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¿Un año bisiesto es siempre cada cuatro años? La realidad es que no
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Febrero de 2024 incluirá el día 29

¿Un año bisiesto es siempre cada cuatro años? La realidad es que no

2024 será bisiesto, es decir, febrero tendrá en el calendario el día 29. Un día que aparece solo cada cuatro años, aunque no siempre vale ese cálculo

Foto: ¿Un año bisiesto es siempre cada cuatro años? La realidad es que no.(iStock)
¿Un año bisiesto es siempre cada cuatro años? La realidad es que no.(iStock)

2024 será bisiesto, es decir, febrero tendrá en el calendario el día 29. Un día que aparece solo cada cuatro años, aunque no siempre vale ese cálculo. En el nuevo año las personas conocidas como bisiestas podrán celebrar su cumpleaños. Sin embargo, este reducido grupo no siempre contará con esta celebración en su agenda.

Un año dura de media 365,25 días. Y es que esta cifra no es exacta, aunque para nosotros los días tengan siempre 24 horas o un año se reparta en 12 meses. ¿Qué determina que un año ha finalizado? Pues cuando la Tierra da una vuelta completa al Sol. Aun así, durante la larga historia de este planeta los desajustes horarios han desencadenado que por ejemplo en el año 49 a.C. se extendiera durante 445 días, convirtiéndose en el año más largo de la historia.

¿Por qué se añade un día a febrero?

El sistema de calendarios ya estaba presente desde los babilonios y el Antiguo Egipto. Pero fue con Julio César cuando se implantó por primera vez la norma de añadir un día a febrero cada cuatro años. Bisiesto viene latín 'bis sextus dies ante calendas martii' (sexto día antes del mes de marzo), que durante el Imperio Romano correspondía a un día extra intercalado entre el 23 y el 24 de febrero.

Hasta ese momento no había un calendario común para todas las regiones, por lo que los romanos buscaron una solución al desfase de días. Concretamente, la labor fue encomendada al astrónomo Sosígenes que consiguió dar con la duración año solar. Aunque la precisión es imposible porque ‘sobran’ 11 minutos.

La norma que no resuelve del todo los desajustes

La solución que se decidió aplicar fue añadir un día más a febrero cada cuatro años. Una norma que se extendió por todo el mundo con la llegada del calendario gregoriano que diseño el papa Gregorio XIII y seguimos utilizando hoy. Según la ‘regla’ romana, para que un año se considerase bisiesto debía ser divisible entre cuatro.

En el calendario gregoriano, se fijó que un año es bisiesto si es divisible entre cuatro, a menos que sea divisible entre 100. También se incluiría como bisiesto, si un año es divisible entre 100 y además es divisible entre 400.

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De modo que esto no resuelve la alteración de días de más. Las condiciones no se cumplirían si el año que debería ser tomado como bisiesto termina con dos ceros y sus dos primeras cifras son divisibles por cuatro. Esto provocó que los años 1700, 1800 y 1900 no añadiesen el día 29 en el mes de febrero. Pero también repercutirá en el futuro, ya que en 2100 tampoco será bisiesto.

2024 será bisiesto, es decir, febrero tendrá en el calendario el día 29. Un día que aparece solo cada cuatro años, aunque no siempre vale ese cálculo. En el nuevo año las personas conocidas como bisiestas podrán celebrar su cumpleaños. Sin embargo, este reducido grupo no siempre contará con esta celebración en su agenda.

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