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El agujero del oasis árabe: cómo Dubái se convirtió en el escondite de los vendehúmos
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"La ciudad más importante del siglo XXI"

El agujero del oasis árabe: cómo Dubái se convirtió en el escondite de los vendehúmos

El emirato se ha convertido en uno de los principales centros comerciales del planeta, pero esta fama de ciudad abierta y nacida para el negocio ha hecho que entre sus rascacielos también se escondan empresarios oscuros

Foto: Foto: EFE.
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Es 28 de septiembre de 2020 y Santiago Fuentes, CEO de Arbistar 2.0, sale en la televisión canaria a defenderse. Lo hace después de haber sido acusado de montar "la mayor estafa piramidal de España" con un supuesto sistema de inversión automática de criptomonedas. Él lo niega todo y, al ser preguntado por las sospechas que hablaban de que se había llevado el dinero de los inversores, no se amilana: "Si hubiéramos hecho eso, ya estaríamos en Dubái". De poco serviría su explicación, pues solo un mes después acabaría investigado en la Audiencia Nacional. Pero sus palabras se convirtieron en premonitorias. El emirato se ha convertido en el escondite perfecto para vendehúmos y supuestos estafadores de internet.

Lo que en el caso de Fuentes se quedó en una amenaza, para otros muchos fue más allá. Sin salir de nuestro país ya encontramos varios ejemplos. Como el de dos de los responsables de otra de las supuestas macroestafas con criptomonedas investigadas por la AN, Kuailian. Ellos sí que huyeron al emirato, y lo hicieron poco después de que los juzgados posaran la mirada sobre su negocio. Ahora, han forzado a las instituciones a emitir una orden de busca y captura, pues se niegan a volver para declarar. También está el ejemplo de la tildada como "secta", IM Academy, que, pese a estar perseguida en España, estuvo a punto de poder montar un nuevo evento en la ciudad árabe este verano. Son tantos los casos a nivel mundial que las autoridades internacionales vigilan con lupa la situación. Pero ¿por qué todo pasa por la capital comercial del Golfo?

Foto: Criptomonedas. (iStock)

Basta con ir al contundente informe publicado en 2020 por el Fondo Carnegie para la Paz Internacional para hacerse una pequeña idea. En su análisis, titulado 'El papel de Dubái en la facilitación de la corrupción y los flujos financieros ilícitos a nivel mundial' hacen un resumen. "Dubái es un centro financiero mundial, un paraíso para las compras y un oasis para los ricos del mundo. Si bien la gran mayoría de las empresas financieras, comerciales y las transacciones inmobiliarias no están asociadas con actividades ilegales, parte de lo que sustenta la prosperidad del emirato es un flujo constante de actividades ilícitas producto de la corrupción y el crimen". Un análisis que dibuja los entresijos de una ciudad que, apuntan los expertos, vive del dinero que llega sin demasiadas preguntas y enganchado al lujo.

La señalada por 'Forbes' como "ciudad más importante del siglo XXI" y por otros como la "nueva Florencia" o el "nuevo Wall Street", es un hervidero de gente en medio del desierto con paisajes de ciencia ficción. En estos momentos una foto allí es una señal de postín y nadie se la quiere perder, ni siquiera los empresarios más oscuros del planeta. Así, es posible ver que pasean por las mismas calles el empresario cripto más rico y algunos de los perseguidos por haber cometido las estafas más llamativas de los últimos años, o por ser capos de distintas mafias europeas.

Christopher Davidson, experto en delitos de Oriente Medio, pasó seis años en la ciudad de los Emiratos Árabes Unidos y sigue esta línea argumental en su conversación con El Confidencial. "Dubái se ha posicionado durante mucho tiempo como un centro comercial 'laissez-faire', donde el dinero y los negocios pueden llegar de todo el mundo, generalmente con la menor cantidad de preguntas posibles. En este contexto, gente como los comerciantes de criptomonedas no regulados, por ejemplo, lo han considerado como una especie de santuario".

Esta política de puertas abiertas ha llevado a la ciudad a una gran progresión, pero también a tener grandes agujeros entre sus rascacielos. El país ha entrado en la lista 'gris' del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) después de que tras el inicio de la guerra de Ucrania muchos millonarios rusos acudieran a EAU. "El emirato en sí no promociona negocios oscuros ni nada así, solo que se ha corrido la voz de que es un entorno muy permisivo", añade.

Un paraíso comercial sin muchas preguntas

El interés por el lugar se ve en cifras. Su población se ha multiplicado por 12 en los últimos 40 años, pasando de algo más de 200.000 personas a más de tres millones, y todo indica a que el número seguirá en aumento. Tras el 'boom' energético en el siglo XX, la capital comercial de los Emiratos Árabes Unidos emergió como uno de los nuevos ricos del panorama mundial. Pero el petróleo no basta para que las finanzas decidan instalarse en un pequeño punto en el desierto. Para conseguirlo, sus gobernantes se posicionaron como punto de comercio seguro y libre, especialmente para extranjeros. El inicio de su gran crecimiento coincide con los años 80, momento en el que decidieron abrir las primeras 'zonas francas', y eso convirtió un pequeño punto en el desierto en el vergel económico que es hoy.

placeholder Imagen del Downtown de Dubái. (Reuters)
Imagen del Downtown de Dubái. (Reuters)

Ahora mismo, solo Dubái tiene 30 zonas francas y el peso de estas áreas en la economía local no para de aumentar. La definición de estos espacios se puede resumir en lugares independientes con reguladores propios que gobiernan con leyes comerciales y laborales propias centradas en atraer negocios de fuera con todo tipo de facilidades y procesos hechos a medida. El modelo fue todo un éxito y lo han emulado otros emiratos de la federación e, incluso, otros países, pero su creadora sigue siendo su gran defensora.

Según el informe del Fondo Cornegie, estos puntos son vitales para la economía dubaití, representando el 41% del comercio total. "Los datos muestran que las zonas de libre comercio generaron un total combinado de 118.000 millones de dólares en valor comercial en 2017. Jebel Ali Free Zone (JAFZA), representa casi el 32% de la inversión extranjera directa total que fluye hacia los Emiratos Árabes Unidos y aproximadamente el 24% de PIB anual de Dubái", señalan. JAFZA es la zona franca original y aún a día de hoy sigue siendo la más poderosa.

El problema, aseguran, es que esta independencia también deja hueco a un menor control. "Para que la economía siga avanzando, estas zonas tienen un régimen regulatorio único que proporciona tanto una ruta expresa hacia la facilitación del comercio e inversión y un entorno fértil para todo tipo de actividades ilegales, incluido el contrabando de oro, el tráfico de armas o la facturación comercial falsa. Las zonas de libre comercio permiten que las compañías tengan el 100% de propiedad extranjera, la repatriación de capitales y utilidades, y no tienen impuestos corporativos, personales o aduaneros. Además, no hay restricciones en la contratación de mano de obra extranjera, toda la documentación se puede hacer en inglés y todas las necesidades regulatorias y de licencias se pueden conseguir dentro de la zona".

Todas estas facilidades son claves para atraer a empresarios extranjeros. Muchas de las grandes compañías multinacionales tienen su sede en la región en una de estas zonas, pero con ellas llegan muchos otros empresarios que encuentran el lugar propicio para esconderse. "La población de Dubái está compuesta en un 90% por expatriados de todo el mundo. Es una ciudad de negocios y comercio, y la actitud en torno a los negocios de cada uno ha sido generalmente de indiferencia", apunta Davidson.

Lujo para vender

Un régimen estable, una legislación que se abre al dinero... Todo esto ayuda a que un empresario de cualquier parte del planeta decida mandar su negocio a un pequeño oasis en medio del desierto, pero hay más. Hay que añadir otro aspecto que señala Chuiso, un analista español que lleva años siguiendo y denunciando a los vendehúmos y otro tipo de posibles estafas que aterrizan en España gracias a internet. "Es un sitio con mucho lujo y espacios espectaculares que mostrar. Por eso muchos de estos empresarios van allí, porque vende y da confianza para atraer a más seguidores". Unas declaraciones que coinciden con lo defendido por Davidson. "Dubái es como una de esas películas de gánsteres británicos que ves en la televisión. Es una cultura de champán, gastos extravagantes, sol todo el año y coches rápidos".

Volviendo a poner el foco nuestro país, son muchos los 'influencers' que han puesto en Dubái su paraje de ensueño. Y no solo los que tienen que ver con finanzas. Los impulsores del polémico evento de Mundo Crypto en el WiZink Center de Madrid usan el emplazamiento de su compañía allí como un reclamo para sus seguidores, y el llegar a vivir a la ciudad lo han convertido en un objetivo vital, y lo mismo intentan otros como Alexis Crypto. Pero también la ha convertido en su hogar Alexandra Pereira, una 'influencer' de moda con más de dos millones de seguidores en Instagram. "Todo el mundo está en Dubái para ganar dinero, y se emiten pocos juicios sobre el tipo de actividades comerciales que se llevan a cabo", apunta el experto inglés, autor del libro 'From Sheikhs to Sultanism: Statecraft and Authority in Saudi Arabia and the UAE'.

No es un fenómeno puramente español. En Francia, una investigación policial señaló a varios 'influencers' del país residentes en el emirato por promocionar productos financieros sin aclarar que eran anuncios, llegando a multar a celebridades como Nabilla Benattia Vergara por ello. Pero quizás el caso más llamativo es el de Raymond Abbas (Hushpupi), un nigeriano con más de dos millones de seguidores en Instagram. Se promocionaba como un multimillonario centrado en el negocio del 'real estate' y en su cuenta no hay una sola publicación que no desprenda lujo y éxito dubaití. Acabó arrestado por la policía local por supuestamente estafar más de 432 millones de dólares a personas de todo el planeta aprovechando su estilo de vida llena de lujo.

Para lugares como Dubái, la opulencia y el lujo desenfrenado se han convertido en un arma de doble filo. Por un lado, se ha convertido en algo clave para atraer a todo tipo de empresarios y multimillonarios. En el caso de sectores como las criptomonedas o el 'trading', por ejemplo, los coches caros o los relojes de marca son reclamos básicos para cualquier tipo de 'influencer' o empresario que quiera mostrar su éxito. Pero esto también enamora a otro tipo de actores y ayuda a ocultar otras realidades más oscuras.

¿Qué esconden los rascacielos?

En el caso de Europa, se ha demostrado que grandes familias de grupos criminales belgas o ingleses se han asentado en el emirato, cambiando la Costa del Sol española por las playas del desierto. El fiscal contra el crimen organizado de Albania tildó hace unos meses a Dubái de "paraíso criminal". "Es un paraíso criminal, no fiscal. Hay muchos huidos de distintos países. También italianos. Llegan con mucho dinero y luego nunca nadie responde cuando pedimos la extradición. Te dicen que está ahí, pero te dan largas… Solo excusas para no hacer nada. Si no responden a los italianos, imagine a nosotros", comentaba en una entrevista dada a 'El País'.

Esa permisividad es la que comenta también Davidson y la que pudo llevar a empresarios como los dueños de Kuailian a huir allí incluso cuando ya se sabían investigados. España tiene acuerdo de extradición con Emiratos Árabes Unidos desde 2010, y es uno de los pocos países europeos que lo ha conseguido. También tiene otros convenios para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal. Pero lo ocurrido con otros países demuestra que, incluso teniendo estas firmas, no es sencillo ejecutar las órdenes.

Hace solo unos días, un juzgado dubaití decidió anular la extradición de un ciudadano británico al que Dinamarca requiere por un presunto fraude más de 1.700 millones de euros. Y lo hizo solo unos meses después de que ambos países firmasen un acuerdo en este sentido. Investigaciones como la realizada por el medio británico 'Sunday Mirror' también han demostrado que muchos criminales británicos campan a sus anchas por la ciudad árabe y que sus gobernantes no hacen nada para evitarlo. Esta permisividad es algo que denuncian hasta las plataformas que luchan contra negocios oscuros como los multinivel. Acusan a EAU de no contar con jurisdicción sobre este tema y, por tanto, convertirse en un paraíso para los criminales.

Un informe de la Unión Europea filtrado a finales de 2021 señalaba directamente al emirato como uno de los sitios favoritos de los criminales europeos y mencionaba distintas estrategias para conseguir acelerar las detenciones. "Sabemos que una gran cantidad de objetivos de alto valor planean y permiten sus actividades delictivas mientras residen en países (por ejemplo, Dubái, Emiratos Árabes Unidos y Turquía) que son particularmente atractivos para los delincuentes expatriados europeos", señala el texto. Dubái, aseguran sus autores, "se ha convertido en un lugar clave para actividades de lavado de dinero asociadas con el tráfico de cocaína en la UE".

Los últimos en sumarse al agujero del Golfo, y que han supuesto la gota que ha colmado el vaso para las autoridades globales, han sido las fortunas rusas. Acudieron al emirato tras el inicio de la guerra en Ucrania como una de las últimas escapatorias que les quedaban. Al menos 30 multimillonarios se han hecho con inmuebles en la ciudad valorados en 314 millones de dólares y no es el único movimiento que ha llamado la atención. Su presencia coincidiendo con el 'boom' cripto en la ciudad ha encendido las alarmas. Se ha acusado al enclave de esconder el lavado de dinero ruso y se mira con lupa al mercado de las criptomonedas por poder estar facilitando estas operaciones.

Ante tantos rumores, y la caída en la lista 'gris' del GAFI, los gobernantes de UAE han empezado a actuar. El último movimiento llegó hace solo unos días con un nuevo acuerdo con Reino Unido para acelerar las extradiciones, pero también ha intensificado sus controles para intentar tapar sus agujeros. Ha establecido un nuevo regulador para el sector de las criptomonedas y ha ampliado las penas a los estafadores. Sin embargo, Davidson es escéptico respecto a estos cambios. "Por lo que puedo ver, se está haciendo poco. Lo digo sobre la base de que pocas o ninguna de las personas que residen en Dubái están sufriendo daños materiales. En cuanto a las instituciones globales, es un caso de falta de jurisdicción", termina.

Es 28 de septiembre de 2020 y Santiago Fuentes, CEO de Arbistar 2.0, sale en la televisión canaria a defenderse. Lo hace después de haber sido acusado de montar "la mayor estafa piramidal de España" con un supuesto sistema de inversión automática de criptomonedas. Él lo niega todo y, al ser preguntado por las sospechas que hablaban de que se había llevado el dinero de los inversores, no se amilana: "Si hubiéramos hecho eso, ya estaríamos en Dubái". De poco serviría su explicación, pues solo un mes después acabaría investigado en la Audiencia Nacional. Pero sus palabras se convirtieron en premonitorias. El emirato se ha convertido en el escondite perfecto para vendehúmos y supuestos estafadores de internet.

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