacio prusiano en el solar en que se alzaba originalmente, las autoridades de Berlín tendrán que volar el Palacio de la República, antigua sede de la Cámara del Pueblo y uno de los últimos símbolos de la República Democrática Alemana.
En noviembre de 2003, el Bundestag aprobó el derribo del Palacio de la República, en ruinas desde que en 1990 se descubriera que estaba aquejado del "mal del asbesto", material de construcción con componentes potencialmente cancerígenos.
La ciudad-estado de Berlín recuperará el esplendor de su pasado con la reconstrucción de la fachada del Palacio Imperial de los Hohenzollern, del que apenas quedan restos, frente a la Isla de los Museos en el corazón de la capital alemana. El ministro alemán de Transportes y Obras Públicas, Manfred Stolpe, y la responsable de Cultura, Christina Weiss presentaron un estudio que constata la viabilidad del proyecto ante los críticos de esta iniciativa que consideran que sólo son "castillos en el aire". En el solar donde se alza actualmente las ruinas del Palacio de la República se reconstruirá un nuevo edificio con una fachada exterior, que será una reproducción exacta del Palacio Imperial.