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Quiosqueros y repartidores, "a palos" por la huelga que ha vaciado Madrid de periódicos
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TRES DETENIDOS POR COAcCIONES

Quiosqueros y repartidores, "a palos" por la huelga que ha vaciado Madrid de periódicos

Desde la madrugada del viernes, los quioscos no pueden vender ejemplares de las principales cabeceras por la huelga de los repartidores, a los que acusan de intimidarles

Foto: Los trabajadores de la distribuidora de prensa Boyacá, en una asamblea este fin de semana. (CNT)
Los trabajadores de la distribuidora de prensa Boyacá, en una asamblea este fin de semana. (CNT)

Este fin de semana, si algún lector se acercó a comprar 'El País', 'El Mundo' o 'ABC' hasta su quiosco de confianza, seguramente se volvió con las manos vacías. Aunque nadie ha parecido notarlo, los estantes desiertos de periódicos han sido la escena más repetida en la capital debido a la huelga de los repartidores de prensa escrita, ante la frustración de los quiosqueros.

El pasado viernes de madrugada, los 240 trabajadores de la empresa de distribución de prensa nacional, Dima, del grupo Boyacá —que concentra todas las grandes cabeceras—, iniciaron una huelga por la falta de acuerdo para la renovación de sus contratos, que finalizan el 31 de agosto. Según denuncian desde el sindicato CNT, la empresa ha impuesto el despido del 50% en la plantilla (unas 130 personas) y una reducción del 50% del sueldo para los que se queden. “Somos conscientes de que hay que hacer ajustes por cómo está el sector, pero no del 50% de plantilla y sueldo”, se queja Julián Moreno, repartidor y miembro del comité.

Los repartidores protestan por el recorte del 50% de plantilla y sueldo que quiere imponer la empresa en septiembre

La madrugada del jueves al viernes, después de esperar en vano a que algún responsable se reuniese con ellos, descargaron toda la mercancía y fueron desalojados por antidisturbios de la planta de reparto en Torrejón de Ardoz debido a los enfrentamientos. A la mañana siguiente se les impidió el acceso al centro, por lo que los 'ruteros' decidieron repartirse por la capital para hacer piquetes informativos entre los quiosqueros.

“Algo teníamos que hacer. Muchos somos gente mayor y nadie nos va a contratar ya, ni tenemos muchos edad suficiente para jubilarnos. No tendremos derecho a paro… nada. Así que no tenemos nada que perder”, añade Moreno, que confirma que la huelga será indefinida hasta que haya un acuerdo con la patronal. Todos los ruteros son falsos autónomos: fichan y reciben rutas e instrucciones precisas de su trabajo, pero deben pagar de su bolsillo gasolina, seguros, furgón de reparto, cotización y todos los gastos derivados de la actividad. A cambio, reconocen que ganan 4.300 euros al mes, “de los cuales nos queda menos de la mitad” por 15 días de trabajo al mes y cuatro horas de servicio diarias.

Entre 15 y 20 incidentes el fin de semana

Pero en este enfrentamiento entre trabajadores y patronal hay un tercer afectado colateral: los quiosqueros, que llevan cuatro días sin poder vender noticias y, denuncian, recibiendo “la intimidación y los palos” de los ruteros. “Ahora mismo [por la tarde del lunes] estamos reunidos para ver qué hacemos, estamos recibiendo muchas presiones y algunos han sido agredidos por repartidores”, explica un vocal de la Asociación de Vendedores Profesionales de Prensa de Madrid que prefiere no ser identificado por miedo a represalias. “Estamos sufriendo piquetes de gente que nos han servido prensa todos los días, que nos conocemos de toda la vida, y ahora te miran mal. Yo no estoy jugando con el pan de sus hijos, son ellos [por Boyacá]”.

A algunos les han cogido la devolución de pedidos y se la han tirado por el suelo. Como diciendo: aquí estamos

Calculan que en estos cuatro días se han producido entre 15 y 20 incidentes con quiosqueros, entre agresiones verbales, físicas y hacia el material. “A algunos les han cogido la devolución de pedidos del buzón y se la han tirado por el suelo. No llevársela, tirarla, como diciendo: aquí estamos”. La policía también ha contabilizado 20 denuncias de dueños de quioscos desde la noche del sábado.

Esa misma noche se produjo la detención de tres repartidores que acorralaron a una furgoneta en la calle O'Donnell, le impidieron seguir circulando y le robaron los periódicos. Fueron detenidos cuando se disponían a repetir la acción con otro vehículo y este lunes han sido puestos en libertad.

Además de toda la prensa generalista con formato en papel, las revistas también están empezando a notar la falta de reparto, y la revista semanal 'Pronto', una de las más vendidas del papel cuché, no llegó tampoco a los puntos de venta este lunes, el día en que se publica. Si se alarga la situación, alertan los quiosqueros, puede poner en peligro la estabilidad de los 5.470 puntos de venta de toda la comunidad: “Sé lo que cobran, pero no me meto. Lo que sí te digo es que nosotros pagamos impuestos como todos, y nos vemos abocados a cerrar si esto sigue así… Nadie nos ayuda. Es un conflicto entre repartidores y Boyacá, pero nosotros estamos en medio”. Varios quioscos han optado por echar el cierre ante la escasez de ejemplares y han colgado carteles explicando la situación en sus puertas.

Los ruteros aseguran haber propuesto a los quiosqueros unirse a las protestas “porque son los siguientes”, pero que han declinado la oferta. “Vale, no les fastidiamos, pero que nos digan la manera de hacer huelga sin que nos fastidiemos nosotros tampoco. Es la pescadilla que se muerde la cola. Y ellos lo tienen muy fácil, si cierran dos días a Boyacá no le queda otra que sentarse a negociar". Los quiosqueros, por su parte, les responden que no han recibido ninguna propuesta oficial de unirse a movilizaciones conjuntas.

Según informan desde el comité de trabajadores, Boyacá ha contratado repartidores externos para cubrir las rutas, algo que sería anticonstitucional si los trabajadores fueran empleados de plantilla y no autónomos. También afirman, y recogen en sus redes sociales, que cargos de la empresa están repartiendo personalmente “en coches particulares y de alta gama” para “romper la protesta”. Durante este fin de semana, algunas furgonetas han intentado llevar a término el reparto escoltadas por la policía, a pesar de que el seguimiento de la huelga es del 100%.

Este diario no ha podido recoger la versión de Boyacá en la tarde del lunes, pero en un comunicado difundido por la empresa, esta acusa a los repartidores de pretender negociar con “amenazas, coacciones y métodos violentos para mantener sus privilegios y prebendas”. Según su versión, en la madrugada del jueves al viernes se produjeron incidentes violentos y destrozos de la mercancía a repartir.

Explican también que las condiciones de los nuevos contratos son “privilegiadas y fuera del mercado”, con "acumulación de prebendas y derechos que, a la fecha, no son acordes al manifiesto declive del sector de la prensa y revistas en papel, que lleva más de 10 años con caídas de ventas continuadas". Los contratos vigentes datan de 2011, con una renegociación en 2014 y 2016 al declararse Boyacá en preconcurso de acreedores, que se resolvió con una bajada del 20% del sueldo. Los repartidores aseguran que llevan un año intentando sentarse a negociar con la empresa, sin que haya habido ningún acercamiento por su parte.

A última hora de este lunes, la Asociación de Medios de Información ha condenado las protestas de los repartidores y “la violencia ejercida por los repartidores de prensa para impedir la distribución a los puntos de venta, y lamenta el grave perjuicio que genera tanto al sector como a la sociedad civil” por las consecuencias en la libertad de información.

Sin precedentes desde 1991

Madrid no se había visto huérfana de prensa escrita desde hacía casi tres décadas. Concretamente desde 1991, cuando precisamente los repartidores de prensa escrita fueron excluidos del Estatuto de los Trabajadores y tuvieron que constituirse como empleados autónomos. Desde entonces, su única manera de hacer presión para mejorar o mantener sus condiciones ha sido negociar directamente con la patronal, como en esta ocasión. En aquel entonces, la huelga duró solo un día y medio, pero en esta ocasión el ayuno de noticias en papel suma ya cinco días.

Por aquel entonces, eran los grupos de comunicación los que contaban con una empresa propia encargada de hacer llegar los periódicos cada madrugada a los puntos de venta, pero en 2008 se constituyó la distribuidora conjunta Dima. Esta empresa estaba formada en un 33,66% por Prisa, un 28,71% por Unidad Editorial, un 20% por Planeta, el 16,13% por Vocento y, por último, un 1,5% por Grupo Godó y Summa Servicios. Sin embargo, en 2013, el grupo Boyacá adquirió la totalidad de Dima y monopolizó el sector de la distribución.

La prensa escrita es un sector en declive desde la irrupción de internet y los portales digitales. En la última década, el gasto de los españoles en prensa escrita ha caído un 70%: de los 45 a los 13 euros al año por persona. De manera paralela, los puntos de venta se han reducido en casi 4.000 establecimientos. Mientras, el sector de los quioscos sigue buscando maneras de reinventarse para no ser, como los ruteros, víctima de un producto en vías de extinción.

Este fin de semana, si algún lector se acercó a comprar 'El País', 'El Mundo' o 'ABC' hasta su quiosco de confianza, seguramente se volvió con las manos vacías. Aunque nadie ha parecido notarlo, los estantes desiertos de periódicos han sido la escena más repetida en la capital debido a la huelga de los repartidores de prensa escrita, ante la frustración de los quiosqueros.

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