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El fin de la 'era Pedro J.' abre el baile de fusiones en los medios de centro-derecha
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El fin de la 'era Pedro J.' abre el baile de fusiones en los medios de centro-derecha

La salida de Pedro J. Ramírez del diario 'El Mundo' abre, queriendo o sin querer, el baile de fusiones en la prensa y los medios de centro-derecha.

Foto: Fotografía de archivo del todavía director de 'El Mundo', Pedro J. Ramíerez. (Reuters)
Fotografía de archivo del todavía director de 'El Mundo', Pedro J. Ramíerez. (Reuters)

“Todo el mundo sabía que, para empezar a hablar, Pedro J. tenía que estar fuera. Su figura estaba descontada para cualquier intento de fusión entre cabeceras. Dicho esto, su salida allana el camino. No sería extraño que él mismo, consciente del callejón sin salida de las pérdidas, lo estuviera provocando”, asegura un alto ejecutivo rival de Unidad Editorial. Y es que la marcha del director de El Mundo, aprobada ayer en consejo y anunciada a la redacción, reabre queriendo o sin querer el baile de fusiones en la prensa y los medios de centro-derecha. Eso sí, siempre que el diario, para el que la matriz italiana de RCS Mediagroup lleva tiempo buscando soluciones, no termineen otras manos.

En este caso, los tiempos cuentan. No en vano, la decisión sobre el futuro de Ramírez se toma a finales de enero, apenas semanas después de los últimos escarceos entre los dueños de Unidad Editorial y Planeta, zanjados en vísperas navideñas. “Es complicado, muy complicado. Al final todos quieren mandar y eso no es posible”, aseguraba entonces una fuente próxima auna operación que no llegó ni a tomar vuelo. La intención de posibles ventas, integraciones o similares por parte de RCS quedaba clara durante todo el año 2012, cuando promovió a través de Mediobanca una fusión con Vocento que encalló en el voluble consejo de la editora de ABC.

“Se pueden buscar culpables políticos, pero los números de Unidad Editorial son desastrosos. Y Pedro J. Ramírez no es un mártir. Recoletos es su particular Sogecable”, asegura un importante editor, en alusión a la OPA lanzada por Prisa para adquirirel 100% de esa sociedad y que supuso su tumba financiera. En efecto, RCS ha asumido pérdidas millonarias en los últimos años, fruto del impacto contable en su filial española de la compra de Expansión y Marca por 1.100 millones de euros, allá por el año 2007. Al punto de tener que llevar a cabo una ampliación de capital de 600 millones de euros para recapitalizar la sociedad y garantizar su supervivencia. Más de 125 de esos millones llegaban a Unidad Editorial al cierre del año pasado para sanear su balance.

Pedro J. Ramírez y Casimiro García Abadillo. (EFE)El presidente ejecutivo de la firma, Antonio Fernández-Galiano, se refería a las posibles fusiones en el sector hace no demasiado tiempo, en diciembre de 2013, en una entrevista con El Confidencial. Y dejaba claro que no cabían todos: “Evidentemente, no hay espacio.A nadie que tenga dos dedos de frente se le ocurre pensar que es igual un mercado publicitario de 2.000 millones que uno de 600. A esto se une lo fragmentado de la oferta en España y la crisis del consumo, que también está impactando en las difusiones. Así, las ventas promedio por cabecera son ridículas. Eso hace que el sector en su conjunto esté en números rojos y nunca vaya a salir de ellos mientras no se produzca una reordenación.La consolidación se puede producir de una manera ordenada o sangrienta”.

¿Un fondo español?

No obstante, también aseguraba que no había en ese momento movimientos en marcha. En este contexto y dada la precariedad económica de los medios, una de las muchas especulaciones surgidas en los últimos días vinculaba el cese de Ramírez con la constitución de un fondo por parte de grandes empresas españolas –incluidos bancos– para tomar el control del periódico y financiar su eventual adquisición por un grupo nacional. La cifra que se maneja ronda los 200 millones de euros. Y es que más allá de las conspiraciones de salón, la percepción de muchos primeros ejecutivos de empresas del Ibex es que no existen en España grupos de medios potentes capaces de alinearse con intereses de Estado. “Hasta en Prisa hay fondos americanos”, recordaba uno de ellos recientemente. Y ahí el conglomerado multimedia de Planeta está en la pole position.

Antonio Fernández-Galiano, presidente ejecutivo de Unidad Editorial (E. Villarino)Precisamente se refirió ayer Ramírez en su despedida a futuras fusiones, previniendo de aquellas contrarias a los principios de El Mundo. Poco margen de maniobra le queda, no obstante, desde su nueva “relación de colaboración” con Unidad Editorial. De hecho, su marcha cambia buena parte de la relación de fuerzas en el sector. “Es el último director omnipotente y omnipresente –se explica desde otro grupo–. Su no presencia tendrá efectos. Por ejemplo, la publicidad institucional se ha desplomado aún más desde el caso Bárcenas. Para todos. Y su peso ha complicado sin duda los procesos de restructuración en la casa, que ahora podrían coger otro paso. Es la única manera de que los italianos puedan vender, que hasta ahora no lo han conseguido, o minimizar sus pérdidas en España”.

En el comunicado remitido ayer para anunciar el cambio en la dirección de El Mundo, la compañía no evitaba una mención a la situación de sus balances. “Unidad Editorial está convencida de que en esta nueva fase que ahora se inicia se pondrán las bases que permitan restablecer el equilibrio económico y financiero de la cabecera”, exponía el grupo, sin especificar cuáles eran los obstáculos que impedían hacerlo antes o las nuevas fórmulas para conseguirlo. Está por ver a día de hoy si el término de la era Pedro J. es un fin o sólo un medio de cara a una operación más amplia cuando los brotes verdes parecen volver a la economía española. Ramírez vivirá la primera parte del proceso desde un nuevo despacho en la segunda planta de la avenida de San Luis. Por mucha clásula de no competencia que haya por medio, nadie en el sector cree que por mucho tiempo. Ayer se fue citando a Montanelli.

“Todo el mundo sabía que, para empezar a hablar, Pedro J. tenía que estar fuera. Su figura estaba descontada para cualquier intento de fusión entre cabeceras. Dicho esto, su salida allana el camino. No sería extraño que él mismo, consciente del callejón sin salida de las pérdidas, lo estuviera provocando”, asegura un alto ejecutivo rival de Unidad Editorial. Y es que la marcha del director de El Mundo, aprobada ayer en consejo y anunciada a la redacción, reabre queriendo o sin querer el baile de fusiones en la prensa y los medios de centro-derecha. Eso sí, siempre que el diario, para el que la matriz italiana de RCS Mediagroup lleva tiempo buscando soluciones, no termineen otras manos.

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