Te contamos en 150 segundos quién se hará de oro con tu gran secreto: los datos de salud

"Los datos son el nuevo petróleo": de un tiempo a esta parte, esta afirmación se ha convertido, cada vez más, en una realidad. Nuestra privacidad ha pasado a ser uno de los pozos de información de los que se nutren las grandes compañías. Del uso habitual de nuestros dispositivos o 'gadgets', cualquier empresa puede extraer una información valiosísima para poder acceder a nuestros gustos personales y acercarnos a ofertas ultrapersonalizadas: qué y dónde compramos, qué páginas visitamos, qué información leemos... El perfil más exacto posible de cómo somos, creado por nosotros mismos. Pero hay un secreto mayor: nuestra salud.

Posiblemente, los datos relativos a nuestros historiales médicos sean el elemento más privado con que contamos. Solo nosotros y nuestro entorno más cercano conocemos qué enfermedades tenemos, en qué punto se encuentran y cómo nos afectan en nuestro día a día. Por ello, pongámonos en un escenario catastrofista: ¿qué pasaría si cualquier persona supiera esta información? ¿Y si una empresa nos contrata o nos echa por saber en qué punto está una determinada dolencia? ¿Una aseguradora nos puede subir el precio de nuestra cobertura sanitaria porque conoce nuestro estado físico? Pues esto puede pasar... por nuestra culpa.

Muchas veces, sin ser conscientes, estamos regalando nuestros datos de salud a determinadas empresas. Todos, en nuestros móviles o pulseras inteligentes, llevamos nuestros datos de pasos caminados, rutas realizadas en bicicleta, tiempo corriendo e incluso pulsaciones mientras hacemos ejercicio, amén de nuestro peso, estatura o masa corporal. Pero ¿a quién y por qué le interesan estos datos? El Confidencial, en El Zoom del Influyente, trata de explicarte qué son estos datos, qué se hace con ellos y cuál es el peligro que corremos al ponerlos al alcance de cualquiera, en un contenido exclusivo para suscriptores.