Cómo quitar las manchas amarillas de la almohada con este truco que usan en los hoteles

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Las almohadas son un elemento del dormitorio que, nos guste o no, también hay que limpiar de vez en cuando. Sostienen nuestras cabezas durante horas cada noche mientras dormimos, y también se llenan de polvo, ácaros, pelos, piel muerta y sudor. Aunque empleemos fundas protectoras de almohada, al final la suciedad y el sudor terminan llegando a la almohada y provoca manchas amarillas.

En la actualidad, tenemos lavadoras lo suficientemente grandes como para poder lavar nuestras almohadas, pero si no empleamos los productos adecuados, las manchas amarillas no van a desaparecer. Con el siguiente método, que emplean algunos hoteles, tendrás unas almohadas esponjosas y blancas, como nuevas, sin usar productos caros. Necesitaremos bicarbonato de sodio, vinagre blanco, agua oxigenada y detergente.

Limpia así tus almohadas

El primer paso es aspirar la almohada para eliminar los ácaros y el polvo. El siguiente paso es meterla en la lavadora junto con una taza de bicarbonato de sodio, que verteremos en el tambor. En el apartado del detergente del cajetín tendremos que poner un cuarto de taza de agua oxigenada y un chorro de detergente.

En el apartado del suavizante agregaremos media taza de vinagre blanco y unas gotas de nuestro aceite esencial favorito, para dar olor. Los que mejor funcionan son los aceites de lavanda o de árbol de té, que aportan un delicioso olor a limpio y, además, higienizan. Para que la almohada no se apelmace y pierda la forma, podemos lavarla con tres pelotas de tenis o de lana.

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Con un ciclo normal de lavado será suficiente para que la almohada quede impecable. Para secarla con mayor rapidez, podemos usar la secadora, pero lo más recomendable es dejarla secar de manera natural al sol durante un día entero. El toque final lo dará un pequeño ciclo en la secadora con un par de pelotas de tenis, para que el relleno de la almohada quede esponjoso.