Extraditado desde Dubái el líder del cártel del Sur, huido tras el mayor golpe al narco de la historia

Las autoridades de los Emiratos Árabes han detenido en Dubái al cabecilla del cártel del Sur, la organización que controlaba el tráfico de drogas a través del puerto de Algeciras y cuya desarticulación —junto a la del cártel de Tánger— se considera el mayor golpe al narcotráfico de la historia del país. Su detención se produjo a principios del mes de octubre y durante todo este tiempo las autoridades españolas han estado trabajando en su extradición. La llegada a España se certificó la pasada semana, según ha podido saber El Confidencial de fuentes cercanas al caso, que han imputado a este narco la introducción de más de 150 toneladas de hachís y cocaína en España.

Este individuo, del que no han trascendido muchos datos porque evitaba la exposición y operaba en un segundo plano, escapó al cerco policial cuando tuvo conocimiento de las primeras detenciones que dañaban seriamente su entramado y comenzó a intuir que la Policía Nacional y la Guardia Civil podían llegar hasta su presencia.

Con una infinidad de recursos económicos y materiales a su disposición, así como una amplia agenda de contactos que le podían facilitar una salida, la hipótesis principal es que el cabecilla de esta vasta organización criminal saltó inicialmente a Casablanca, pero cuando se percató de que la policía marroquí estaba colaborando en una investigación que también tenía ramificaciones en el puerto de Tánger, escapó hasta los Emiratos Árabes. En este Estado del golfo Pérsico se escondió hasta que fue ubicado por los investigadores españoles. Y en respuesta a una orden internacional de detención (OID), se produjo su extradición la semana pasada, señalaron las fuentes consultadas, que esperan poder seguir tirando del hilo de este entramado con la nueva información que se pueda obtener.

La investigación que posibilitó el mayor golpe al narcotráfico de España se inició en febrero de 2021, cuando dos actuaciones independientes de los citados cuerpos culminaron con la incautación de 13 toneladas de hachís que el grupo criminal trataba de hacer pasar moldeando la droga con la apariencia de tomates y otras frutas.

Tras una reunión de coordinación entre la Policía Nacional y la Guardia Civil, se acordó trabajar de manera conjunta bajo la denominación de operación Imperium-Corsini, que concluyó inicialmente con la detención de 61 personas —ahora, 62— y la incautación de más de 80 toneladas de hachís y casi 9.000 kilogramos de cocaína. Unas cifras que son aún más mareantes al sumar otros 67.200 kilos de la primera sustancia y 6,2 toneladas de la segunda cuya introducción en el país se ha documentado.

Manzanas podridas

Aunque el calado de esta intervención va más allá de las aprehensiones. Su principal valor fue el desmantelamiento de un entramado de corrupción policial que operaba a través del puerto de Algeciras y que, como adelantó este periódico, salpicaba a miembros de distintos cuerpos de seguridad a ambos lados del Estrecho.

Como confirmaron los responsables del caso, los líderes de la organización asentada en el Campo de Gibraltar se autodenominaban el cártel del Sur, mientras que sus socios marroquíes lo hacían bajo el nombre de cártel de Tánger.

La investigación se saldó con al menos seis funcionarios implicados en la trama

Las pesquisas determinaron que el grupo criminal español fue responsable de la introducción de 16 toneladas de cocaína que llegaron en contenedores marítimos desde Sudamérica, destacando la aprehensión de 9.000 kilos de esta droga en abril de 2018.

El hecho de integrar objetivos aduaneros y policiales, que operaban en los puertos de Tánger (Marruecos) y Algeciras, permitió a la organización introducir enormes cantidades de hachís en vehículos. En el caso de la introducción de cocaína, llegaba a España procedente de Colombia y de Costa Rica, países donde los líderes de esta organización mantenían contactos directos con los proveedores. En otras ocasiones, sin embargo, ocultaban la droga simulando ser tomates, sandías o melones, haciendo que los dos primeros palets que se encontraban al abrir la puerta trasera del remolque fueran realmente de la misma fruta que decían transportar. De hecho, la primera línea de investigación comenzó gracias a la localización de una nave ubicada en Alhaurín de la Torre (Málaga) en la que fueron incautadas 15 toneladas de tomates, 13 de las cuales eran hachís con forma de este fruto.

Al menos cuatro guardias civiles fueron arrestados, a los que se unió un quinto que es investigado, no detenido. También fueron capturados un policía nacional destinado en Ceuta que se investiga por revelación de secreto, un auxiliar administrativo de Aduanas, así como un ex policía local de fuera de la región que se había asentado en tierras andaluzas.

La organización había diseñado un plan operativo que permitía introducir camiones cargados con más de 20 toneladas de hachís con cierta frecuencia. Una vez que pasaban los supuestos controles del recinto portuario algecireño, los vehículos de transporte llegaban a distintos puntos de la provincia de Málaga, donde se descargaban y se iniciaba el proceso de distribución. En ocasiones, la droga, con su forma simulada, se metía en sacos y se transportaba a su destino y, en otras, se molía para rellenar dobles fondos para transportarla de forma más discreta.

En esta operación, además, se han inutilizado dos fábricas donde se molía la droga y en las que se halló la maquinaria necesaria para este cometido, así como las piezas de madera dotadas de dobles fondos para ser rellenadas de droga.

Según señalaron ambos cuerpos, los agentes en nómina facilitaban la salida de los camiones con droga salvando los preceptivos controles, mientras que otros colaboraban facilitando información policial sensible a los jefes de la organización, lo que les permitió salir impunes de muchas investigaciones.

Un AK47 de oro y brillantes

El Proyecto de Análisis de la Corrupción de Europol apoyó esta operación facilitando información valiosa y soporte analítico. Asimismo, durante los registros y detenciones, desplazó a un especialista y dos analistas provistos de sendas oficinas móviles para efectuar consultas en tiempo real, así como para la extracción de datos de los dispositivos electrónicos incautados.

Además de las —ahora— 62 detenciones practicadas, se tramitaron hasta siete órdenes internacionales de detención (OID) relacionadas con la investigación; entre ellas, la del cabecilla del cártel del Sur detenido en Dubái.

En los 34 registros domiciliarios practicados en distintas partes del país —Málaga, Cádiz, Granada, Ceuta, Palma de Mallorca, Barcelona...— se incautaron cinco armas de fuego, entre las que se encontraba un AK47 hecho de oro y brillantes, así como nueve camiones, siete remolques frigoríficos, 27 turismos, 18 relojes de lujo, un diamante, 10 piedras preciosas y numerosas obras de arte —pendientes de autentificar, algunas de ellas firmadas por Erik el Belga—. También se bloquearon y embargaron 26 propiedades inmobiliarias valoradas en más de tres millones de euros y 17 vehículos a motor valorados en más de 400.000 euros. Las cifras económicas del quebranto sufrido por esta organización gracias a esta operación superan los 1.000 millones de euros.

Los agentes descubrieron en torno a 1,1 millones que estaban en posesión de alguno de los 61 detenidos que han ido cayendo a lo largo de las siete fases de la operación. Un total de 31 de estas personas han sido arrestadas en suelo español, mientras que el resto fueron interceptadas, principalmente, en Francia y Marruecos.

De igual manera, en el desarrollo de esta operación policial se aprehendieron más de 26 toneladas de tomates y melones frescos que fueron donados al Banco de Alimentos.

Esta operación fue llevada a cabo por agentes pertenecientes a la Policía Nacional de Udyco Fuengirola y Málaga y agentes de las Unidades de la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga y de OCON-SUR. La investigación fue desarrollada en España por el Juzgado de Instrucción número 8 de Málaga y por la Fiscalía Delegada Antidroga de esta provincia.