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Gabo, Serena Williams y las memorias secretas de Felipe González
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Gabo, Serena Williams y las memorias secretas de Felipe González

El expresidente del Gobierno confiesa a Nacho Cardero y Carlos Sánchez que, por primera vez en su vida, está empezando a plantearse la opción de escribir sobre su vida

Foto: Lo que no vio en la entrevista a Felipe González. (Pablo López Learte)
Lo que no vio en la entrevista a Felipe González. (Pablo López Learte)
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Los escritores, sostenía García Márquez, publican sus memorias cuando no se acuerdan de nada. Y de forma irónica lo achacaba a la aparición de los ordenadores. Antes, cuando se escribía a mano o a máquina, publicaban un libro cada siete u ocho años, pero desde la aparición de las computadoras los editores les exigen un texto cada tres o cuatro años y así es imposible escribir unas memorias, se reía el autor de 'Cuando era feliz e indocumentado', un librito en el que narra su experiencia personal en algunos acontecimientos históricos. Una especie de antecedente de sus memorias.

No es el caso de Felipe González, que hasta hoy nunca ha querido escribir las suyas. Hasta hoy, porque en la entrevista publicada por El Confidencial este jueves el expresidente desvela uno de los secretos editoriales mejor guardados en los últimos años. González no está pensando en publicar unas memorias al uso, lo que exigiría cierto orden cronológico y un relato coherente, aunque fuera en los términos desordenados que le gustaban tanto a Cortázar, sino un texto que refleje los diez acontecimientos que marcaron sus años de gobierno, casi catorce años.

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Como el lector puede imaginar, desde que González salió de la Moncloa hace ahora 25 años han sido innumerables las ocasiones en las que un editor le ha puesto sobre la mesa un cheque casi en blanco para escribir sus memorias, como, por cierto, ha hecho su antiguo alter ego, Alfonso Guerra. Pero siempre ha dicho nones. El propio García Márquez le insistió en que debía escribirlas o, por lo menos, haber grabado esas largas conversaciones que mantenía con el escritor colombiano y que hoy podrían ser algo más que atractivas.

El propio González lo cuenta en la entrevista en un pasaje inédito de la conversación con El Confidencial, y que ahora ve la luz.

"Por primera vez en mi vida –afirma el expresidente– me lo he planteado". Y matiza: "No unas memorias, sino que quiero saber si soy capaz de ordenar algunas de esas reflexiones que muchas veces me reclamaba el Gabo cuando estábamos con él". Y lo explica: "Estábamos 20 o 25 horas charlando en conversaciones de fin de semana y aquellas largas veladas [uno piensa que puede ser por influencia castrista] solo se interrumpían cuando jugaba Serena Williams".

La tenista americana debía de ser un mito para García Márquez y, cuando jugaba, como recuerda González, "Gabo paraba la conversación y se iba a verla". Prosigue: "Cuando terminábamos o estábamos a punto de hacerlo, el Gabo decía: 'Otra vez se nos ha pasado grabarlo'. Siempre hacía esa broma. Y lo hacía porque a él le gustaba mucho algo que a mí también siempre me ha llamado la atención. Todo relato, para ser creíble y que pase la barrera de la comunicación, se tiene que basar en las anécdotas, que son las que luego te llevan a la categoría".

Su explicación es bien sencilla. "Si pretendes explicar la categoría sin conocer las anécdotas, metes a la gente en una abstracción que ni le interesa ni entiende. Algo que no sucede cuando cuentas las anécdotas".

El expresidente pone un ejemplo. "Estábamos los dos juntos el día en que Bush Jr. decidió desencadenar la Guerra de Irak. Estábamos viendo el ataque por la televisión. Y Gabo decía: 'Ahora cuando lleguen a Bagdad'… Y yo le comentaba, 'Gabo, olvídate: la derrota de Sadam Hussein está garantizada, entre otras cosas porque su guardia nacional sabe que ha estado pactando cómo se va a Moscú y no se va a resistir'".

"Todo relato, para ser creíble y que pase la barrera de la comunicación, se tiene que basar en las anécdotas, que luego te llevan a la categoría"

Estas conversaciones son las que nunca se grabaron, ni tampoco su reflexión final en aquella charla: "El problema", le decía González, "es que en 15 días van a declarar ganada la guerra y los años posteriores van a estar en un pantano de arenas movedizas donde avanzar o retroceder va a ser un infierno. Ganar formalmente la guerra no lleva a la paz, sino al lío que estamos viviendo no solo allí, también en Libia, por citar otro ejemplo. A Gabo –concluye González– le llamaba mucho la atención lo que decía, y me preguntaba: '¿Por qué no lo cuentas?'. Pues por primera vez tengo esa tentación, aunque me resisto". Y no es que no haya tenido ofertas. Al contrario. Según su propia terminología, ha tenido incluso "incitaciones".

Otro ejemplo, dice González, poniendo en marcha la moviola. "Me acuerdo todavía del viejo Bush una de las veces en que hablábamos poco antes de que muriera. Me decía: '¿Felipe, no vas a escribir tus memorias?'. Y yo le decía: 'No he pensado hacerlo'. '¿Pero, cómo no?', me respondía. Y yo le contestaba: 'Solo de pensar en encerrarme en los archivos me angustia mucho, porque mi cabeza no está en los archivos, estoy 'palante'".

Y ese 'palante' es lo que le ha debido de mover ahora al expresidente del Gobierno. No habrá un relato cronológicamente ordenado, sino que sus memorias políticas serán sustituidas por "diez acontecimientos que marcaron mi presidencia". Aviso a navegantes. El propio González ha dicho en alguna ocasión que lo que inquieta a sus adversarios políticos no es que escriba unas memorias, que siempre están matizadas por las nieves del tiempo, que decía el cantor, sino que no pierda su memoria. Y hoy por hoy, desde luego, es prodigiosa.

Los escritores, sostenía García Márquez, publican sus memorias cuando no se acuerdan de nada. Y de forma irónica lo achacaba a la aparición de los ordenadores. Antes, cuando se escribía a mano o a máquina, publicaban un libro cada siete u ocho años, pero desde la aparición de las computadoras los editores les exigen un texto cada tres o cuatro años y así es imposible escribir unas memorias, se reía el autor de 'Cuando era feliz e indocumentado', un librito en el que narra su experiencia personal en algunos acontecimientos históricos. Una especie de antecedente de sus memorias.

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