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Prostitución, homofobia y 'celebrities': la fórmula que hizo explotar el caso Arny
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Prostitución, homofobia y 'celebrities': la fórmula que hizo explotar el caso Arny

'Arny' rememora uno de los primeros macrojuicios de la historia de nuestro país. Un caso que conmovió a todo el mundo, pero que también disparó las fobias de mucha gente

Foto: Imagen cedida.
Imagen cedida.

Una orgía de 60.000 pesetas, 49 imputados, 59 testigos, 15 condenados y, sobre todo, horas y horas de televisión. Estas son algunas de las grandes cifras que rodean al caso Arny, uno de los mayores escándalos sociales y mediáticos de nuestra historia reciente. Y eso que el famoso local, en torno al que se juzgó una trama de prostitución infantil, apenas estuvo diez meses abierto, pero se convirtió en un triste estandarte de nuestro país durante aquellos años.

¿Y eso por qué? Porque en aquel caso, ocurrido en 1995, se mezcló de todo: prostitución infantil, homofobia y personas famosas de por medio. Así se relata en Arny, el documental Sonora que, 25 años después, intenta poner luz en todo este asunto.

[Escucha aquí el documental de Sonora Arny]

Prostitución: menores, pobres y sexo por dinero

Para conocer lo que pasó en el pub Arny tenemos que remontarnos a una frase: "Aflojaban la bombilla para poderse meter mano. Un día, otro día... Hasta que ya me tocó los huevos y dije: '¿Qué queréis, vicio? Pues vicio". Esta frase la pronuncia Manuel Ibáñez, el empresario que abrió el bar El Valentino, en el que descubrió que las parejas heterosexuales y homosexuales que acudían allí querían algo más que tomarse una copa. Ibáñez identificó el auge de la prostitución soterrada en Sevilla y decidió abrir otro bar, El 29, en el que no se molestó en disimular: aquello era un punto de encuentro entre hombres que buscaban chicos jóvenes que se prostituyeran. Y estos últimos, en su mayoría, esquivaban la edad legal.

Si El 29 había puesto el listón alto, las expectativas subieron cuando, poco después, el empresario Carlos Saldaña abrió a muy pocos metros el pub Arny, que a partir de entonces se convirtió en la barra libre para la prostitución de menores en la ciudad. Ya no había cuartos oscuros: directamente había habitaciones con camas. Los camareros, aparte de copas, vendían sábanas y toallas. Todo el mundo sabía lo que ocurría ahí: de un lado, hombres de avanzada edad con dinero en el bolsillo; de otro, jóvenes sevillanos, muchos de ellos salidos de barrios marginales, que veían la posibilidad de ganar dinero fácil prostituyéndose.

Todo esto se vino abajo cuando José Antonio Sánchez Barriga, uno de los menores, denunció lo que estaba pasando. Su acción dio lugar a una investigación que acabó con 59 menores de edad como testigos y 49 imputados (a dos de ellos se les retiraron los cargos antes del declarar ante el juez). Tras un juicio interminable y cinco meses de espera, el 18 de marzo de 1996 llegó la sentencia: de los 47 imputados, 32 fueron absueltos. De los 15 condenados, solo dos entraron en la cárcel: el dueño y el encargado del Arny, Carlos Saldaña y José Antonio González Losada, condenados a 33 años y 18 años de prisión respectivamente. El resto sufrieron penas inferiores a los dos años.

Foto: Foto: cedida.

Homofobia: una sociedad con cuentas pendientes

"¿Ustedes cómo reaccionarían si les dijeran que su hijo es homosexual?", preguntaba en aquellos años a los españoles una periodista de TVE. "Lo veo normal..., pero en privado", respondía uno. Esa respuesta, aunque no lo parezca, era la más benévola de todo el reportaje. Porque no nos engañemos: si aún hoy en nuestro país hay voces discordantes con la homosexualidad, la España de aquellos años era directamente homófoba.

Ese es uno de los motivos —no el único, como veremos en el siguiente punto— que explican que el caso Arny llenase horas, horas y horas de programas de televisión durante varios años. El tema principal de este caso era la prostitución infantil, evidentemente, pero tras esa preocupación había un sentimiento soterrado: el de señalar a las personas homosexuales como corrompedores de menores. Solo así se explica que, en determinados foros públicos, se dedicase más tiempo a desgranar y difundir las prácticas sexuales practicadas en el Arny que a preocuparse por los menores, que, no lo olvidemos, eran lo realmente importante.

El debate se turbó hasta tal punto que, uno de los días del juicio, una avioneta sobrevoló el cielo de Sevilla. Portaba un cartel gigante: Homosexualidad = amor. Como se supo después, este mensaje había sido pagado por uno de los denunciados posteriormente absueltos. Más allá de los posibles delitos, estaba claro que a España aún le quedaba mucho por avanzar en tolerancia.

Foto: Imagen: El Confidencial.

Famosos: Jesús Vázquez, Jorge Cadaval, Gurruchaga...

"Si no llega a haber famosos implicados, aquí no hubiera ocurrido nada". La frase, pronunciada por uno de los entrevistados del documental Sonora, duele por lo cierta que es. Y es que el segundo motivo que explica el revuelo mediático del caso Arny es la presencia de ciertas personalidades muy conocidas en España: el presentador Jesús Vázquez, el moranco Jorge Cadaval, el showman Javier Gurruchaga, Ramón de Carranza y Villalonga (marqués de Sotohermoso), Antonio Tejado (hermano de María del Monte), etc.

¿Y qué fue de ellos? Salvo el marqués de Sotohermoso, todos fueron absueltos. La sentencia, de hecho, puso especial hincapié en asegurar que los motivos para acusarlos eran realmente inexistentes. Mención especial merece el caso de otro de los falsamente acusados: el juez de menores Manuel Rico Lara. Pese a haber sido señalado por el testigo número 1, este finalmente dijo habérselo inventado tras las supuestas presiones ejercidas por el inspector de la Policía Nacional que llevaba el caso.

Como hemos podido ver, el caso Arny tuvo de todo: una trama de prostitución de menores, una lucha soterrada contra la homosexualidad, intereses para arruinar a según qué personalidades muy conocidas y, envolviéndolo, un gran show público con miles de cámaras sin parar de grabar. Ahora, 25 años después, las aguas se han calmado, pero siempre recordaremos el primer macrojuicio de la historia reciente de nuestro país.

Una orgía de 60.000 pesetas, 49 imputados, 59 testigos, 15 condenados y, sobre todo, horas y horas de televisión. Estas son algunas de las grandes cifras que rodean al caso Arny, uno de los mayores escándalos sociales y mediáticos de nuestra historia reciente. Y eso que el famoso local, en torno al que se juzgó una trama de prostitución infantil, apenas estuvo diez meses abierto, pero se convirtió en un triste estandarte de nuestro país durante aquellos años.

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